El jueves 29 y 30 de agosto, a las 20 horas, la Orquesta Andina presentará su nuevo disco “Herencia, festejo y tambor” en el Centro Cultural Municipal de Quillota, Leopoldo Silva, y en el Centro de Extensión Edificio Cousiño, respectivamente.
“Herencia, festejo y tambor” es un proyecto musical que nace del deseo de construir discursos sonoros desde distintas miradas, tomando como referencia sonoridades y/o géneros de la música afrolatinoamericana. “Cada mirada explora distintas derivaciones desde dicha referencia cultural y, en algunos casos, el género: festejo, candombe, son o mambo, pasa a ser la referencia. En otros, la referencia es más implícita y se remite a aspectos sonoros y poéticos”, describe Félix Cárdenas, director de la Orquesta Andina.
A su vez, enmarca al conjunto como “el medio a través del cual todas estas poéticas se concretan sonoramente y se proyectan hacia un futuro insospechado. Más sólo está el deseo de transitar de manera lúdica por la diáspora de una cultura sonoromilenaria ya enraizada en Latinoamérica”.
ORQUESTA ANDINA
La Orquesta Andina, fundada por el compositor Félix Cárdenas, nace el año 2002 en Valparaíso siendo pionera en Chile en este tipo de formato. Su estructura sonora está compuesta por distintas familias de instrumentos nativos y mestizos de Latinoamérica, tales como sikus, quenas, tarkas, charangos, tiples, guitarras, bombos legüero y marimba, entre otros.
Su repertorio se ha nutrido desde distintas vertientes musicales, teniendo como raíz fundamental las expresiones musicales de Chile y Latinoamérica, especialmente las tradiciones de los pueblos originarios, poniendo un especial énfasis en la creación de nuevas músicas y formas de expresión sonora.
Cabe señalar que para esta importante ocasión, la Orquesta Andina contará con Marcelo Bellas en percusiones latinas y Ricardo Álvarez en saxofón soprano, como músicos invitados.
OBRAS
El “Bach Peruano” (1995/2017), de Félix Cárdenas, es una pieza nace de la intención de reunir en un mismo discurso sonoro el arte del contrapunto bachiano y el mundo sonoro del festejo peruano. La pieza base original es del año 1995, siendo parte de la pieza Contacto Externo (escrita para Transiente). Luego, se retoma la sección instrumental de dicha pieza reconstruyéndola a través de la técnica del collage, insertando algunas citas de Bach.
“… y, Mañana por la Mañana, También” (2017), de Luciano Vergara, es una obra se origina a partir de una frase que se encontraba escrita en el suelo, cerca de la estación La Concepción de Villa Alemana. Junto al sonido de los trenes y los pájaros, este grafiti acompañó muchas caminatas, reflexiones y tarareos que posteriormente constituyeron las ideas principales de la pieza. En cuanto al discurso sonoro, está influenciado por el festejo peruano, el jazz fusión, el minimalismo y los sonidos propios del paisaje que hay camino a casa.
“Lapandü” (2017), de Daniel Ramos, es resultado de una búsqueda tímbrica y rítmica, abordada primeramente desde el charango y el quenacho en la ciudad de La Serena, para luego continuar en Valparaíso, desde los sikus, el cajón peruano y la flauta traversa. Ya escrita, esta música vive gracias a la orquesta. Su nombre, se debe a fonemas desprendidos de una melodía de la pieza y representa el sentir de un nuevo comienzo.
“Paraná” (1992), de Nelson Niño y adaptación de Luciano Vergara, o “Para Ana”, está basada en el ritmo uruguayo del candombe. Su métrica fue pensada en agrupaciones de 3+3+2 y 3+3+3+3+2+2, lo cual se refleja en la notación musical, evitando con ello la excesiva utilización de síncopas producto de una forzada conversión a los metros binarios tradicionales de 2/4 y 4/4. Fue compuesta originalmente para ensamble de cámara en 1992 y, luego, adaptada en 1995 para el grupo musical “Transiente” de Valparaíso, lo que implicó la utilización de una quena como segundo instrumento melódico y la adición de un bongó.
“Conga de la Empaná’” (2017), de Bruno Giambruno, debe su peculiar y lúdico nombre al momento en que se gestan los primeros compases de la pieza, cuando el compositor con su guitarra plasmaba el primer motivo “mi-re-mi-si” que rememora una conocida canción del grupo “Katunga”. De ahí en adelante el devenir se basa en la presencia de citas y pasajes rítmicos pertenecientes al cancionero popular cubano de antaño sobre una base rítmica de mambo y son que aportan su carácter vintage.
“Despedida” (1986) Ney Rosauro, adaptación de Félix Cárdenas y solista en marimba, Nicolás Moreno; es el último movimiento del famoso Concierto N°1 para Marimba y Orquesta. Aunque ningún tema folclórico o popular brasileño es aplicado directamente en la obra, una atmósfera musical brasileña impregna toda la pieza. Contiene elementos del jazz, fuertes patrones rítmicos sincopados y melodías pegadizas. La marimba dirige el material temático a lo largo de todo el discurso, explorando diversas posibilidades de la técnica moderna de cuatro baquetas.