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Académico Alejandro López es distinguido con premio "Francisco Javier Domínguez"

Dicho premio simboliza el máximo reconocimiento nacional en la disciplina hidráulica y fue entregado en el contexto de la inauguración del "Congreso chileno de Hidráulica".

El profesor de la Escuela de Ingeniería Civil de la PUCV, Alejandro López, fue distinguido con el premio "Francisco Javier Domínguez" a la trayectoria en la Ingeniería Hidráulica. La premiación, pospuesta desde el año pasado por el estallido de octubre y posteriormente por la pandemia, llega tras una vida dedicada a las ciencias de la ingeniería.

El académico es Constructor Civil e Ingeniero Civil de la Universidad de Chile, con estudios de Postgrado en el Laboratorio de Hidráulica de la Universidad de Kyoto, ubicada en Japón. Fue director de la Escuela de Ingeniería Civil de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso durante el 2008 y 2018. Actualmente es Profesor y Académico de Ingeniería Civil de la PUCV. Ha sido profesor en las más prestigiosas universidades del país, impartiendo cursos como Mecánica de Fluidos, Obras Fluviales, Hidráulica de Transporte, Arrastre de Sedimentos, entre otros.

Dentro de su carrera se destaca ser miembro de la Sociedad Chilena de Ingeniería Hidráulica y de la Asociación Internacional de Investigaciones Hidráulicas. Además de haber sido presidente del Capítulo Latinoamericano de la Asociación Internacional de Ingeniería e Investigación Hidráulica, entre otras.

Fue recocido como Investigador destacado, el año 2014, recibiendo el premio Ingeniero Andrés Benítez, otorgado por el Comité para el Programa Hidrológico Internacional y ahora recibiendo el Premio del Profesor Francisco Javier Domínguez por la trayectoria académica y profesional.

Dicho premio simboliza el máximo reconocimiento nacional en la disciplina y fue entregado en el contexto de la inauguración del "Congreso chileno de Hidráulica", oportunidad donde se presentan trabajos relacionados a la especialidad, desde la mecánica de fluidos en hidráulica fundamental, hidrología, hidrometeorología hasta la hidráulica marítima y es entregado como testimonio de su valioso aporte profesional e investigativo a la Ingeniería Hidráulica Chilena.

Conversamos con "Don Alejandro", como lo conocen sus alumnos en la EIC, y nos contó que el premio recibido es mucho más que eso.

¿Qué significa para usted este premio?

Para mí, aparte de ser un reconocimiento al trabajo que he desarrollado por muchos años, tiene un significado especial porque yo conocí a Don Francisco en el año 1961 cuando me incorporé a trabajar en la hidráulica como egresado y fue mi primer trabajo. Más adelante seguí trabajando con él hasta casi el día de su muerte, por los años 80. No solamente fui su alumno, tuvo una gran influencia en que yo siguiera la carrera académica, en mi interés por la investigación y el poder colaborar en la formación de entidades e instituciones que sirvieran como punto de reunión para investigadores y académicos dedicados a esta disciplina (hidráulica). Por tanto, para mí el premio, fue más allá que un reconocimiento, es un punto de encuentro con mi maestro y lo siento directamente en el corazón

Imagen foto_00000004¿Cómo podríamos resumir la trayectoria de Francisco y la influencia que tuvo en usted?

Yo diría que él es el padre de la ingeniería hidráulica chilena. Estuvo toda su vida dedicado a ejercer la docencia y la investigación. Él fue discípulo de Ramón Salas Edwards, quien es el académico e ingeniero hidráulico más brillante que hemos tenido. Se recibió en 1918 y en 1919 Ramón le dejó la cátedra de hidráulica de la PUC y en 1930 le llevó a hacer la misma carrera a la Universidad de Chile. Don Francisco, siguiendo la huella de Don Ramón, fortaleció la materia hidráulica de la PUC y en el año 1953-54 (más menos) comenzó a crear la materia hidráulica en la Universidad de Chile que se inauguró en 1957 y Don Francisco trabajó ahí de forma permanente como profesor de cátedra y luego titular, hasta su fallecimiento.

