La contaminación atmosférica es un desafío persistente en Chile, con efectos directos en la salud de la población y en la calidad de vida de miles de personas. Frente a esta realidad, el académico de la Escuela de Ingeniería Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Ernesto Pino, ha dedicado su carrera a comprender el origen y comportamiento de los contaminantes presentes en el aire, utilizando herramientas de simulación que permiten anticipar escenarios y aportar evidencia para la toma de decisiones públicas.
El Dr. Pino, ingeniero civil químico y Doctor en Ciencias de la Ingeniería, explica que “a nivel profesional, el uso de herramientas de simulación nos brinda más conocimiento del aire que respiramos constantemente, por lo que conocer su origen y variación en el tiempo nos ayuda a tomar medidas de control en forma más informada”. Gracias a estos modelos, es posible pronosticar episodios de contaminación y aplicar medidas preventivas, incluso en zonas sin estaciones de monitoreo, reduciendo la exposición de comunidades y trabajadores a sustancias dañinas.
Su línea de investigación ha considerado casos emblemáticos, como el análisis de la calidad del aire en Quintero, Concón y Puchuncaví, donde se constató el peso de las emisiones industriales, y en áreas urbanas como Valparaíso y Viña del Mar, donde la principal fuente de material particulado fino (MP2.5) proviene de la combustión residencial de leña. Estos hallazgos han abierto la puerta a estudios más detallados que buscan precisar el impacto individual de distintas fuentes de contaminación.
En esa misma línea, su equipo evaluó junto a estudiantes de Ingeniería Civil Química de la PUCV la factibilidad de implementar una planta de calefacción distrital en Valdivia. Los resultados, recientemente publicados, muestran que esta medida podría reducir en un 53% la concentración de material particulado fino en la ciudad, marcando un precedente para el diseño de soluciones tecnológicas que respondan a problemáticas ambientales locales.
Actualmente, el investigador lidera un proyecto Fondecyt de Iniciación que estudia el impacto de las emisiones marinas en la calidad del aire en zonas costeras de Chile. Se trata de un campo poco explorado en el país, que considera la influencia de compuestos naturales liberados por el océano, los cuales participan en procesos fotoquímicos que alteran la concentración de contaminantes como el dióxido de azufre. “Al conocer el impacto de fuentes naturales como las emisiones marinas, se abre la puerta para otras investigaciones que expliquen cómo se altera el ecosistema marino desde la acción de la actividad humana y así pueda estar impactando indirectamente la calidad del aire que respiramos”, precisa el investigador.
Ernesto Pino enfatiza que el conocimiento generado por estas investigaciones no solo aporta al ámbito académico, sino que es una herramienta clave para las políticas públicas. “El estudio de la contaminación atmosférica mediante herramientas de simulación puede brindar información a las autoridades ambientales y a la población en general sobre el comportamiento en el aire de contaminantes, estableciendo si una fuente de emisión está afectando una zona específica y apuntar a mejores políticas públicas ambientales”, sostiene.
En un contexto en que la mayoría de la población chilena ha estado expuesta a episodios de contaminación, la investigación científica situada adquiere un valor estratégico: entrega evidencia concreta para la protección de la salud de las personas y para garantizar el derecho constitucional a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
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