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Infografías de Núcleo de Investigación en SbN de la PUCV explican importancia ecológica de árboles y humedales urbanos

Contribución a la sostenibilidad, reducción de riesgos climáticos y mejor calidad de vida para los habitantes son parte de las propiedades que evidenció este trabajo, el cual desarrollado en conjunto con el Centro de Acción Climática PUCV, el Centro del Clima y la Resiliencia (CR)2, y el Laboratorio de Dendrocronología y Estudios Ambientales PUCV.

Una serie de infografías, respecto de elementos naturales de los territorios, son las que está presentando el Núcleo de Investigación en Soluciones de Base Natural (N2S) para Desafíos Ambientales Emergentes de la PUCV, con la publicación de dos trabajos: “El árbol urbano” y “Humedales urbanos”. Este trabajo, a cargo de las ilustraciones de Francisca Veas, se enmarca en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, basado en la protección de la naturaleza y nuevas estrategias de desarrollo.

De esta manera, desde el Núcleo, en colaboración con el Centro de Acción Climática PUCV, el Centro del Clima y la Resiliencia (CR)2, el Laboratorio de Dendrocronología y Estudios Ambientales PUCV, y sus impulsores –entre docentes e investigadores de la Universidad–, están trabajando fuertemente para proveer información objetiva acerca de los beneficios y ventajas de la vegetación y los ecosistemas naturales en ecosistemas urbanos, para enfrentar las amenazas del cambio climático en Chile.

El árbol urbano

Es parte de nuestro paisaje cotidiano al andar, para descansar a la sombra o como punto de referencia, pero lo cierto es que el árbol urbano juega un papel fundamental en la ecología de las ciudades, así lo evidencia la primera infografía con el mismo título, “El árbol urbano”

Agente clave para la mitigación del cambio climático, el árbol urbano reduce tanto riesgos climáticos, como para la salud. Esto, debido a que es capaz de modificar las condiciones de su ambiente inmediato, al regular la temperatura, mejorar la infiltración, limpiar el aire y fijar carbono, pero también para la estabilizar los suelos, así como para el almacenamiento y retención temporal de contaminantes. 

Estas características permiten mejorar la calidad de vida para comunidades humanas, aportando a generar ambientes limpios, a la disminución del estrés y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Adicionalmente, también sirve como refugio y hábitat para especies de animales y plantas, siendo clave para la biodiversidad de zonas urbanas.

Ariel Muñoz, profesor del Instituto de Geografía PUCV, experto en Geografía Ambiental y Cambio Climático, e investigador del Núcleo, detalla cómo los árboles urbanos buscan mejorar las condiciones de su entorno, en pos de su permanencia: “Por ejemplo, los árboles estabilizan los suelos donde habitan, lo cual nos ayuda, al igual que a ellos, a reducir deslizamientos de tierra, contener inundaciones, regular la temperatura en días calurosos y en olas de calor, además de proveer refugio para otros organismos, como son insectos y aves, lo cual además de generar belleza escénica, provee cercanía con entornos y elementos naturales, aspectos clave en las ciudades resilientes. Por lo tanto, los árboles urbanos, como parte de diseños urbanos sostenibles, son posiblemente la mejor inversión social que podemos hacer en nuestras ciudades para enfrentar el cambio climático”. 

  • Mira desde Emol la cobertura de la infografía en su sección Multimedia.

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El humedal urbano

Aporta biodiversidad, pertenece con frecuencia al hábitat de comunidades costeras y en la actualidad, su preservación se ajusta a los compromisos mundiales de las Naciones Unidas, con la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en materia nacional, a la Ley de Humedales Urbanos (LHU). Todo esto se propone en la segunda infografía, "Humedales Urbanos".

Así es como la protección del humedal urbano se vislumbra como una directa “solución basada en la naturaleza”, considerando su aporte desde la productividad, diversidad biológica y formación de suelo, frente al secuestro de carbono que realiza. Con esto, el humedal es capaz de crear un entorno nutritivo, que permite una gran biodiversidad en flora y fauna, así como para permitir hábitats reproductivos.

“En consecuencia, se genera una zona de aprovisionamiento, de pesca y caza, alimentación y pastoreo. Así también son espacios regulatorios que proporcionan suministro de agua dulce, y purificación ya que en los entornos edáficos se generan procesos de biorremediación que captan y metabolizan nutrientes y contaminantes, así como también retiene y precipita material particulado”, explica Lorena Jorquera, docente e investigadora de la Escuela de Ingeniería en Construcción e integrante del Núcleo, al respecto. 

La investigadora además, concluye respecto a los beneficios culturales de este tipo de extensiones naturales, las cuales permiten “espacios de recreación, educación, investigación, conformando paisajes de un valor estético único y de gran significancia”.

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Por Paula Castillo Miranda

Periodista 

Instituto de Geografía PUCV