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Alumnis de Ingeniería Mecánica PUCV desarrollan emprendimiento para solucionar el problema de la escasez hídrica

El proyecto es parte de los Concursos DIE en la categoría DESARROLLA.

05.11.2021

Hablamos con Víctor Vera, tesista de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien tuvo la idea original detrás de “ADA: agua del aire”, un innovador proyecto que busca encontrar una solución al problema de la escasez hídrica y su acceso con el aprovechamiento del agua que poseen las nubes en un proceso de transformación del compuesto gaseoso a líquido. 

¿Cómo nace este proyecto y cómo ha ido evolucionando?

El proyecto nace conmigo, de una idea que nació cuando íbamos viajando a ver unos familiares al sur, respecto a las nubes que iban viajando también, entonces pensando en las nubes como una fuente de agua móvil, que van moviéndose y el tema de la escasez hídrica, pensaba como poder aprovechar esa agua que está ahí en forma de nube. Ahí nace la idea de “ADA, agua del aire”, aprovechando la humedad del ambiente, haciendo que esta agua que está en estado de gas pase a líquido y poder ser una solución al problema de la escasez hídrica y asegurar también el acceso al agua. Todo ocurrió en mi mente, en mi casa primero, basándome en unas ideas que ya existían como el pozo de provenzal y después ya madurando un poco la idea, un amigo me incita a que participe  en un concurso de la DIE que es Desafío Ambiental, a principios de este año y ese fue el primer fondo que nos adjudicamos, de 300 mil pesos y cuando nos adjudicamos el fondo, yo convoco a cuatro personas que son miembros también de la carrera y de la universidad (Álvaro Geldres, Felipe Schiapacasse, Sebastián Muñóz y Eduardo Suazo), para que me apoyen en este proyecto, y bueno, hicimos unos primeros avances, y ahora, después ya terminado ese fondo, nos adjudicamos el DESARROLLA de 1 millón, en el cual ya estamos en la etapa final del prototipo, esperando los primeros resultados.

¿Cómo ha sido el trabajo en equipo?

Primeramente plantee una forma de organización horizontal, pasó el tiempo y para algunas personas eso no funcionó, con otras sí y tuvimos algunos conflictos internos que logramos superar. Eso nos fortaleció como grupo e hizo que mejorara nuestra orgánica. También, dentro, se definieron roles bien marcados en cuanto a funciones que cada uno debía desarrollar y por ejemplo, en mis relaciones con el exterior del emprendimiento, de la empresa y con eso logré hacer contacto con un grupo de comerciales que estaban haciendo su tesis, entonces cinco ingenieros comerciales hicieron su tesis sobre nuestra empresa, con una propuesta de negocios, un estudio de mercado, un informe bien completo de 400 páginas que nos dio un sustento comercial y luego, otra área en la cual quise fortalecer era en el tema técnico entonces estos prototipos que vamos a sacar ahora va a ser material de tesis para uno de los miembros del equipo, que va a proponer mejoras para aumentar el rendimiento de la máquina. Entonces así nos hemos ido puliendo en base a las funciones y en la forma que trabajamos.

¿De qué manera les ha afectado el tema de la pandemia?

Los primeros desafíos fueron un poco de experiencia porque cuando nos adjudicamos el DESARROLLA ya teníamos un prototipo para poner a prueba y falló por experiencia técnica. Rompimos un equipo súper importante y tuvimos que postergar esa prueba. Luego con la pandemia fue netamente logística, porque mucha gente volvió a sus ciudades de origen. Entonces eso también involucró un desafío desde la logística, respecto de donde nos juntábamos a trabajar, gente que tenía que viajar, con los costos que eso involucra, el tema de cómo estaban los centros de abastecimiento desabastecidos, las filas que había que hacer, los permisos que había que pedir, que era un permiso a la semana,  ¿Quién va a ir a comprar?, que yo no puedo,  eso involucró una dificultad mayor.

¿Cómo valoran el apoyo que han recibido por parte de la PUCV?

Mira, el primer apoyo es en cuanto a la formación que nos prestan en asesorías continuas, que han estado liderados por Juan Carlos y un grupo de personas que han ido trabajando con nosotros, que son lo primero y lo otro también es el compromiso con la Escuela de Ingeniería Mecánica, ya que en todas estas dificultades que hablábamos de la pandemia, nos prestaron un apoyo súper importante que fue el uso de maquinaria de la universidad, para cortar algunos elementos. Se debía seguir una serie de protocolos para poder ingresar, pero la disposición siempre estuvo para apoyar y eso va en concordancia con el compromiso que firmamos al iniciar el proyecto.

¿Qué es lo que ustedes han podido hacer con el financiamiento que han recibido de parte de la Dirección de Innovación y Emprendimiento?

Primeramente, con el Desafío Ambiental logramos hacer un prototipo más bien precario. Luego con el DESARROLLA, logramos hacer algo más sólido, más comercializable, mucho más pulcro, los materiales son de mejor calidad, lo hemos usado para eso principalmente.

¿El prototipo final ya está listo?

Estamos en la parte final. Hoy tenemos una reunión para ver la fecha en que nos vamos a juntar para terminar ya porque no nos queda nada. Con esta última junta deberíamos hacer las primeras pruebas. Así que de aquí a un mes ya debería estar listo.

¿Cómo te imaginas “ADA, agua del aire” en el futuro?

Bueno, me lo imagino con varias pruebas, nuevos prototipos, validando ideas nuevas, con esta tesis del mecánico lista. Tenemos una meta: a final de año vender un prototipo, esperemos que eso se logre, y a parte, bueno, lo primero, lograr ahora validar esto, y luego ir escalando. Tenemos una proyección de escalamiento que va desde consumo no humano a consumo humano, después a consumo industrial, entonces esa es la aspiración que tenemos, la proyección.