
Estimadas y estimados integrantes de la Comunidad Universitaria PUCV:
Reciban un saludo fraterno.
Desde hace más de doscientos años, vivimos en una República que ha consolidado instituciones democráticas capaces de sostener la convivencia cívica y ofrecer estabilidad a las diversas generaciones que han construido nuestro país. A lo largo del siglo XX, Chile experimentó un profundo proceso de ampliación de la ciudadanía, integrando de manera creciente a todos los sectores sociales y reconociendo plenamente la participación política de las mujeres. Estos avances no solo fortalecieron nuestra democracia, sino que reafirmaron la dignidad y el protagonismo de las personas en la vida nacional.
El crecimiento y el desarrollo han sido pilares fundamentales para asegurar los recursos que permiten impulsar políticas públicas destinadas a mejorar las condiciones materiales, culturales y espirituales de la población. Cuando una nación progresa de manera equilibrada, con responsabilidad y visión de futuro, es posible distribuir de mejor forma las oportunidades y construir comunidades más justas y cohesionadas.
En este camino, el servicio de las personas a la política merece ser mirado con gratitud. Cuando ese servicio se ejerce con esperanza, con visión de país, con valores éticos, con un compromiso genuino por disminuir las brechas de inequidad y por generar igualdad de oportunidades, el resultado es una sociedad más segura y solidaria. Ese es, ciertamente, el anhelo de la gran mayoría de los chilenos.
En su última carta apostólica, el Papa León XIV nos exhorta a las instituciones católicas a perseverar en el desarrollo del talento humano a través de la educación como camino para construir una sociedad más fraterna. Ese llamado resuena con especial fuerza en nuestra Comunidad Universitaria, cuyo compromiso formativo se funda en la promoción de la dignidad de las personas, en la búsqueda de la verdad y en el servicio al bien común.
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, desde su fundación y en vísperas de celebrar su primer Centenario, ha tenido como misión formar a los futuros ciudadanos de Chile. Miles de jóvenes han pasado por nuestras aulas y hoy contribuyen, desde el ejercicio responsable de sus profesiones, al progreso de nuestra región y del país. Este legado es motivo de profundo orgullo, pero también de una responsabilidad institucional que debemos renovar día a día.
Por esta razón, quiero invitar a toda la Comunidad Universitaria a participar libre y responsablemente en el proceso electoral al que estamos convocados el domingo 16 de noviembre de 2025. En nuestras manos está depositado el destino de la Patria. En esta elección se definirán las y los representantes que ocuparán escaños en la Cámara de Diputados y en el Senado; y esperamos, con sincera convicción, que la Región de Valparaíso sea una prioridad permanente en su trabajo legislativo futuro. Asimismo, comenzará a delinearse quién asumirá la Primera Magistratura de la Nación y conducirá a Chile por la senda del crecimiento, el desarrollo y el bienestar integral de las personas.
Les invito a ejercer este derecho cívico con información, libertad, conciencia y sentido de responsabilidad, inspirados por los valores que animan nuestra identidad institucional y por el compromiso que compartimos con el futuro de Chile.
Reciban mis saludos fraternales,
Nelson Vásquez
Rector