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Papa llama a ancianos y jóvenes a crecer juntos

Miércoles 26 de julio de 2023

En su homilía de la Misa por la III Jornada Mundial de los Abuelos, el Papa Francisco recientemente hizo un importante llamado a cultivar las relaciones con las y los ancianos, que permita un fecundo intercambio entre generaciones.

Indicó que los abuelos son “raíces que los más jóvenes necesitan para llegar a ser adultos”, por lo que no deben ser relegados como “descartes improductivos” ni mucho menos ­­­­­“sacarlos de la agenda de nuestras prioridades”.

El Sumo Pontífice centró su reflexión en tres parábolas que Jesús usa para hablarnos del Reino de Dios y que tienen un aspecto en común: el crecer juntos. La primera se refiere al trigo y a la cizaña, que se desarrollan juntos en el mismo campo. Y frente a la tentación de muchos por liberar de cuajo la segunda, el Papa recuerda las palabras de Jesús: “dejen que crezcan juntos hasta la cosecha”. “Nos invita a tener paciencia con los demás, a acoger la fragilidad, los retrasos y los límites (…) para aprender a intervenir con respeto, sacando adelante el cultivo del buen grano, con mansedumbre y paciencia”, explicó.

Señaló que la ancianidad “es la estación para reconciliarse, para mirar con ternura la luz que se expandió a pesar de las sombras, en la confiada esperanza de que el buen trigo sembrado por Dios prevalecerá sobre la cizaña con la que el diablo ha querido infestarnos el corazón”.

Con relación a la segunda parábola, el Papa reafirmó la necesidad de crecer juntos: “el árbol exuberante y los pequeños que necesitan del nido, los abuelos con los hijos y los nietos (…) Necesitamos una nueva alianza entre jóvenes y ancianos, para que la linfa de quien tiene a sus espaldas una larga experiencia de vida irrigue los brotes de esperanza de quien está creciendo. En este intercambio fecundo aprendemos la belleza de la vida, construimos una sociedad fraterna”.

Finalmente, se refirió a la tercera parábola en la que “crecen juntas la harina y la levadura”, mezcla que hace crecer la masa. En este contexto, llamó a estar atentos “para que la política, que está llamada a proveer a las necesidades de los más frágiles, no se olvide precisamente de los ancianos, dejando que el mercado los relegue a ‘descartes improductivos’. No vaya a suceder que, a fuerza de seguir a toda velocidad los mitos de la eficiencia y del rendimiento, seamos incapaces de frenar para acompañar a los que les cuesta seguir el ritmo. Por favor, mezclémonos, crezcamos juntos”, profundizó.

CONTRIBUIR A UNA SOCIEDAD SANA

El Vice Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, padre Cristian Eichin ofm, destacó la importancia que el Papa Francisco le da a la relación intergeneracional, donde abuelos y jóvenes deben aprender de ambos, “y juntos construir un mundo más humanizado, sacando de nuestra mentalidad la cultura del descarte que se ha instalado en la sociedad”.

“Una de las propuestas del Papa en el Pacto Global Educativo es la centralidad de la persona, que está llamada a integrarse con otros que no necesariamente sean de su misma edad, también de otras generaciones. Acá lo intergeneracional y lo interdisciplinar -propio de una universidad como la nuestra- cobra gran relevancia, donde todos y todas podamos compartir e intercambiar distintos saberes. Los mayores tienen la experiencia y la memoria, y pueden transmitir eso a las nuevas generaciones. Y complementariamente, las nuevas generaciones les entregan vitalidad, desafíos e ideas innovadoras”, complementó el padre Eichin.

“Tenemos una sociedad sana cuando pueden compartir las distintas generaciones y, entre ellas, construir un espacio en el que todos y todas tengan cabida”, concluyó.

En este mismo plano, recordó la permanente preocupación que la PUCV tiene con los adultos mayores, plano en el que destacan los talleres y cursos del Programa de Acción Senior.

Por Juan Pablo Guerra

Dirección de Comunicación Estratégica