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Columna de Opinión: "Irresponsabilidad en tiempos de pandemia"

Dr. Juan Daniel Escobar Soriano, académico de la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Nos escandalizamos con noticias de personas que no cumplen la cuarentena obligatoria o recomendada, rasgamos vestiduras y maldecimos a quienes van al supermercado, sabiendo que están contagiados y nos enfurecimos con los que pretenden ir a su segunda casa en la playa o campo. Nos extrañamos de que alumnos de último año de medicina de una prestigiosa Universidad se resistan a ir a hospitales públicos y que un profesor, perdón un instructor, mande a sus alumnos a trabajar de meseros para tener mejores conexiones de internet, y si a todo esto, agregamos las noticias falsas que nos llegan a diario en las redes sociales, estamos frente a una tormenta perfecta. Pero esto que nos asusta, nos da rabia y no lo podemos explicar, lamentablemente es muy entendible y fácil de comprender, ya que hemos optado por una sociedad donde prima el consumismo, hedonismo, la voluntad de poder, el dominio y un individualismo extremo, donde el otro aparece como un competidor que puede amenazar mi bienestar.

El Dios y la religión cristiana fueron cambiados por otros dioses y otras manifestaciones que podríamos llamar religiosas, como lo es el dios dinero cuya máxima expresión son los Mall, verdaderas catedrales actuales y que cada ciudad se esfuerza para tener el más grande y fastuoso.

La persona vale por lo que tiene, donde la ropa, el auto, los viajes, las tarjetas de crédito es lo que prima y esto es necesario mostrarlo a los demás, un ejemplo de esto son las  portadas de Facebook, donde lo que interesa no es la persona, sino el lugar, el auto, el barco donde se sacó la foto.

Con mucha fuerza, comenzó a primar lo utilitarista economicista y se despreciaron las ciencias y disciplinas que no cabían en este esquema, como lo fueron, la filosofía, ética, música, literatura, artes, etc., que fueron miradas de tercer orden. Como no recordar a un profesor experto en Manuel Rojas, que fue despedido por tener pocos alumnos y  la pregunta fue: ¿a quién le sirve e interesa Manuel Rojas? Por otro lado, las redes sociales, tan importantes y necesarias en la sociedad actual, nos han mostrado un lado negro y peligroso, tal como lo expresó muy lúcidamente Umberto Eco en La Stampa, el 2015: “El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad”, teniendo el mismo derecho a hablar que un premio Nobel, y así se van sumando legiones de idiotas que antes solo hablaban en el bar, después de unas copas y eran rápidamente callados por otros parroquianos. La pandemia, ha remecido los cimientos de este estilo de vida y se comienza a valorar lo que antes era insignificante como la trascendencia, la amistad, el afecto, la solidaridad, el conversar cara a cara o no gastar en lo superfluo. Un amigo me decía que nunca le había durado tanto un billete en la cartera como en estos tiempos. Ojalá que aprendamos la lección y volvamos a optar por los verdaderos valores y que busquemos “ser más”, en vez de “tener más”.