El Centro de Minería de la PUCV, en colaboración con la Escuela de Ingeniería Química, imparten desde el año 2021 un Diplomado en Fundición y Refinería para operarios de diferentes divisiones de CODELCO.
Esta primera versión del programa, con 18 módulos y 830 horas de clases, tiene una duración de 24 meses, culminando el 30 septiembre de 2023. Lo integran alrededor de 70 operarios de distintas divisiones de Codelco, entre ellas de Chuquicamata, Ministro Hales, El Salvador, El Teniente y Ventanas, quienes participan de clases teóricas y talleres prácticos impartidos vía streaming.
El programa fue adjudicado a través de una licitación en la que participó el Centro de Minería, lo que ha permitido que la Escuela de Ingeniería Química se vincule directamente con la industria.
“Este año tuvimos el ingreso de una alumna a la carrera de Ingeniería Civil Metalúrgica, quien es hija de un estudiante del Diplomado. Ella visitó la Escuela el año pasado, luego de una solicitud que se le hiciera al profesor Roberto Parada para conocer las dependencias de la EIQ. En ese entonces, la recibí, conversé con ella, le mostré la Escuela y, finalmente, ella optó por ingresar a la PUCV. Hoy tenemos a una alumna en la carrera proveniente de la ciudad de Chuquicamata”, señala el director del Centro de Minería y profesor del Diplomado, Jaime Morales.
Se considera que esta iniciativa ha sido una excelente oportunidad para insertar a la Universidad dentro de la industria, abriendo también una serie de alternativas de asistencia técnica, no sólo en el área de fundición y refinería, sino también en otras áreas de interés.
En tanto, para Mauricio Silva, estudiante del Diplomado y encargado de Procesos en la Superintendencia de Refinería Electrolítica de Ventanas, el diplomado es un programa muy completo y con variados beneficios, tanto a nivel técnico como personal, permitiendo a sus alumnos ser un aporte a los diversos equipos de trabajo que tienen a su cargo.
“En el ámbito técnico, nos ofrece una mirada más amplia para al cambio transformacional que espera la corporación de aquí al 2030. A nivel personal, los diversos módulos me han otorgado una nueva mirada para eliminar los paradigmas cuando no había tanta estandarización y procedimientos de trabajo”, destacó.
Para Cristian Pareja, de la División Chuquicamata, el Diplomado ha sido una gran oportunidad en el ámbito personal, y muy enriquecedor desde el punto de vista técnico. “He podido aprender desde la teoría todos los eventos que ocurren en nuestro proceso de electro-refinación. Esto me ha permitido poder profesionalizar mi trabajo y, por ende, transferir a mis compañeros de equipo los conocimientos adquiridos, y así tener mayor comprensión de lo que realizamos día a día”, concluyó.
Por María José Valencia
Escuela de Ingeniería Química