Un total de 11 colegios de la región de Valparaíso participaron en una nueva versión de “Ingenio Bioactivo”, iniciativa impulsada por la Escuela de Ingeniería Bioquímica y la colaboración de la Dirección de Innovación de la VINCI, la cual se enmarca dentro del programa “Incentiva en el Aula” que busca fomentar la cultura de innovación y emprendimiento en el currículum institucional.
El desafío de las y los escolares fue revalorizar residuos orgánicos del Mercado Cardonal, de los cuales algunas soluciones presentadas fueron: recubrimiento natural de medicamentos a base de arándanos, biocuero elaborado en base a cáscaras de manzana, ungüento de betarraga para el dolor muscular, pastillas para la digestión formuladas con vegetales, y una barra energética que aporta fibra y vitaminas extraídas del kiwi.
En la etapa de evaluación, los colegios tuvieron que presentar los innovadores proyectos ante un jurado que evaluó el prototipo, el poster y la presentación de elevator pitch.
Germán Aroca, director de la Escuela de Ingeniería Bioquímica, señaló que “tenemos la convicción de que nuestra misión no se limita a formar profesionales altamente capacitados, sino que también asumimos con responsabilidad el compromiso de estar profundamente conectados con nuestro entorno, atentos a las problemáticas que nos rodean, especialmente aquellas relacionadas con el cuidado del medio ambiente y los cambios sociales que estamos viviendo”.
Al respecto, añadió que “los resultados de los proyectos han sido sorprendentes, la creatividad y el compromiso de estos jóvenes por un futuro más sostenible se ha visto presente en esta jornada. Este tipo de experiencias no solo fortalecen el vínculo entre la universidad y el medio, sino que también siembran en las nuevas generaciones el interés por la ciencia, la tecnología y el cuidado del planeta, desde una mirada práctica, colaborativa e innovadora”.
Por su parte, Luis Mercado, vicerrector de Investigación, Creación e Innovación, afirmó que “es muy grato apoyar este proyecto, ya que ayudamos a despertar inquietudes vocacionales y, a la vez, fomentamos que los escolares piensen en su futuro. Creemos que este proyecto es un gran aporte a la vinculación con el medio, la investigación y la formación, por lo que estamos transformando la vida de cientos de estudiantes de la región”.
Finalmente, Isidora Cabrera, alumna del Colegio María Montessori, comentó que “quedé impresionada con las instalaciones de la Universidad. Fue increíble conocer los laboratorios de la Escuela de Ingeniería Bioquímica y ver la cantidad de equipos que tienen. Siempre me ha gustado el trabajo en laboratorio y, cuando entré a hacer mi prototipo, me impactó la variedad de materiales que había para realizarlo. La actividad me enriqueció mucho, estoy agradecida de los profesores y jueces, que nos dieron muy buenos comentarios sobre el trabajo realizado, el cual me abrió las puertas para darme cuenta del abanico de posibilidades que tengo para estudiar”.
El primer lugar fue el colegio Carlos Cousiño, en tanto que el segundo y tercer puesto fueron para el Pumahue y Caernarfon, los cuales podrán cobrar un cheque en productos de laboratorio.
Por Laura Gajardo
Escuela de Ingeniería Bioquímica