21.10.2015
Continúa el Seminario Permanente “Jorge González Föster”, proyecto apoyado por la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados (VRIEA) y la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad, y en esta ocasión se llevó la tercera sesión de la actividad académica, abordando los temas "Matrimonio y unión civil" y “La familia como comunidad cristiana”.
Las presentaciones estuvieron a cargo de la abogada María Soledad Quintana, Secretaria Académica de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la PUCV, y Juan Pablo Faúndez, jefe de Programas Académicos de la Facultad Eclesiástica de Teología de la PUCV.
Sobre el Acuerdo de Unión Civil, la académica María Soledad Quintana señaló que “en un comienzo se pensaba regular aspectos netamente patrimoniales, se decía que eso era lo importante. Pero vemos que la ley promulgada este año está a una distancia sideral de los primeros proyectos, pues crea incluso un estado civil, origina parentesco, instituciones que eran privativas del matrimonio ahora se comparten con este acuerdo”.
Quintana hizo un paralelo entre la definición de matrimonio y la de Acuerdo de Unión Civil, asegurando que de este modo es posible apreciar las semejanzas y diferencias entre matrimonio y unión civil.
Entre las diferencias expuestas por la experta, está que el legislador del matrimonio lo define como contrato solemne, y el Acuerdo de Unión Civil solo como contrato. “Pero que esto no nos lleve a engaños, porque el AUC no es un contrato meramente consensual, no basta con el consentimiento de los contrayentes. Éste debe manifestarse frente a un oficial del Registro Civil en un lugar de su jurisdicción, y en el momento de contraer el contrato deben jurar o prometer que no se encuentran unidos en matrimonio anterior ni por AUC vigente”, dijo.
Como conclusión, expresó que este acuerdo “va ser para algunas simplemente la antesala del matrimonio igualitario, no van a quedar muchos satisfechos con este acuerdo. Otros opinan que es una degradación del matrimonio, que por derecho natural es la unión entre un hombre y una mujer. Yo opino que para los no creyentes, el Acuerdo de Unión Civil es una opción atrayente. Lamentablemente vivimos en una sociedad cada vez más liviana, que elude los compromisos, me parece que para esta sociedad este Acuerdo de Unión Civil, tan fácil de celebrar y tan fácil de terminar, que genera efectos, pero no de la trascendencia del matrimonio, podría ser considerado atractivo”.
En tanto, Juan Pablo Faúndez se refirió a la familia como comunidad cristiana, dando una perspectiva trascendente en torno a la reflexión relacionada con la familia.
El académico compartió una interpretación de la familia “personal, pero desde la propia reflexión magisterial de la Iglesia”, entendiéndola como “una comunión de personas, que mediante relaciones humanas que se sostienen en el matrimonio, se dejan iluminar por la voluntad de Dios y la siguen. Desde una perspectiva teológica, lo que nosotros podemos percibir como aquel elemento constitutivo de la familia, es esta comunión de personas, que tiene el matrimonio como elemento constitutivo inicial”.
Faúndez planteó que “si bien es cierto que estamos viviendo cierto proceso de deconstrucción de la antropología cristiana, esto tiene que pasar necesariamente por la deconstrucción de la familia. Por lo tanto, no por casualidad estamos viviendo un momento en el que no solamente la legislación civil, sino que desde la filosofía, la psicología y muchos ámbitos, se está atacando esta célula fundamental de nuestra sociedad humana”.
Por Nicolás Jara
Dirección General de Vinculación con el Medio
