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Opinión: San Isidro y la mega sequía; algunos elementos históricos

Por Juan Daniel Escobar Soriano, académico del Instituto de Ciencias Religiosas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Martes 24 de mayo de 2022

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24.05.2022

Desde julio de 2010 estamos enfrentando una mega sequía, la que se nota con más fuerza en la zona central del país, lo que ha llevado a los creyentes católicos a multiplicar las oraciones por las lluvias y en particular, las rogativas, novenas, procesiones, etc., pidiendo la intercesión de San Isidro Labrador. Esto lo hemos visto en los últimos días en las zonas rurales de diversas diócesis, especialmente el pasado domingo 15 de mayo, que se celebró el día del Santo.

Este año, se cumplieron 400 años de la canonización de San Isidro (12 de marzo de 1622), por parte del Papa Gregorio XV, junto a Teresa de Ávila, Ignacio de Loyola, Francisco Javier y el florentino Felipe Neri.

San Isidro nació y murió en Madrid, entre 1082 a 1172, aunque los historiadores discrepan en uno o dos años, tanto de su nacimiento como muerte. Isidro, nació en el seno de una familia humilde, quedando huérfano muy joven, lo que lo llevó a trabajar en la labranza. Cuando Alí, rey de Marruecos, atacó Madrid en 1110, Isidro se trasladó a Torrelaguna, allí se casó con María de la Cabeza, natural de Uceda (Guadalajara), cuya dote matrimonial fueron unos terrenos en su tierra natal, lo que le permitió trabajarlas por cuenta propia.

Isidro y María, tuvieron un hijo, Juan o Illán. En 1119, Isidro volvió a Madrid y entró a trabajar en las tierras de Juan de Vargas, en Carabanchel, junto a la ribera derecha del río Manzanares, entonces llamado Guadarrama. Isidro fue un zahorí, el diccionario de la RAE, lo define: “persona a quien se atribuye la facultad de descubrir lo que está oculto, especialmente manantiales subterráneos”.

Tanto Isidro como Ana, comenzaron a ser reconocidos como un matrimonio que lleva en su vida los grandes valores del Reino de Dios y se les atribuyen varios milagros, especialmente a Isidro y que se mantienen hasta después de su muerte, con mucha fuerza entre las personas más humildes.

Los restos de San Isidro descansan en la Parroquia San Andrés de Madrid. Después de su canonización, San Isidro fue proclamado Patrono de la ciudad de Madrid y el 15 de mayo, es una popular fiesta madrileña. En 1960, el papa Juan XXIII lo declaró mediante bula como santo patrón de los agricultores españoles. La devoción al santo es bastante popular en América Latina.

En nuestro país, San Isidro es muy conocido en zonas rurales y en diversas diócesis hay templos que llevan su nombre y en muchas zonas el día de San Isidro es una de las fiestas más populares que presenta la religiosidad popular. Sigamos manteniendo y proclamando esta vieja oración: “San Isidro Labrador, ruega a Dios que llueva a chorro”.

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