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Una sala de ejercicios y un refugio personal

El Dr. Waldo Quiroz es experto en Química Analítica y Ambiental del Instituto de Química de la PUCV.

Con el inicio de la pandemia el académico del Instituto de Química, Dr. Waldo Quiroz, construyó y dio forma a su propio espacio que le permite entrenar con todas las comodidades que él mismo requiere. Este paso, es una transición natural a una actividad que comenzó cuando vivía junto a su madre y abuelos en el sector Valencia de la ciudad de Quilpué, hace ya más de 30 años. El académico del Instituto de Química, Dr. Waldo Quiroz comenzó a adentrarse en el mundo de las pesas y gimnasio, gracias a la influencia de su padrino, quién también era del sector, poseía su propio gimnasio y se había dedicado por muchos años al fisicoculturismo de forma amateur.

Así fue como desde los 16 y hasta los 30 años, se dedicó continuamente a levantar pesas y adquirió conocimientos sobre la mayoría de los ejercicios y cómo entrenar cada uno de ellos, el Dr. Quiroz señaló al respecto que: “en este tiempo aprendí la importancia de fortalecer y estabilizar el cuerpo, centrándome en ejercicios para las rodillas y la espalda”, agregando que: “estos son cruciales antes de comenzar a entrenar otros músculos, para evitar desequilibrios y lesiones”.

Ya en la universidad, complementó el trabajo de pesas y entrenamiento en gimnasio, con la participación en la selección de Taekwondo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. En este periodo, entrenaba todos los días de la semana en las distintas disciplinas, lo que tuvo como consecuencia su mejor rendimiento deportivo, algo que el académico del instituto de química definió como el balance ideal entre fuerza y agilidad.

Para complementar este importante trabajo y subsanar los requerimientos alimenticios que requiere, desde muy joven el Dr. Quiroz se preocupó de su alimentación, comentando al respecto que: “Aprendí de mi padrino qué comer antes y después de entrenar para optimizar los resultados. Mi naturaleza disciplinada no me ha generado mayores problemas en este aspecto, además de que me gusta cuidar mi alimentación”.

El nacimiento de su hija, supuso una pausa al entrenamiento, dado que dedicó el tiempo libre que tenía para su cuidado por un largo periodo de tiempo. Recién a los 8 o 9 años, cuando ella ya había crecido, el profesor del Instituto de Química retomó el ejercicio, aunque en esta oportunidad comenzó con uno de menor impacto como el yoga, señalando al respecto que: “mi regreso al entrenamiento fue con yoga y creo que fue un buen acercamiento después de tanto tiempo sin hacer ejercicio y después de un tiempo comencé a usar la bicicleta, aprovechando que tengo la suerte de tener un cerro cerca de la casa y estar en aproximadamente diez minutos ahí. Intento hacerlo una vez a la semana o cada dos semanas, y, por seguridad, a menudo voy con amigos”.

Al cambiarse de casa, hace unos 8 años, retomo el entrenamiento con pesas principalmente al mayor espacio con el que contaba, dado que, según lo señalado, hacer pesas en casa requiere consideraciones de seguridad y la necesidad de contar con implementos adecuados, agregando también: “En esta casa empecé a entrenar en una de las piezas y si bien tenía más espacio que antes, no podía usar o tener todo el equipamiento que me hubiera gustado por el tamaño de las barras en relación a  la pieza, dado que hubiera sido un poco peligroso”.

Ya en la pandemia y con la construcción del nuevo espacio, el Dr. Quiroz le ha podido dedicar el tiempo que quiera y entrenar con los elementos que considera necesarios para el buen desarrollo de esta actividad, señalando al respecto que: “aquí entreno tres días a la semana, durante dos horas, de manera relajada. Incluso aprovecho el espacio para leer libros o disfrutar de conciertos mientras entreno. Se ha convertido en mi refugio personal”. Agregando también que: “Aunque ya tenía algunas pesas, adquirí el resto de los equipos, como un rack, discos con recubrimiento de caucho, una cinta para correr y un banco”.

Fuente Facultad de Ciencias