
Marcela Le Roy es alumni y académica de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Es abogada y Magíster en Gestión Jurídica de las Empresas en el Siglo XXI y en Derecho Procesal. Posee una amplia experiencia como profesora en Derecho Laboral, Mediación y Negociación, esta última área que comenzó a enseñar hace cerca de dos décadas, inicialmente como una asignatura optativa y que hoy forma parte del plan obligatorio de estudios.
Hace 12 años inició el Diplomado en Gestión de Conflictos, Negociación y Mediación, programa por el que han pasado profesionales de diversas disciplinas, con el objetivo de formarlos como mediadores. Entre ellos se cuentan abogados, psicólogos, profesores y directores de establecimientos educacionales, en general personas que deben enfrentar y resolver conflictos sin recurrir necesariamente a la justicia tradicional.
Recientemente, el equipo liderado por la profesora Marcela Le Roy, junto a la académica Marcela Osorio, obtuvo el primer lugar en el I Moot de Mediación CAM Santiago, competencia nacional organizada por el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM) de la Cámara de Comercio de Santiago. En esta versión participaron 23 equipos de distintas universidades del país y la final se disputó entre la PUCV y la Universidad de Chile.
Sobre el proceso de preparación de los y las estudiantes, la profesora Le Roy explicó que se trató de un trabajo intenso que se extendió por tres meses, período en el que prepararon tres equipos, con un total de 18 estudiantes, reuniéndose cada lunes y jueves vía Zoom.
“Los estudiantes tuvieron que tomar el rol de negociadores y negociadoras. Toda vez que el mediador era de la Cámara de Comercio de Santiago, un profesional con mucha experiencia y trayectoria. Había dos jurados que observaban la mediación, tres en las finales, también expertos en el tema. Los alumnos debían preparar los casos levantando una planificación estratégica y pensando en el rol que les tocaba asumir, ya sea buscando sus intereses, como también abrirse a la posibilidad de escuchar a los otros y así llegar a un acuerdo”, recordó.
Las académicas trabajaron con los estudiantes en técnicas de negociación y en la correcta presentación de los casos, revisando posiciones e intereses y analizando la conveniencia de continuar o no con el proceso. “Lo que nosotros llamamos la posibilidad de llegar a un acuerdo. Y todo eso lo preparamos con ello durante más de 10 sesiones”, añadió.
La importancia de la mediación
La académica advierte que en Chile la mediación ha ido ganando reconocimiento en distintos ámbitos, como el laboral —a través de la Dirección del Trabajo—, la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, el ámbito educacional, donde cumple un rol relevante la Superintendencia de Educación, y también como instancia previa a los Tribunales de Familia.
Según la profesora, la mediación no debe entenderse solo como un paso previo a la judicialización, sino como una herramienta fundamental para la gestión del conflicto, concebido como una realidad inherente a la condición humana. En este sentido, se busca generar espacios de diálogo y entregar herramientas que permitan gestionar los conflictos y alcanzar soluciones que beneficien a ambas partes, evitando la escalada de las diferencias.
“Nos encontramos en un momento de bastante congestión en el ámbito interaccional, tanto en Chile como en otros países. La posibilidad de retomar y darle valor al diálogo, nos parece muy relevante y es algo que la universidad puede aportar, tanto porque es una disciplina que contempla la forma autocompositiva y negociada, como por todo lo vinculado a su identidad como universidad católica”, complementó.
La profesora Le Roy además dirige el Magíster en Gestión de Conflictos y Negociación, el primero de su tipo, que inició este año con 21 estudiantes provenientes de diversas disciplinas. Asimismo, se desempeña como coordinadora académica de la Clínica Jurídica, espacio en el que los y las estudiantes aplican los conocimientos adquiridos en el aula atendiendo a personas de la ciudad puerto. En los últimos cuatro años se han realizado más de 3 mil atenciones.
“Es una instancia valiosa porque allí se conocen los principales problemas que tiene la sociedad y cómo poder darles respuesta. Entonces, este es un puente para conocer las dificultades que vive la ciudadanía en el ámbito jurídico actualmente y cómo el abogado, aparte de tener conocimientos profesionales, puede ser un sujeto que colabore en la construcción de un mundo más justo y hacer efectiva la igualdad ante la ley”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección de Comunicación Estratégica