Me enteré del Sistema de Ingreso Complementario estando en el Colegio y siempre lo consideré una excelente opción porque como uno está nervioso por la PSU y pese a que puedas tener muy buena preparación, puede pasar cualquier cosa. La idea de saber que estás aceptada en la carrera antes de que salgan los resultados oficiales y tener que esperar solo obtener 500 puntos ponderados y promedios, para mi era un alivio.
Hablé con los profesores de mi colegio y también investigué en la página web de la universidad y reuní todos los documentos que me permitían postular por la vía de Líder y emprendedora, siempre pensaba que no tenía nada que perder haciendo esta postulación y podía ser una gran alternativa frente a la posibilidad de obtener un resultado no esperado.
En el colegio fui centro de alumnos y participé en pastoral. Fuera del colegio, fui jefa de grupos en Schoenstatt y participé de un comedor solidario de Reñaca Más Alto; organicé misiones en Chiloé y tuve que coordinar a un grupo grande de personas. Además, fui a un curso del Instituto de Libertad y de Desarrollo que trataba de política. Cuando decidí postular a este sistema de ingresos, me contacté con todas las personas con las que trabajé en estas instancias y les pedí que certificaran mis participaciones y que comentaran sobre mi trayectoria y desempeño.
Una vez que rendí la PSU, pasaron algunos días y recibí la noticia de que había seleccionada por esta vía, lo que me hizo esperar los resultados oficiales de la prueba con mucha tranquilidad porque solo necesitaba 500 puntos ponderados y promedios para quedar en mi primera opción, que era Derecho en la PUCV.