
Guillermo Rivera, profesor de la Escuela de Psicología, se ha consolidado como un referente con más de una década de estudio en las tensiones contemporáneas del mundo laboral, con especial énfasis en la juventud y la precariedad del trabajo, analizando la regulación social del empleo y las formas de organización en tiempos de crisis.
El académico ha desarrollado una mirada crítica e interdisciplinaria sobre la inserción laboral de jóvenes y grupos en situación de vulnerabilidad, articulando su trabajo con organizaciones sociales, políticas públicas y el sector privado. Su interés investigativo se originó a partir de su experiencia profesional en programas de superación de la pobreza e inclusión social, donde trabajó en Servicio País y participó en CUSO como parte de la de cooperación internacional sur-sur en la ONG canadiense, desarrollando iniciativas de inclusión juvenil en Bolivia y Perú.
“Los jóvenes son los más afectados en términos de empleabilidad en los mercados del trabajo”, explica el académico, quien profundizó esta preocupación a través de una tesis doctoral en la que abordó la precariedad laboral juvenil como eje central. Esta investigación le permitió trabajar con expertos internacionales y colaborar con equipos de Colombia e Inglaterra, incorporando una mirada interdisciplinaria y situada, pensada desde los territorios y las experiencias concretas de las y los jóvenes.
Este trabajo llevó al psicólogo a escribir el libro “El joven analfabeto del Management” (Ediciones Universitarias 2020), en donde sostiene que “en Latinoamérica se ha naturalizado un sistema flexible de trabajo, donde prevalece una alta inestabilidad y precariedad, que obstaculiza trayectorias ascendentes y relaciones laborales estables”.
Un escenario que cobra mayor relevancia en pleno 2025, ya que, según estudios desarrollados por la Fundación Sol, tan sólo el 21,5% de la población joven tiene un empleo protegido. “Hay una sensación de futuro muy incierto, una sensación de mucha angustia al proyectarse”, enfatiza el docente.
Esta situación se acentuó, según explicó, tras la revuelta social y la pandemia, escenario que estudió a través de su Fondecyt “Juventud, precariedad laboral y pandemia ¿organización en tiempos de crisis?”. La investigación se centró en las formas de organización de jóvenes en contextos de trabajo precario, especialmente en el rubro de comida rápida, analizando desde un enfoque etnográfico.
Los resultados evidencian una acentuación de la precariedad laboral marcada por procesos de automatización, control tecnológico e hipervigilancia, junto con el debilitamiento de derechos laborales. Asimismo, el estudio identificó nuevas formas de organización sindical juvenil, articuladas a través de redes sociales, con liderazgos feministas y participación de disidencias sexuales, cuyas experiencias han influido en procesos de articulación de sindicalización internacional.
“Lamentablemente, las condiciones de los empleos son más precarias ahora que antes de la pandemia. No es un problema solo de Chile, sino de Latinoamérica e, incluso, global”, precisa Rivera, quien destaca la importancia de seguir articulando el trabajo académico con sindicatos y actores públicos y privados, especialmente frente a la incorporación de la inteligencia artificial.
“Nos interesa que la investigación no sea extractiva, sino que contribuya directamente a las organizaciones y personas que viven la precariedad laboral día a día”, destaca el Doctor en Psicología, quien espera contribuir a organizaciones sociales y públicas, aportando a la consolidación de mejores oportunidades laborales en el país y la región.
Dirección de Comunicación Estratégica