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Académico expuso sobre los misterios que encierra el Santo Sudario de Turín

Debido a sus constantes idas a Italia, el profesor de la Escuela de Derecho, Dr. Carlos Salinas, ha tenido la posibilidad de ver personalmente el Santo Sudario de Turín en las dos últimas ostensiones realizadas en 2000 y 2015.

Miercoles 23 de marzo de 2016

Académico expuso sobre los misterios que encierra el Santo Sudario de Turín - Foto 1
Académico expuso sobre los misterios que encierra el Santo Sudario de Turín - Foto 2

23.03.2016

El profesor Carlos Salinas de la Escuela de Derecho es un connotado investigador nacional e internacional en el ámbito del derecho canónico y es miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas. El Dr. en Derecho Canónico colabora estrechamente con la Biblioteca Apostólica Vaticana, el Archivo Secreto Vaticano y con distintas academias culturales.

Debido a sus constantes viajes a Italia ha tenido la posibilidad de ver personalmente el Santo Sudario de Turín en las dos últimas ostensiones realizadas en 2000 y 2015. En esta última fecha, para el bicentenario del nacimiento de Don Bosco, el Papa Francisco visitó la Catedral de Turín y oró en silencio frente a la tela que habría cubierto el cuerpo de Jesús, luego de la crucifixión y posterior sepultación.

La Iglesia Católica hasta el momento no ha ratificado la autenticidad del Santo Sudario, sin embargo, de acuerdo al profesor Salinas varios pontífices han ido hasta esta localidad ubicada en el norte de Italia para orar, lo que podría probar su autenticidad.

“El Santo Sudario es una tela de unos cuatro metros de largo. Cuando Cristo murió fue un viernes a las 3 de la tarde aproximadamente, en vísperas del sábado más solemne del Año Judío, donde estaba prohibido trabajar. Por lo tanto, no hubo mucho tiempo para limpiar el cuerpo de Cristo. Por esa razón, en la tela aparecen los signos de la pasión vivida por Él”, explicó.

Siguiendo el relato del profesor Salinas, la tela habría llegado a Occidente en el periodo de las Cruzadas. En Oriente se veneraba el Santo Sudario pues se aprecia el rostro de Jesús. La valiosa pieza estuvo en las ciudades francesas de Lirey y Chambery. En esta última habría enfrentado un incendio, lo que curiosamente no dañó la imagen prístina de Jesús en la tela.

“En la actualidad, el Santo Sudario es encuentra guardado en una cofre. Sólo tres instituciones tienen llave: la casa real de Saboya, una asociación que custodia el Santo Sudario y la Santa Sede. Tienen que ponerse de acuerdo estas tres organizaciones para abrir el cofre y mostrar la Síndone”, complementó.    

De acuerdo al profesor, la tela es de algodón y tiene algunos hilos de lino, lo que explica que su origen es judío, pues siguiendo sus creencias no debían mezclarse las telas vegetales con las animales.

“El Santo Sudario tendría alrededor de 2 mil años de existencia. A nivel histórico se han conservado telas con más de 5 mil años de antigüedad como ocurre con las tumbas de los faraones en Egipto. La Síndone ha sido analizada desde diversas perspectivas y se sabe que este tipo de telas se hizo hasta aproximadamente el siglo V”, precisó.

UN FENÓMENO SOBRENATURAL

El profesor Salinas agregó que existen pruebas para asegurar que el Santo Sudario cubrió el cuerpo de Jesús luego de su muerte. En efecto, mostró una serie de diapositivas donde se aprecia el trauma físico que sufrió el cuerpo con azotes, un casco con espinas, la herida en el costado entre dos costillas y daños en muñecas y tobillos, lo que nos recuerda el dolor que vivió Jesucristo antes de su muerte.

“A fines del siglo XIX se fotografió la Santa Sábana y se descubrió que es un perfecto negativo fotográfico. Investigadores de Estados Unidos recientemente analizaron la tela y se percataron de que es un negativo tridimensional. La ciencia no encuentra explicaciones al respecto considerando su antigüedad”, agregó.

El académico de la Escuela de Derecho planteó que la imagen se capturó misteriosamente en el momento exacto en que el cuerpo de Jesús se encontraba en suspensión.

“La imagen fue impresa como consecuencia de un radiación muy intensa, que es desconocida para nosotros. Fue una radiación breve pues no destruyó la tela. La energía se produjo en un momento en que el cuerpo estaba levitando. Se supone que fue en el instante exacto de la Resurrección”, concluyó.

Por Juan Paulo Roldán

Dirección General de Vinculación con el Medio

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