20.09.2020

El estudiante de Ingeniería Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Marcos Montenegro, mientras cursaba su primer año en una asignatura de la carrera junto a un grupo de trabajo en el que se encontraba el estadounidense Alexander Waddell, quien estaba haciendo parte de un intercambio en la PUCV, comenzaron a trabajar en un producto de aseo en base a castañas de la india.

Al finalizar la asignatura es cuando Marcos Montegro decide continuar con el proyecto y es en ese momento cuando postula a los Concursos DIE y se adjudica un fondo que le permitió desarrollar el producto y generar las primeras ventas.

¿Qué significó para el emprendimiento adjudicarse los Concursos DIE?

Con los fondos que tuvimos por la adjudicación de este proyecto, pudimos comprar los insumos necesarios para la ejecución del proyecto. Y desde ahí en adelante, es cuando hubo un momento en que las ventas aumentaron y Lavandepure comenzó a hacerse más conocido, incluso salí en un diario de circulación nacional, ya que les llamó la atención el producto que estaba realizando. 

Pero más allá del fondo, ha sido un apoyo en todo sentido, nos ha permitido mantenernos estable y se nota que existe un trabajo de fondo, ya que se preocupan del proyecto y el equipo para que todo siga de la mejor manera. Han estado muy pendientes, tanto en nuestro desarrollo personal como también motivándonos a postular en otros proyectos.

¿En qué etapa se encuentra el proyecto actualmente?

Después de ir muy bien en ascenso, tuvimos dos hechos que afectaron las ventas y el proyecto. En octubre de 2019 comenzó el estallido social y en 2020 la pandemia, lo que ambas situaciones mermaron el exitoso rumbo que llevábamos.

Además de lo anterior, quedé solo en el proyecto, ya que mi compañera Alexandra Bravo, quien se encargaba de las ventas y las redes sociales tuvo que abandonar Lavandepure por temas laborales, así que actualmente está detenido el emprendimiento, pues estoy buscando personas de Ingeniería Química o una carera afín para que se unan y me ayuden a hacer estudios sobre el producto y desarrollarlo más profesionalmente.

¿Cuándo comenzaron las ventas?

Al final de 2018 comenzamos a vender, fue el mismo año que nació el proyecto. Las primeras ventas fueron en una feria de la asignatura y es ahí cuando vimos que a estudiantes y profesores les gustaba. Posteriormente, iniciamos una campaña en redes sociales y comenzaron a aumentar los clientes y nos buscaban. Nos dimos cuenta de que el producto llama bastante la atención.

Actualmente, sigo vendiendo, pero se nota que decayeron producto del acontecer mundial, sin embargo, aún hay personas que me siguen preguntando y quieren consumir el producto y volver a comprar. Mi objetivo es darle más vida a la página web y al producto.

Me gustaría detener las ventas por un tiempo y enfocarme en la base del proyecto, que es el producto, para que no crezca solo en ventas, sino que también, esto vaya de la mano con el desarrollo del producto.

¿Cómo imaginas tu proyecto unos años más? 

Teniendo en cuenta que el 70% de los proyectos fracasan en el inicio, en unos años más espero tener un emprendimiento sólido, con un buen grupo de trabajo y que se mantenga estable y nos permita posicionarnos en el mercado. 

¿Actualmente cuál es el producto que estás vendiendo?

Vendo una bolsa que cuesta $2.000 y rinde aproximadamente para cinco u ocho lavados, dependiendo de la carga y la lavadora. Este es el único producto que tenemos hasta ahora, pero antes de que disminuyeran las ventas teníamos en proyecto desarrollar jabón, shampoo y darle más énfasis al detergente de ropa.

Me gustaría tener más variedad y más cantidad, con un producto más testeado y profesional.

¿Cómo obtienes la materia prima para fabricar el detergente? 

Lo importo de la India, esta castaña actualmente solo procede de allá. Estoy buscando si es que tenemos en lugares más cercanos, ya que es una logística un tanto complicada, puesto que compro 10 kg de castañas y hasta hoy el Servicio Agrícola Ganadero me retiene un porcentaje de esto, por lo que siempre pierdo unos kilos. Para subsanar eso, estoy intentando sacar los permisos fitosanitarios que se exigen.

El producto que tengo no es como los comunes que botan residuos que van directamente al mar y contaminan, por lo que mi propuesta de valor es que es un detergente ecológico distinto a los que hay actualmente en el mercado.