La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso es una institución con una extensa trayectoria que ha transformado la vida de miles de personas. Desde sus orígenes, ha contribuido al desarrollo del país y de la región de Valparaíso, donde abrió sus puertas por vez primera hace 97 años.
Durante el último período, la PUCV ha avanzado de manera significativa en la actualización y renovación de sus Estatutos Generales, como parte de un proceso institucional orientado a proyectar con mayor claridad su identidad, misión y estructura normativa frente a los desafíos de la educación superior del siglo XXI.
Esta tarea se ha desarrollado con rigurosidad y espíritu reflexivo, en coherencia con el carácter católico y público de la Universidad, y en plena sintonía con su trayectoria y vocación de futuro.
Los actuales Estatutos Generales, vigentes desde principios de la década de 1990, han permitido a la PUCV enfrentar con éxito periodos desafiantes para la educación, en un contexto de crecimiento exponencial de matrícula y de mayores exigencias de aseguramiento de la calidad.
Consciente de su legado y orientada al futuro, la Rectoría impulsó la actualización de los Estatutos Generales, que regulan aspectos centrales del quehacer institucional, tales como su fundación, organización académica, autoridades universitarias, personal, grados y títulos, patrimonio y otros ámbitos.
Fiel a su tradición de diálogo y democracia, la PUCV ha considerado la opinión de diversos estamentos de su comunidad universitaria —académicos, estudiantes, funcionarios y alumni— para este proceso, reafirmando su carácter participativo y su vocación pública.
La Secretaría General de la Universidad es la encargada de recopilar las propuestas y observaciones presentadas en el Consejo Superior. El proceso comenzó en 2021, durante la Rectoría del profesor Claudio Elórtegui, con la conformación de una comisión asesora integrada por académicos de distintas facultades.
“Este proceso de reforma consiste en una revisión y actualización, no una nueva propuesta integral de los Estatutos Generales. Es un aggiornamento. Incorporaremos elementos que antes no figuraban en el documento, como los Planes de Desarrollo Estratégico, algo que la Universidad practica desde hace 20 años, pero que no estaba estipulado en la normativa”, precisó el secretario general de la PUCV, José Marín.
Como novedad, la propuesta de los nuevos Estatutos incluirá un Preámbulo, y ya está avanzado el borrador del Título Primero: Objeto y Domicilio, que incorpora referencias de la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, promulgada en agosto de 1990 por el Papa Juan Pablo II.
Asimismo, existe consenso sobre el Título Segundo, referido a la Estructura y Organización Académica, donde se describen las funciones de gobierno y competencias de facultades, unidades y centros. Actualmente, se encuentra en revisión el Título Tercero, relativo a las autoridades universitarias y las competencias de cargos unipersonales y colegiados.
“En el documento ya se revisó la conformación y las atribuciones del Consejo Superior y se avanzará con el Claustro Pleno y el Capítulo Académico, cuya discusión está comenzando”, añadió Marín.
Metodología de trabajo
El Consejo Superior, máximo órgano colegiado de la PUCV, revisa el texto de los Estatutos Generales y sus integrantes pueden formular sugerencias, que son recogidas por la Secretaría General. Aunque el encargo emana de la Rectoría, es esta Secretaría la encargada de la redacción del texto propuesto.
“Una vez concluido el documento, se armoniza su contenido y se presenta al Consejo Superior, que lo remite posteriormente al Claustro Pleno Extraordinario para su consideración, pronunciándose a través de un acto de votación”, explicó Marín.
Tras la votación favorable, si así fuere, la propuesta de Estatutos se envía al Obispado y a la Nunciatura Apostólica para su remisión a la Santa Sede, entidad que tiene la atribución de interpretar auténticamente la norma y de emitir el veredicto final, que puede incluir o no observaciones.
“Quienes participamos en este proceso sabemos que es largo. Es difícil establecer un plazo específico para la plena entrada en vigencia de los nuevos Estatutos; por otra parte, debe considerarse que una modificación de esta naturaleza, obligará a actualizar también nomenclaturas de nuestra normativa, así como reglamentos orgánicos, entre otros. Ha sido un proceso continuo y sostenido, pero toma tiempo y debe hacerse con responsabilidad, pues está comprometido el futuro de la Universidad para las próximas décadas, tal como los actuales estatutos, que nos han permitido funcionar armónicamente durante 35 años”, concluyó Marín.
Más información sobre la evolución del proceso en el siguiente link.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección de Comunicación Estratégica