28.08.2018
“La Unión Europea siempre ha estado en medio de encrucijadas. La primera de ellas, que estuvo muy presente hasta el año 2016, se relaciona con que la Unión Europea (UE) fuera capaz de salir de la crisis económica y aspirar a una evolución económica a la ´japonesa´. Esta situación que se generó entre los años 2007 y 2008 duró alrededor de una década, finalizando el año 2017”, señaló el Dr. Guillermo Pérez, director del Instituto de Estudios Europeos de la UVa, España.
El profesor agregó que la segunda encrucijada que barajaron los más críticos y menos creyentes en el proceso comunitario, especialmente a raíz de la situación de crisis económica, era que la Unión Europea iba a comenzar un proceso de ruptura de la misma.
Analistas mencionaban los problemas que podían tener los países europeos de funcionar al unísono y poder llevar a cabo políticas propias de cesión de soberanía, avanzando en la unión monetaria y económica al mismo tiempo. “Se hablaba de una Europa a dos velocidades, que significa que habría un núcleo duro donde estaría Alemania y no se descartaba que pudiese estar Francia, los Países nórdicos, los Países Bajos, no obstante, el problema estaba en diferenciar los otros países que no se encontraban en esta condición. Se apuntaba a una periferia y cómo desentrañar los países que se encontraban en ella. Este aspecto estuvo muy vigente durante los años de crisis económica figurando de menor a mayor Portugal, Grecia, España e Italia, esto se diluyó cuando estos países fueron saliendo de la crisis”, precisó el doctor.
Otra encrucijada viene desde la época en que el movimiento europeo impulsa y conforma este proceso cuya voluntad era promover el federalismo. “El poeta Víctor Hugo en el discurso de apertura del Congreso para la Paz en París (1849) señalaba que la aspiración de los pueblos europeos era llegar a ser un Estados Unidos del viejo continente”, precisó el catedrático. El profesor explicó que esa apelación al federalismo estaba presente en las elites europeístas que apostaban a este camino, aunque en la práctica era muy difícil que todos los países renunciaran a su nacionalidad y este proceso se transformara en un “Estados Unidos de Europa”.
Retos del Presente y Futuro en la UE
“El primer reto de la UE es el Eurocepticismo o la crítica sistemática al proceso de integración europeo. Escepticismo que además está en el origen del nacional populismo, fundamentalmente en el ámbito mayoritario de Europa. El nacional populismo de derecha, que pretende acabar con la Unión Europea, que se conformó a raíz de la Declaración Schuman del año 1950”, aclaró Pérez.
El segundo reto es el funcionamiento de las instituciones económicas especialmente del Euro. “El origen de las comunidades europeas fue impulsado por motivos económicos. La primera Comunidad que se creó fue la del Carbón y del Acero (CECA). El euro se introdujo en los mercados financieros mundiales como una moneda de cuenta el 1 de enero de 1999. Las monedas y billetes entraron en circulación el 1 de enero de 2002 en los doce estados de la Unión Europea que adoptaron el euro en aquel año”, citó el académico.
Pérez informó que muchos analistas consideraron que la duración y profundidad de la crisis económica tuvo que ver con el euro y los ataques que recibió. Otros estudios indicaban que a pesar de todo lo que había pasado en la crisis económica una parte fundamental de la ciudadanía europea veía de manera positiva el euro y lo que éste significaba.
El tercer reto es gestionar la salida del Reino Unido de Europa (Brexit). Algunos investigadores afirmaban que, con este acontecimiento, se esperaba la ruptura abrupta de la Unión Europea, dado que muchos países seguirían la senda de este país. “En marzo de 2019 el Reino Unido dejaría de ser parte de la Unión Europea. Algunos analistas ven el Brexit como un proceso de salvación de la Unión Europea, que revitaliza el desarrollo comunitario permitiendo avanzar más rápido, ya que este país frenaría este objetivo”, puntualizó el doctor.
El cuarto reto se relaciona con encarar la seguridad en los países europeos en función del terrorismo yihadista salafista, debido a los atentados de estos grupos en España, Bélgica, Francia, Holanda, Reino Unido e Italia, acciones que han tenido como resultado más de un centenar de personas fallecidas.
El último desafío mencionado fue el de la inmigración de cara a la opinión pública y cómo gestionar este tema. El profesor se refirió a la crisis migratoria del año 2015 y al debate sobre el Reglamento de Dublín, que establece que el país por el que ingresa por primera vez un inmigrante en territorio europeo, será el encargado de gestionar su solicitud de crisis internacional.
Nacional Populismo de Derecha
El Dr. Ricardo Martín, catedrático de la Universidad de Valladolid (UVa), en su ponencia explicó la evolución y características de los movimientos del nacional populismo de derecha en Europa.
“Las elecciones al Parlamento Europeo del año 2014 marcan una diferencia con lo que había antes, no sólo para la gobernanza de la UE. Estos partidos de extrema derecha populista entran en el Parlamento Europeo y también en los Parlamentos Nacionales”, informó el profesor.
El profesor comentó que, salvo los casos de Portugal, España, Chipre y Malta, el resto de países europeos tienen representación de su extrema derecha populista en el Parlamento Europeo y en la mayor parte de los propios países en sus parlamentos nacionales y en sus gobiernos. “Existe desde finales de los 90, y claramente a partir del 2007, una cierta fatiga del electorado europeo por las alternativas políticas tradicionales, que es el sistema de partidos que se había configurado en Europa después de 1945”, enfatizó Martín.
El académico destacó que “en las elecciones del 2014 un 20% de la población europea votó por partidos nacional populista de derecha, dejando al margen el populismo de izquierda que también estaba en el Parlamento europeo. En países como Francia, el Reino Unido y Dinamarca, el primer partido votado en esas elecciones fue el de la extrema derecha. Es por ejemplo el partido de la Independencia Nacional del Reino Unido el que va a propiciar el Brexit”, puntualizó Martín.
“El nacional populismo en general lanza un mensaje al electorado que pretende recuperar las formas de vida tradicionales, los valores europeos, el progreso económico que había favorecido a la ciudadanía de este continente en el final de la Segunda Guerra Mundial. Estos movimientos son anti globalización y ocupan medios de comunicación alternativos para lograr adhesión popular”, concluyó.
Por Natalia Cabrera Vásquez
Instituto de Historia