Por los años 64-65, contribuyó para la creación del Instituto Nacional de Hidráulica de Chile que aún persiste y que es un organismo de investigación perteneciente al estado. Todo esto se suma a que Don Pancho propició la creación del Capítulo Latinoamericano de la Asociación Internacional de Ingeniería e Investigación Hidráulica realizando el primer congreso de esta entidad en Chile en 1962 y donde también pude participar y fue la primera vez que presenté un trabajo al congreso.

Creó también, junto con otros distinguidos ingenieros, la Sociedad Chilena de Ingeniería Hidráulica en 1970. Eso me llevó a incursionar en este aspecto, ya que mientras dirigía el Instituto Nacional de Hidráulica, creé la Red de Laboratorios Iberoamericano y junto con ingenieros de centros experimentales de hidráulica de España, creamos el Seminario Internacional de Puertos, el que aún se realiza.

En este sentido, Francisco marcó bastante lo que yo he desarrollado y me imagino que, por eso, llevo tantos años haciendo cátedra e investigación, aunque es un poco distinto a Francisco ya que él se dedicaba a hidráulica tradicional y yo me dedico a la hidráulica fluvial, al trasporte de sedimentos y problemas asociados a ese tipo. Yo creo que eso me macó en lo personal.

La hidráulica en Chile ha estado marcada por lo que Francisco formó, como el aporte en los cálculos en los diseños de obras hidráulicas. Él es un símbolo de la hidráulica nacional, latinoamericana y habla hispana.

Considerando su trayectoria académica con la PUCV y pensando en Valparaíso. ¿Cuáles son los desafíos de la hidráulica en Valparaíso y en Chile?

Yo creo que el agua es un problema candente, tanto en Valparaíso como en todo el planeta.

Acá hay dos cosas, el recurso del agua, donde no podemos hacer mucho ya que está condicionada por aspectos meteorológicos o el calentamiento global y lo que sí podemos hacer los ingenieros dedicados a la hidráulica, que es mitigar estos problemas que ocasionan la sequía meteorológica. El dar un uso adecuado a estos recursos es un desafío y hay muchos factores a tener presentes. No podemos hablar solamente del uso eficiente ya que está ligado al entorno: a la cuenca hidrográfica, al tratamiento que nosotros le damos a la cuenca, a las obras que podrían embalsar agua o generar recargas acuíferas, está asociado también a lo que podemos hacer con el potencial que tenemos, ya que el agua que no sólo puede producir energía eléctrica, sino que también puede proporcionar agua potable a través de la desalación de agua de mar.

En la V región hay muchos desafíos, hay desafíos inmediatos como evitar desastres que pueden generar crecidas o desviaciones de ríos, problemas costeros, daños provocados por la acción del mar los problemas de los cerros de Valparaíso en las quebradas, donde las crecidas o las lluvias torrenciales que pueden venir pueden generar problemas.

Nosotros, desde la EIC hemos estado trabajando con estos problemas, principalmente asociados a poder cuantificar o definir ciertos comportamientos o patrones en las cuencas para saber cuál es la producción de sedimento que va por los cauces, para así tomar precauciones necesarias y evitar estancamiento de obras, como embalses.

Este último tiempo, con los estudiantes de la EIC, hemos tratado de poner en práctica un sistema de análisis de la vulnerabilidad de puentes, diferente de las acciones hidráulicas de los cauces, hemos tratado de aplicar algunas recomendaciones dadas por colegas de Argentina y España, lo hemos hecho ya en varios puentes otros en la V región y otras regiones. De hecho, en el Congreso que acabo de terminar, donde me entregaron el premio, uno de mis estudiantes, presentó un estudio que hemos realizado por los últimos 6 a7 años sobre análisis de vulnerabilidad hidráulica de puentes y eso lo estamos sacando dentro de la EIC PUCV con los estudiantes que tienen interés y afición por los asuntos hidráulicos. Pero hay mucho más que hacer todavía.

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