Ir a pucv.cl

Los Muertos

En un venerable maestro siempre había en sus ojos un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística y le ordenó que fuera al cementerio y gritará con toda su fuerza de sus pulmones toda clase de halagos a los muertos. El discípulo cumplió con las órdenes de su maestro.

Al regresar el maestro le preguntó que le habían respondido los muertos.

-"Nada me dijeron" dijo el discípulo.

Ante esto lo volvió a mandar al cementerio pero en esta oportunidad tenía que gritarle a los muertos toda clase de improperios. Así lo hizo.

Al regresar el maestro le vuelve a preguntar qué había pasado. "De nuevo nada dijeron" -respondió el discípulo. A lo que el maestro concluyó:

-"Así debes ser tú: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros."

El Maestro dice: Quien hoy te halaga, mañana te puede insultar y quien hoy te insulta, mañana te puede halagar. No seas como una hoja a merced del viento de los halagos e insultos. Permanece en ti mismo más allá de unos y de otros.