05.08.2015
La folclorista nacional Margot Loyola, Profesora Emérita y Doctora Honoris Causa de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y quien falleciera el pasado lunes 3 de agosto, tuvo un multitudinario adiós en el Centro Cultural La Moneda.
En la oportunidad se le rindieron variados homenajes y se dieron cita distintas generaciones de estudiantes y discípulos de la Premio Nacional de Artes Musicales, entre ellos el Conjunto Folclórico de la PUCV que se presentó en múltiples ocasiones.
De igual forma, asistieron académicos y autoridades de la Universidad, encabezadas por el rector Claudio Elórtegui.
Finalmente se realizó un responso en la Iglesia de la Recoleta Franciscana, mientras que sus funerales se llevaron a cabo en el Cementerio General.
“INTÉRPRETE MULTICULTURAL”
“Margot Loyola es una figura señera que trascenderá el tiempo y las generaciones, como lo hizo en todos los ámbitos en los que se la quiso situar. Su aporte a la cultura nacional es indiscutible y sus méritos son muchos. Entre sus contribuciones más importantes se puede constatar el sentido rupturista e integrador de su quehacer”, señaló el rector Claudio Elórtegui.
Agregó que “supo erigirse como una intérprete multicultural y de la interculturalidad, que inició un valioso trabajo que representa la diversidad cultural y étnica de Chile”.
Su viudo, Osvaldo Cádiz, invitó a seguir cantando, bailando y mirándonos hacia adentro. “Margot dijo que quiso dejar una tonada, un arpegio de su piano y un pañuelo para enjugar sus lágrimas. Decía que ‘no quiero que sufran ni lloren por mí’ (…) Tenemos que recordarla como una mujer viva, que siempre amó a Chile”, manifestó.
SU VÍNCULO CON LA PUCV
Ana Margot Loyola Palacios nació en Linares, entre galleros, cantoras y otras tradiciones campesinas. Desde muy niña quiso ser artista. A pesar de una infancia marcada por sus clases de piano, su participación en las escuelas de temporada universitaria, en Santiago, le permitieron conocer e interesarse por las manifestaciones musicales propias del territorio nacional.
Realizó una vasta labor como maestra, intérprete, investigadora y divulgadora de las danzas y canciones folclóricas y populares de Chile. En una entrevista concedida en 1995 señaló que “yo no creo que mi trabajo sea tan necesario para el estudio. Más bien pienso que soy yo la que necesito del pueblo y de las cosas maravillosas que tiene”.
Fue una verdadera embajadora y portadora de nuestras manifestaciones culturales en la mayoría de los países latinoamericanos y europeos, entre los cuales destacan Francia, España, URSS, Polonia, Bulgaria, Checoslovaquia y Rumania, llegando su reconocimiento internacional a destacarla como Miembro Correspondiente de las Asociaciones Folklóricas de Buenos Aires y Tucumán, sin mencionar las instituciones similares a que pertenece en nuestro país.
La actividad artística de Margot Loyola tuvo como uno de sus resultados más sobresalientes y de mayor repercusión social, el que nuestro país haya conocido mediante documentadas propuestas escénicas, las más diversas expresiones musicales y coreográficas del folklore de las culturas y naciones que conforman nuestro país. Este hecho resultó ser de insospechadas dimensiones, puesto que en Chile solo se conocía la música tradicional del campo de la zona central. Fue, precisamente, a partir de la propuesta interpretativa que Margot Loyola comienza a elaborar desde principio de la década de 1950, la presentación en los escenarios chilenos de cuadros y montajes basados en las culturas mapuche, pampina, aymara, huilliche, pascuense y chilota.
En 1972 ingresó como docente del Instituto de Música de la Universidad Católica de Valparaíso, en la cátedra de Folklore Musical y dos años más tarde creó el Conjunto Folclórico de la Casa de Estudios. Su amplia gama interpretativa va desde el complejo canto mapuche hasta la música del salón chileno en el siglo pasado.
La PUCV la distinguió como Profesora Emérita en 1998, mismo año en que se creó en la misma universidad el Fondo de Investigación y Documentación de la Música Tradicional Chilena Margot Loyola Palacios, el que según palabras de la propia folclorista, es “valiosísimo y único en Chile”.
Actualmente, el Fondo Margot Loyola se ha transformado en uno de los archivos más importantes de Chile por el carácter de sus bienes culturales, que abarcan desde documentos sonoros de todo tipo hasta manuscritos, rollos de autopiano, partituras y fotografías, todos relacionados con la música de tradición oral chilena.
En 1994 recibió el Premio Nacional de Artes Musicales, que por primera vez reconocía a la música folclórica, y el 2006 fue investida con el grado de Doctora Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
De su vasto legado bibliográfico-musical se destacan “Visión musical de Chile” (1980), “Bailes de Tierra en Chile” (1980), “Siempre Margot...” (1984), “El folklore de Chile” (1990), “Isla de Pascua: geografía musical de Chile” (1990), “El couple” (1990), “El cachimbo: danza tarapaqueña de pueblos y quebradas” (1994), “Voces del Maule” (1994), “21 temas del folclor” (1998), “La zamacueca” (1999), “Legado musical inédito de un Premio Nacional de Arte” (2001), “La Tonada: testimonios para el futuro” (2006), “Otras voces en mi voz” (2010) y “La cueca: danza de la vida y de la muerte” (2010).
Durante el 2014 presentó su último libro: “50 danzas tradicionales y populares de Chile”, el cual realizó junto a Osvaldo Cádiz, en una ceremonia que contó con la presencia de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet. La publicación fue realizada bajo el sello de Ediciones Universitarias de Valparaíso de la PUCV.
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