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Una Historia entre el fútbol y la academia

Germán Ahumada es actualmente profesor del Instituto de Física y también hace clases en un colegio particular subvencionado de Viña del Mar. Estos mundos los mantiene en paralelo y le permite según él, estar conectado con la educación y con la gente, en un lugar dónde se siente cómodo, con un grato ambiente laboral y donde puede impactar de lleno en la educación y formación de los jóvenes en nuestro país. El profe de física, es también “el profe” en la cancha de futbol, espacio donde complementa su vida y se convierte en el espacio para pasarlo bien los fines de semana.

Creo que es relevante la biografía y la historia que uno tiene, comenta el oriundo de Reñaca Alto, agregando además que: “soy primera generación universitaria en mi familia, en una época en la que era super difícil estudiar, en plena dictadura y con la implementación del modelo neoliberal, no como ahora que los chicos tienen la suerte de tener gratuidad”.

En el sector en que vivía y dentro de los 16 paraderos que componen la población de Reñaca Alto, solo 3 jóvenes cursaban estudios universitarios. “Es estos lugares, la actividad que entretiene a la familia, a la gente, es el futbol” comentó el académico del Instituto de Física, quién señala también que en estos espacios es el deporte rey quien permite la realización de actividades familiares, incluidas en fechas como navidad y fiestas patrias.

Desde joven el profesor Ahumada pasó por las cadetes de Everton de Viña del Mar, formando parte de una tradición familiar de la que ya eran parte su hermano y su tío que jugó en el elenco porteño. Sobre este periodo, recuerda que incluso uno de los campeones del plantel de Everton 76’, señalando al respecto que: “en segundo medio me fue a buscar a la casa el “Chicomito” Martínez, para que fuera a jugar en Everton, me subió en una camioneta y partimos, yo en ese entonces tenía como 14 o 15 años, pero lamentablemente el liceo no era compatible con los entrenamientos y yo me dediqué a los estudios”.

Con el tiempo se vinculó al futbol amateur, partiendo en el Club Reañaca Alto, pero también probando suerte en otros como Progreso, Arsenal, Santa Inés y Alemania, buscando siempre ser un aporte, algo que fue premiado obteniendo los campeonatos en primera de cada uno de estos clubes, siendo en algunos, primera vez que se lograba levantar el título. Finalmente, y cerca de los 30 años volvió a vestir la camiseta del Club Reñaca Alto y hoy, forma parte de la directiva del club.

En este lugar encontró el ambiente familiar y cómodo que buscaba para seguir ligado al futbol, jugando en viejos tercios y también con la gente del barrio que lo vio nacer, comentando que: “yo hoy vivo en Curauma, pero mi señora, mi hijo e hija saben que yo tengo mi espacio de vivir la vida entrete allá”. Esa cercanía del grupo también se hace presente fuera de la cancha, haciendo que lazo sea mayor y mas cercano, incluso en las dificultades que han vivido algunos de los participantes del club, evento que quedo retratado por el académico del Instituto de Física, contando que hubo una oportunidad donde a uno de los miembros del club se le quemó la casa y los mismos miembros del club acudieron en ayuda para volver a levantar la vivienda.

Es este sentido de comunidad y pertenencia lo que motiva al profesor Germán Ahumada para seguir conectado al mundo del futbol de barrio, o como lo describe él: “tiene que ver con uno, con una cuestión social, con poder ayudar al otro, con el compartir las alegrías y las tristezas”, agregando también: “creo que he sido feliz en esta cuestión, principalmente porque he disfrutado el futbol y creo que es por una experiencia social y que se puede disfrutar más por esto que como deporte”. Tal como decía el “profe”, tiene que ver con algo de nuestra historia personal.

Fuente Facultad de Ciencias