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Liberemos El Ciclo: el emprendimiento que busca contribuir en la educación sobre salud menstrual a través de talleres

Este emprendimiento busca generar conciencia sobre un proceso natural que no debe ser vivido en el marco de bromas, acoso o vergüenza.

03.01.2022

El programa de incubación IMPULSA+ es una gama de recursos y servicios para emprendimientos sociales. Trabaja sobre un plan formativo y acompañamiento personalizado y constante, para fortalecer y minimizar los riesgos de fracaso una vez que salgan al mercado. De manera paralela, se trabaja transversalmente en la formación de actores de cambio y la relevancia de su impacto en la sociedad, en las habilidades sociales de cada persona, el trabajo en equipo, la importancia de las vinculaciones y la generación de redes. Esta es una iniciativa de la Dirección de Innovación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), dentro de la Incubadora Social Gen-E, que el año 2013 lanzó su primer programa de incubación con el objetivo de entregar una red de soporte integral para fomentar el emprendimiento social en la Región de Valparaíso.

Liberemos El Ciclo es un emprendimiento que forma parte de esta edición del programa de incubación IMPULSA+ 2022, el cual busca contribuir a la educación en salud menstrual y así fomentar el autoconocimiento y la comprensión de los cambios en el ciclo vital. Esto por medio de talleres socioeducativos que están dirigidos a todos los géneros, generando consciencia de un proceso natural que no debe ser vivido en el marco de bromas, acoso o vergüenza. Son talleres que distinguen las distintas etapas del público objetivo, con el fin de desarrollar un abordaje comprensible y pertinente. 

El equipo está conformado por Fernanda Torres, nutricionista. Trabaja de manera independiente atendiendo una consulta para mujeres que tengan alguna alteración en su ciclo menstrual o una mala relación con la alimentación. También realiza talleres sobre salud menstrual y es especialista en este tema desde hace 3 años, ya que hizo un magíster en salud hormonal y un diplomado en educación y consejería en salud menstrual. Lia Araya, trabajadora social de la PUCV con un diplomado sobre enfoque comunitario y niñez. Los últimos años ha estado ejecutando programas que realizan acompañamiento psicosocial a grupos vulnerables. Y Josefa Torres, profesora de educación básica de la PUCV y que desde la pandemia trabaja de manera independiente haciendo apoyo pedagógico a niños y niñas para sus exámenes libres. También es terapeuta floral, participa en clases de danza e hizo un curso relacionado con la menarquia.

Este emprendimiento ha tenido varios cambios. En un principio el equipo tenía como único objetivo hacer cursos en establecimientos educacionales, pero desde que ingresaron a la Incubadora Social Gen-E, descubrieron que ese puede ser su meta a largo plazo y que por el momento pueden realizar otras actividades en el corto y mediano plazo. Han puesto énfasis en las necesidades del público objetivo y es por eso que ahora van a lanzar un taller de menarquia (primera menstruación) en grupos más pequeños para ver cómo funciona.

Los talleres que tienen pensado realizar tienen la idea principal de explicar lo que es la salud menstrual, entendiendo todas las dimensiones que la rodea, como las políticas públicas, los ámbitos sociales y culturales, el entorno familiar, la comunidad y cómo todo eso tiene un impacto en el ciclo. Además de tomar en cuenta el contexto de tabú que rodea este tema. Fernanda destaca que en el año 2015 el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, definió al ciclo menstrual como un quinto signo vital, por lo que afirma que “es imprescindible que mujeres o personas menstruantes conozcan sobre su ciclo menstrual, cómo funciona y cómo se ve alterado. Que cuando vayamos los profesionales de la salud sepamos qué cosas nos van a preguntar en torno a eso y entregar esa información para que la puedan utilizar como un indicador de su salud”.

