14.10.2016
“La causa Jean Petit en el Concilio de Constanza (1414-1418): Entre teólogos y juristas” se tituló la primera exposición del encuentro que fue dictada por el doctor Sebastián Provvidente, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y profesor en la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
En su exposición explicó que Jean Petit fue un francés que respaldó públicamente al duque de Borgoña, autor del asesinato de 1407, del duque de Orleans. En este caso Petit apoyó la práctica del homicidio político al ser el duque de Orleans un tirano. Precisamente este asunto de la licitud del tiranicidio ocupó la atención del Concilio de Constanza, que fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica, convocado el 30 de octubre de 1413 por Segismundo de Hungría, emperador germánico, y el antipapa Juan XXIII.
“Imagen y Reflexividad. Algunas metáforas de Nicolás de Cusa en torno a la búsqueda de Dios o del primer principio” se tituló la segunda exposición del doctor Rodrigo Núñez, académico de la Facultad de Ciencias Religiosas y Filosóficas de la Universidad Católica del Maule.
El análisis del doctor se centró en la relación entre la filosofía y la pintura. “El teólogo y filósofo alemán Nicolás de Cusa vive en la primera mitad del siglo XV. Algunos textos especulativos que tiene alude a la pintura y a la praxis pictórica de su época. Lo utiliza como metáfora de la búsqueda especulativa de un intelectual al acceso místico del primer principio. En especial, la metáfora del espejo utilizado en la pintura y la filosofía es una manera de explicar el conocimiento indirecto que tenemos de nosotros mismos y del primer principio”, precisó el profesor.
Agregó que “para algunos historiadores del arte la metáfora del espejo es para incluir otras perspectivas y enriquecer la escena que ellos están representando. Esto es propio del Renacimiento porque en esa época los pintores comienzan a incorporar otras disciplinas a sus praxis, pasando por la geometría, la perspectiva, la óptica”, explicó Núñez.
El doctor mencionó que en el caso de la filosofía la metáfora del espejo es bastante recurrida particularmente desde Platón para explicar lo que es el conocimiento de uno mismo. “En su obra “Alcibíades”, que es el diálogo donde Platón utiliza esta metáfora, se afirma que el alma solo se conoce en algo semejante o en otra alma. Usa el espejo, pero a propósito cuando uno se mira en la pupila de otro ojo”, indicó.
Arte Renacentista
“Notas sobre una pintura de Piero di Cosimo” se tituló la ponencia de Alfonso Iommi, académico del Instituto de Arte PUCV. El profesor analizó la concepción de la perspectiva y la construcción espacial de la obra “Perseo libera a Andromeda” del pintor Piero di Cosimo. En este estudio el académico indagó sobre las posibles fuentes donde el autor podría haber aprendido esos modelos de representación, proponiendo algunas lecturas y descripciones al respecto.
Esta obra fue encargada por un banquero de la época llamado Filippo Strozzi para redecorar su palacio y se representa el mito de Perseo. “Los elementos renacentistas retratados en el lienzo son la recuperación intensa de la mitología clásica, la sofisticación en la construcción espacial. Asimismo hay aspectos importantes del uso del óleo y también de una técnica que se llama fumosa”, puntualizó.
Copernicanismo
“Thomas Hill: Wittenberg y el copernicanismo isabelino” se denominó la ponencia de la doctora Virginia Iommi, académica del Instituto de Historia PUCV. La profesora investigó el periodo de los primeros 30 años posteriores a la publicación del libro de Copérnico "Sobre las revoluciones de los orbes celestes” (1543). Estudió cómo se leyó en Inglaterra, indagando un caso particular de un autor llamado Tomas Hill, escritor de obras de divulgación científica. “La manera en la cual él tomó algunas lecturas que se habían realizado anteriormente en la Universidad de Wittenberg, en el contexto protestante, y cómo las adaptó y las tradujo al inglés, permitió su difusión en un medio que no era universitario”, explicó la académica.
Agregó que de este estudio se puede analizar que los primeros lectores no estaban interesados en la teoría heliocéntrica, pues la mayoría defendía la teoría geocéntrica. “No obstante, los lectores tomaron del libro de Copérnico algunos datos o referencias que incorporaron en sus obras. Recién en la década del 70 u 80 empiezan a aparecer los primeros defensores públicos del copernicanismo entendido como heliocentrismo. En la primera etapa son defensores del modelo geocéntrico, apreciando en la obra de Copérnico el razonamiento matemático, un tipo de observación o de cálculo en particular, y eso es lo que destacan de la obra”, concluyó.
Natalia Cabrera
Instituto de Historia