30.10.2015
En la Casa Central de la PUCV se realizó la Jornada “Algunos temas de la Encíclica Laudato Si” en el marco de la Cátedra Doctrina Social de la Iglesia, donde participaron los académicos César Lambert, Paula Ascorra y David Luza.
El profesor Lambert del Instituto de Filosofía ofreció la conferencia “La idea de antropocentrismo moderno en la Encíclica Laudato Si”; la académica Ascorra de la Escuela de Psicología efectuó la ponencia “Del paradigma explicativo al paradigma comprensivo: demandas para un nuevo hombre”; y David Luza, decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo presentó la conferencia “Es posible la dimensión humana en las urbes, entre el habitante y el ciudadano”.
Entre los asistentes a la actividad estuvo el Gran Canciller de la PUCV y Obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo Duarte García de Cortázar; y en representación de la Rectoría, el vicerrector de Investigación y Estudios Avanzados, Joel Saavedra; además del decano de la Facultad Eclesiástica de Teología, Kamel Harire y la directora del Instituto de Ciencias Religiosas (ICR), Eugenia Colomer, entre otros académicos.
El profesor del ICR, Jorge Mendoza, fue el encargado de dar las palabras de bienvenida. “Hemos optado por presentar tres temas en los que la Universidad cuenta con académicos competentes para profundizar y hacer más concreto el pensamiento propuesto por el Papa Francisco. Aunque el tema general de la Encíclica ‘Laudato Si’ se refiere al plano ecológico en términos amplios, contiene un diagnóstico de la causa más profunda de la actual situación cuando empieza a dilucidar la inversión que se produce en la ilusión de la cultura moderna respecto de la relación con la naturaleza y los hombres entre sí”, indicó.
El profesor Lambert señaló que el Papa Francisco en el documento hace un recorrido por la actual crisis ecológica y reflexiona sobre lo que está pasando en nuestra casa común, donde la degradación del medio ambiente y el aspecto ético están íntimamente ligados.
“Vivimos en una cultura del descarte, donde la visión de la naturaleza es entendida como objeto de provecho e interés. Algunos de los problemas actuales que describe el texto se relacionan con el individualismo, el progreso indefinido, la competencia, el consumismo y el mercado sin reglas (…) La tecnociencia genera un poder que el hombre lo siente como autónomo. El Papa plantea que a este poder le falta una ética sólida, cultural y una espiritualidad que lo limiten”, agregó.
El profesor se refirió al antropocentrismo moderno que encierra una crisis ética, cultural y espiritual de modernidad. “El texto aborda al relativismo donde el ser humano se coloca a sí mismo en el centro y todo lo demás para a ser relativo”.
UN NUEVO HOMBRE
La profesora Ascorra recordó el concepto de “casa común” en relación a nuestro planeta y que fue propuesto por el Papa, lugar en el que nos cobijamos y encontramos, haciendo una metáfora de la familia.
“La ecología integral nos debe conectar a la esencia del ser humano, donde ninguna forma de sabiduría debe ser dejada de lado (…) El Papa nos reitera la inequidad que existe entre el norte y el sur en el mundo, donde hay una gran deuda ecológica, generando daños y limitando la capacidad de vida de la población”.
La académica recordó que hay lugares en el mundo donde no se ofrecen condiciones de trabajo decentes, lo que nos obliga a hacer un análisis estructural del mundo actual. “En este contexto, cuando hay injusticia, aparece la violencia, pues las personas tratan de resolver sus problemas de esta forma. La fragmentación social genera nuevas formas de violencia y agresión rompiendo lazos de encuentro”, indicó.
Finalmente, el decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, David Luza, recordó los desafíos que presenta el mundo de hoy donde el 90% de la población reside en zonas urbanas.
En la ocasión, recordó una cita del texto que plantea que “pretender resolver todas las dificultades a través de normativas uniformes o de intervenciones técnicas lleva a desatender la complejidad de las problemáticas locales, que requieren la intervención activa de los habitantes”.
El experto señaló que tal como plantea el Papa Francisco, la tierra no es un bien económico, sino que un don de Dios y de los antepasados que descansan en ella. “El Papa nos recuerda que no basta con la búsqueda de la belleza en el diseño porque es más valiosa la calidad de vida de las personas, la adaptación al ambiente, el encuentro y la ayuda mutua”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio