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Proyecto apoyado en Gen-E busca crear una comunidad sustentable en el Valle del Aconcagua por medio de la recolección de residuos

Biocultura presta servicios de recolección de residuos orgánicos y reciclables, además, de educar a la comunidad sobre el cambio climático.

23.09.2021

Desde el inicio de la pandemia en 2020, Sebastián Ahumada, Sofía Venegas y Mackarena Gutierrez cambiaron sus hábitos y, a raíz de esto, comenzaron un emprendimiento para concientizar a la comunidad del Valle del Aconcagua y convertirlos en agentes de cambio activo para luchar con el cambio climático.

Los tres jóvenes prestan el servicio de recolección de residuos orgánicos y reciclables, además de educar de manera amigable a las personas respecto a los pro y los contras que esto conlleva, cuáles son las maneras correctas al momento de reciclar, compostar y otra acciones claves para mitigar el cambio climático.

Sobre Biocultura y el proceso que han vivido hasta ser incubados en el programa IMPULSA+ de Gen-E, la Incubadora Social PUCV, Sebastián Ahumada nos conversó y respondió algunas interrogantes respecto al futuro de este emprendimiento. 

¿Cómo nace Biocultura?

Nació hace 1 año, cuando llevábamos dos meses de pandemia, en ese tiempo con Sofía volvimos a vivir a Los Andes y estábamos haciendo una cuarentena voluntaria, es aquí cuando empezamos en casa a separar nuestros residuos de manera intuitiva. Nos dimos cuenta que era muy notorio el cambio en la cantidad de desechos que se generaban y empezamos a mirar empresas que realizaban un servicio de recolección de residuos y nos llamó bastante la atención y de ahí tuvimos la intención de replicarlo en el Valle del Aconcagua.

Fue allí que con Sofía quien es mi socia y pareja, imaginamos este emprendimiento y decidimos unir a Mackarena, que es la hermana de mi mejor amigo. Ambas se interesaron en el proyecto y fue cuando comenzamos a recolectar los residuos de la gente y a reciclar. 

En un principio, teníamos la idea de incluso hacerlo gratis, entre los amigos y comenzar a concientizar.

¿Cómo obtienen los primeros clientes?

En forma paralela a nuestro proyecto, Sofía comenzó a sembrar verduras, tuvimos la suerte de que todas las semillas de lechuga crecieron, así que Biocultura nace vendiendo almácigos, donde las personas se interesaron por el autocultivo, ya que les hablábamos sobre la soberanía alimenticia y el no derrochar recursos utilizando las verduras hasta el último y fue ahí como también les comenzó a llamar la atención el servicio de retiro de residuos. 

Primero hablamos con nuestros amigos para retirar sus desechos y hacer compost, muchas personas nos dijeron que si y ahí vimos que podíamos cobrar algo simbólico para el traslado de este y comenzamos a ofrecer el servicio y en dos semanas teníamos 30 personas interesadas. Ya al primer mes teníamos contrato con 40 personas, quienes nos dieron feedback de cómo mejorar y ofrecer una mejor experiencia.

¿Qué tipos de desechos retiran?

Residuos orgánicos, que son los derivados de la cocina principalmente, cartones, servilletas, papeles en general, cáscara de frutos secos, huevos, té, borra del café, pelos, uñas, hojas, entre otros. También recolectamos algunas podas y, por otro lado, los productos reciclables que son los vidrios, latas, cartón, papel, tetrapack, plásticos, entre otros.

También retiramos aceite usado de cocina, el que usamos para hacer un jabón biodegradable que después entregamos como retribución a nuestros clientes.

¿Cómo funcionan con las retribuciones?

Cada tres meses damos retribuciones a nuestros clientes, tanto como compost, jabones, almácigos de verduras para que ellos puedan cosecharlos, hierbas medicinales, entre otros.

Esto lo hacemos para que los clientes vean cumplido su ciclo, para que se genere un apego al reciclaje y a la recolección de desechos. A las personas les gusta esto ya que ven reflejado su esfuerzo, como es separar los desechos y dejar el contenedor afuera.

¿Cómo lograron llegar a tantas personas en tan poco tiempo?

Con Sofía venimos del mundo de las comunicaciones, ambos somos comunicadores audiovisuales y estuvimos trabajando anteriormente en distintas redes sociales de otras instituciones, entonces cuando se dio esta oportunidad de poner nuestro propio negocio se puso en práctica lo que alguna vez hicimos para otras personas, la única diferencia es que nosotros éramos la cara visible ahora y teníamos que interactuar con las personas.

Pero a pesar de eso, considero que se nos ha dado más fácil, porque todos somos de Los Andes y acá tenemos un círculo o red de amigos bastante grande. 

¿Qué esperan lograr como Biocultura en su paso por IMPULSA+?

Nuestro objetivo principal es reafirmar nuestros conocimientos y ahondar en el desarrollo emprendedor. Nunca me habían enseñado a mi directamente sobre innovación y emprendimiento, conocía ciertos aspectos y conceptos, pero no tenía la autoridad de decir que pasé por un curso de esto, es por esta razón que me pareció una muy buena instancia para reafirmar nuestros conocimientos y tener este respaldo que nosotros no teníamos de ningún área. 

Por eso cuando se presentó la oportunidad de la incubadora, decidimos aprovechar de solidificar esta base y tener este respaldo de parte de Gen-E.

¿Cuáles son las proyecciones que tienen como proyecto?

Nosotros tenemos una idea, queremos ser la transición y de acá a 5 años nos gustaría estar compostando los desechos del 5% de la población del Valle del Aconcagua, suena poco, pero son muchas casas. Y no lo pensamos donde las personas nos estén pagando directamente a nosotros, sino podría ser por medio de un programa municipal o algún convenio con alguna empresa, nuestra idea es llegar a más gente. Y en camino a lograr esto, queremos concientizar y crear una comunidad sustentable.