En la ciudad de Lucknow vivía un hombre que tenía fama de ser mal genio, violento y tremendamente farsante. En sus reuniones siempre hablaba de sus éxitos, cargos que había ocupado, su inteligencia y de los aportes que había hecho a la ciudad. Si alguien lo contradecía, se enojaba comenzaba su rabia con insultos La gente lo detestaba y evitaba encontrarse con él.

Cansado de los repetidos desprecios que recibía decidió irse a vivir muy lejos, solo en una choza arriba de un cerro. Pasó diez años en esa vida y durante ese tiempo se convenció que había logrado controlar sus emociones explosivas y moderar su gran ego.

El pueblo y en la comarca empezó a correr el rumor que arriba en el cerro vivía un santo. Peregrinos subían el cerro empinado para llevarle comida y manifestarle su afecto y devoción.

El "Santo" decidió asistir al Kumbh Mela, el acto masivo más grande de la fe en el mundo en la ciudad de Prayag, estado de Uttar Pradesh. Apenas llegó a las riveras del Ganges la gente comenzó a identificarlo como un sadhu santo y se arrodillaban a su paso. Poco a poco comenzó nuevamente a sentirse una persona muy importante.

Entró al río atestado de gente, una marea de cuerpos, olores, calor, y con el sol implacablemente reflejándose en el río Ganges. De repente sintió un tremendo dolor en el dedo de su pie. Un gordo a su lado con un collar de flores y su cara llena de cenizas y que cantaba un mantra lo había pisado. Dio un salto en aire y agarró al peregrino del cuello y le comenzó a gritar: - Pide disculpas carajo, me acabas de pisar, si no te mato aquí mismo desgraciado!

Los diez años aislado en el cerro no le habían servido para nada. Era el mismo de siempre.