22.01.2019
En el Auditorio de la Escuela de Ingeniería Química de la PUCV se realizó el seminario de presentación del Índice de Vulnerabilidad ante el Cambio Climático del Área Metropolitana de Valparaíso (AMV), donde se entregaron aspectos correspondientes a la primera fase del proyecto “Desarrollo de Ciudades Resilientes con los Gobiernos Municipales del AMV” que finalizará a mediados de este año y que es desarrollado por expertos de las cuatro universidades tradicionales de Valparaíso: PUCV, UV, UPLA y UTFSM.
La iniciativa es financiada por el Banco de Desarrollo de América Latina – Corporación Andina de Fomento (CAF) y como contraparte participa el Ministerio de Medio Ambiente de Chile. La propuesta aborda el análisis en las comunas de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Quilpué y Villa Alemana.
La bienvenida del seminario estuvo a cargo del director del Instituto de Geografía, Luis Álvarez, quien destacó que el cambio climático es un desafío que debe abordarse de manera integral al interior de las regiones.
“Hoy es difícil entender los temas ambientales desde una escala local si no lo ubicamos dentro de los sistemas metropolitanos, donde se decide este ámbito. Lo ambiental debería, junto con la idea de las regiones funcionales metropolitanas, ser un componente que le da la sostenibilidad a esos fenómenos (…) Los procesos de cambio climático superan a los perímetros comunales, pero sabemos que son parte de un solo gran proceso urbano y amerita entenderlo más integralmente, pues en ello redunda la posibilidad de darle sostenibilidad”, advirtió.
VINCULACIÓN CON LOS MUNICIPIOS
El director del proyecto es el académico del Instituto de Geografía, Ariel Muñoz, quien planteó que en el seminario se ofrecieron los primeros avances. “El proyecto consiste en determinar cuál es la vulnerabilidad que tienen cinco comunas del Área Metropolitana de Valparaíso frente al cambio climático, lo que incluye proyecciones climáticas como una caracterización detallada del tejido social y las características del territorio que lo hacen más o menos vulnerables a los efectos del clima”, señaló.
El experto agregó que se establecieron una serie de índices de vulnerabilidad que permiten identificar cuáles zonas son más o menos vulnerables a distintas amenazas vinculadas a incendios, sequías, olas de calor, marejadas, inundaciones y remociones en masa.
“Por ejemplo, el ámbito de las marejadas se vincula con la planificación urbana, pues se relaciona con la manera en cómo manejamos el territorio en el área de los sedimentos, de las aguas que debiesen tratarse de manera diferente para nutrir las playas y no tener esa dinámica de alimentación de los sedimentos a la playa. Hemos intervenido los cauces naturales que hoy alimentan las playas. Además, están las sequías y los aumentos de temperatura en las ciudades, esto predispone a la ocurrencia de incendios, donde Valparaíso es vulnerable y esto podría agravarse en un clima futuro, más cálido y seco”, advirtió Muñoz.
Como propuestas, el experto agregó que se deben modificar ciertas características estructurales de la ciudad, como incrementar las áreas verdes y la humedad en la ciudad, mejorar la infiltración y otras medidas que pueden ser de base natural que podrían permitir disminuir este riesgo y contar con un territorio más resiliente al impacto del cambio climático y de otras alteraciones de origen natural.
“Estamos desarrollando varios talleres de participación con los municipios. El flujo de información es fundamental para entender cómo administran el territorio, cómo visualizan los riesgos y los planes para enfrentar las amenazas. Algunos están más avanzados. Es valiosa la consulta ciudadana a la hora de implementar medidas de adaptación”, propuso.
El director alterno de la iniciativa es el académico Antonio Ugalde de la Universidad de Playa Ancha, quien agregó que en la segunda fase del proyecto se profundizarán las medidas de adaptación.
“Detectamos una serie de impactos hacia la población de estos eventos extremos. A partir de esos impactos, estamos definiendo porqué somos sensibles a ello y qué elementos nos pueden hacer más capaces para soportarlos. Creamos el índice de vulnerabilidad y detectamos que la sensibilidad a estos impactos se vincula a la vulnerabilidad social. El segundo elemento que encontramos es la falta de planificación territorial, lo que lleva a ubicar ciertos emplazamientos en zonas donde nunca debiesen existir. Se pierden suelos valiosos para la producción alimentaria o la conservación de la biodiversidad. El mal uso de los recursos como el agua y que tengamos una matriz energética basada en los combustibles fósiles nos hace más sensibles”, precisó.
El profesor Ugalde agregó que en la costa de Valparaíso se está levantando la corteza terrestre más rápido que el mar y se han intensificado las marejadas durante los últimos años. “La planificación del borde costero es importante y cómo desarrollar la ciudad en la zona costera. Es probable que tengamos menos playas y más días nublados. La estructura del desarrollo en la costa tendrá que abordarse”, concluyó.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección General de Vinculación con el Medio