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Estudiantes PUCV participaron de taller vivencial sobre discapacidad

‘Ponte en mi lugar’ fue la actividad organizada por el Programa PUCV Inclusiva y la Pastoral de la Universidad, donde estudiantes pudieron vivenciar -a través de experiencias guiadas por monitores- cómo es la cotidianidad de las personas en situación de discapacidad.
Así, a través de aislantes de sonido, bastones guías y sillas de ruedas, decenas de estudiantes del Campus Sausalito tuvieron la oportunidad de ser guiados/as por monitores y monitoras a través de la experiencia de quiénes viven en discapacidad; y mediante stands informativos, conocer más sobre el lenguaje de señas, el sistema de lectoescritura braille y sobre el trastorno de espectro autista.
Según informó la Directora de Inclusión de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Jacqueline Páez Herrera, esta instancia se enmarca en los esfuerzos de sensibilización del Programa PUCV Inclusiva, cuyas dinámicas vivenciales han permitido a los y las estudiantes visibilizar las barreras de accesibilidad.
“Este taller sobre la situación de discapacidad fomenta el desarrollo de la empatía para la construcción de una Universidad más inclusiva desde la propia experiencia, es decir, desde el aprendizaje activo; y también, contribuye desde nuestro sello valórico PUCV, a que nuestro estudiantado reflexione sobre la importancia de construir una sociedad más justa y equitativa”, expresó la autoridad universitaria
En tanto, Luis Alvarado, coordinador de la pastoral universitaria agradeció la participación de los y las voluntarias que hicieron posible este encuentro, tanto participantes de la Pastoral como monitores del mismo Campus Curauma quienes mostraron un gran interés por participar de esta actividad.
“Dentro de los lineamientos de la Pastoral, está el servicio o los voluntariados y desde allí nace la inquietud por trabajar por la inclusión de las personas con discapacidad - con estudiantes de la pastoral como monitores que han recibido una capacitación adecuada- para fomentar la cultura del encuentro de la cual habla el Papa Francisco, ir en contra de la cultura del descarte, la cual aleja a las personas con discapacidad de las oportunidades”, expresó el kinesiólogo.
En tanto, los y las estudiantes – tanto monitores como participantes- manifestaron su satisfacción por ser parte de este taller y a la vez se sintieron interpelados por la experiencia de ponerse en el lugar de una persona con discapacidad.
 “Fue sorprendente e impactante la experiencia de movilizarme en silla de ruedas, ya que es difícil tener la fuerza física en los brazos y las rampas son inclinadas…Debe ser súper complicado para una persona movilizarse sin apoyo, porque me cansé, fue muy agotador. Me parece bacán la iniciativa porque en psicología se nos enseña que para estudiar un fenómeno hay que tener empatía y esto nos ayuda a conocer otras realidades, lo que otros pasan”, comentó Karen Urrutia, estudiante de Psicología.
 “Estoy en mi función de monitor con el fin de concientizar un poquito en específico sobre las personas con discapacidad auditiva o hipoacusia, la idea es enseñar cómo ponerse en el lugar de estas personas, las barreras que se impone al no tener una comunicación oral. Por una motivación personal, familiar y comunitaria aprendí lengua de señas, pero me parece importante mencionar que son las personas sordas, quienes deben enseñarlo ya que es parte de su comunidad”, mencionó el monitor José Torres, estudiante de Pedagogía en Educación Especial
“Fue cuático porque es la primera vez que puedo simular ser una persona con discapacidad visual y usar el bastón, mi mayor problema fue coordinar el pie derecho con el bastón hacia la izquierda. Mi inquietud fue por mi carrera, de saber cómo ayudar a una persona, sabiendo cómo moverse. Es una experiencia nueva, que me sirve para poder ayudar a una persona no vidente desde la perspectiva de lo que ya lo he vivido”, relató Nicolás Vera estudiante de Educación Especial.
 “Mi sentimiento fue de frustración porque al no saber lengua de señas, no podía comunicarme…. Eso me hizo reflexionar lo difícil que será para personas que viven con discapacidad auditiva, el no poder comunicarse. La actividad está muy buena, viendo cómo hay tantas formas distintas de ser en el mundo que siempre tenemos que aprender, tanto como estudiantes de la PUCV, como en la sociedad en general, y como futuros profesionales de ver la diversidad del mundo”, comentó Francisca Vásquez, estudiante de Psicología.