En tanto Lia comenta que es fundamental manejar esta información y no solo para quienes experimentan la menstruación, sino que para la dinámica social completa. Es decir, que este tema le debería interesar a hombres, niños, jóvenes y personas mayores, ya que es un fenómeno que tiene implicancias multidimensionales. “Cuando un hombre conoce sobre este tema y tiene una compañera de trabajo que tiene una menstruación dolorosa, que ojalá no fuera así, va a tener una perspectiva distinta”, afirmó. La idea de Liberemos El Ciclo, es romper con los estereotipos y las frases aprendidas, para adoptar una mirada más profunda a lo que realmente implica experimentar el ciclo menstrual.

Este emprendimiento también busca promover el autoconocimiento y la autonomía en torno a este tema, ya que como dice Fernanda, tras hacer conversatorios y talleres, es impresionante el desconocimiento que hay en torno al tema. También en cosas básicas, como términos de la anatomía o personas que no saben el funcionamiento de la vulva o el útero. “No conocer esto aumenta mucho lo que es la brecha de género y causa desconocimiento”, añadió. En ese punto entienden esto como un fenómeno complejo que no tiene ni buenos ni malos, sino que simplemente hay falta de información. Esa es su motivación principal, actuar como facilitadoras para que se siga conversando sobre esto.

¿Qué las motivó a participar en IMPULSA+?

L: Yo creo que nos motivó, justamente, el identificar que hay temas y recursos con los que no contamos para sacar adelante el proyecto. Porque como decía la Fernanda y lo Jo, identificamos muchas cosas que no debieran estar sucediendo o que debiesen darse de otra manera y a proposito de eso, el activismo y la visibilización son super importantes, pero el propósito de esto y el impulso con el que llega la Fernanda es a hacerse cargo. A aportar desde el desafío de nuestra humilde vereda y desde ese punto de vista, también el visibilizar el valor que tiene el poner a disposición nuestras disciplinas en pos de este trabajo. Cuando decimos que es un trabajo el que vamos a realizar, implica un montón de cosas distintas, que tienen que ver, por ejemplo, con la venta de un servicio a propósito del proyecto. No hacerlo todo por amor al arte, como se dice. Que seria super lindo en un contexto distinto, pero bueno, hay necesidades que cubrir también y desde ahí es como vemos la necesidad de equilibrar esto que tenemos tantas ganas de hacer, con las necesidades personales. Es un ejercicio no menor, en el que hemos recibido un montón de orientación por parte de la Incubadora Social Gen-E. O sea, las temáticas que tienen que ver con marketing, con formulación de proyectos, el poder conformarse como una entidad a nivel jurídico, ¿cierto? Son todas temáticas que uno no necesariamente maneja, sobre todo en disciplinas como las de nosotras que no se acercan mucho. Entonces esa también es una gran oportunidad. Poder mirar, escuchar y aprender de las experiencias de otras personas que se están aventurando, también, a emprender con una idea. 

¿Qué les ha parecido esta experiencia hasta el momento?

Nos ha servido mucho en el sentido de replantearnos. Uno puede tener una idea, como “ya, quiero hacer esto”, pero llevarlo a la práctica es muy diferente, como con todas las cosas que hay que considerar. Entonces yo siento que nos ayudó mucho a aterrizar todo lo que teníamos en mente. Yo decía, “mi plan a futuro es la educación en los colegios”, pero me di cuenta que no iba a ser tan fácil hacerlo. Con las asesorías de Daniela, con todo lo de los talleres, pudimos ir dándonos cuenta que quizás podríamos establecernos metas más a corto plazo, para ver cómo funcionan ciertas cosas. Entonces nos fuimos modificando, entendiendo qué tenemos y leyendo a nuestro público objetivo. No solo tener en consideración lo que nosotras queremos entregar, sino que la necesidad de las personas. Yo siento que eso nos ayudó muchísimo porque teníamos algo en mente que tuvimos que ir moldeando. Nos ayudó mucho a aterrizar y concretar.