26.07.2017
Un proyecto de Aprendizaje y Servicio (A+S) consiste en una acción solidaria protagonizada activamente por los estudiantes, que está articulada intencionalmente con los contenidos de aprendizaje.
Con el objetivo de dar a conocer esta metodología, la Facultad Eclesiástica de Teología, con el apoyo de la Vicerrectoría Académica de la Universidad, invitaron a la profesora María Nieves Tapia, fundadora y directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario. Su conferencia principal se tituló “Excelencia académica y compromiso social: contribuciones desde la pedagogía del aprendizaje-servicio solidario a la misión de la Universidad Católica”.
La profesora citó un ejemplo práctico de esta pedagogía de aprendizaje-servicio. “Los estudiantes de medicina de la Universidad Central de Venezuela para graduarse deben participar en proyectos de A+S de un mínimo de 120 horas. En su práctica profesional ellos utilizan sus conocimientos al servicio de las comunidades indígenas de las Amazonas,” informó.
La profesional precisó que debe haber un círculo virtuoso donde lo que se aprende en las Universidades “salga a la comunidad”, experiencia que enriquecerá el currículum del alumno y generará nuevos conocimientos. “Cuando el Papa Francisco dice que no cambiaremos al mundo sino cambiamos la educación se refiere a lo mismo que afirmaba el educador brasilero Paulo Freire. Él señalaba que la educación no cambiará al mundo, pero sí a las personas que van a poder hacerlo. La manera de contribuir como institución católica es modificando la forma de educar a los alumnos”, destacó.
La profesora mencionó una frase del Papa en la vigilia de Pentecostés del año 2013: “La Iglesia debe salir de sí misma ¿Adónde? Hacia las periferias existenciales, cualesquiera que sean. Pero al salir Jesús nos dice ¡Vayan por todo el mundo! ¡Vayan! Prediquen. Den testimonio del Evangelio. Prefiero mil veces una Iglesia accidentada, que una Iglesia enferma por encerrarse”. Tomando esta invitación del Sumo Pontífice la profesora recomendó tener una Universidad “en salida”, porque es lo que pide el Evangelio, formando parte de la identidad de una organización católica. Además, porque la investigación muestra que los proyectos de aprendizaje-servicio contribuyen en la formación de los estudiantes.
“La pedagogía del aprendizaje-servicio tiene que ver con un momento de la historia de la Iglesia y de la educación en donde no solo las universidades católicas se están replanteando su rol al resto de la sociedad. Las casas de estudios superiores se están preguntando en qué medida son relevantes”, enfatizó.
En la oportunidad, la docente indicó cómo se relaciona la excelencia académica y el compromiso social en este tipo de pedagogía. “El compromiso social es visto como una aproximación crítica en nuestras actividades de enseñanza y de investigación, es decir, según el nivel de compromiso que tengan estas iniciativas, podremos saber qué tan relevante es nuestra producción de conocimiento y esta metodología”, comentó.
La profesional señaló que una universidad pública y laica puede hacer aprendizaje-servicio, pero hay una diferencia o valor agregado cuando una universidad católica trabaja con esta pedagogía. “La universidad pública utiliza el aprendizaje-servicio para mejorar a la sociedad, los de universidades católicas lo hacen para mejorar a la sociedad y además para amar a Jesús en el prójimo, especialmente en los más pobres y excluidos”, concluyó.
PROYECTO EDUCATIVO PUCV
“Uno de los objetivos más importantes del nuevo Plan de Desarrollo Estratégico de la PUCV es el fortalecimiento de nuestra identidad católica. Una universidad católica permanentemente se está haciendo la pregunta sobre dónde está su sello valórico y cómo aporta a la Iglesia y a la sociedad. Este proyecto de seis años propone el fortalecimiento de esta identidad en cada una de sus actividades y acciones”, informó el doctor Nelson Vásquez, vicerrector Académico de la PUCV, en el discurso que inauguró esta jornada.
El vicerrector Académico destacó que en el proyecto educativo de la Universidad está contemplada la formación profesional con vocación de servicio, con egresados que entiendan y valoren su quehacer, pero que también piensen en la transformación de la sociedad.
Eugenia Colomer, directora del Instituto de Ciencias Religiosas de la PUCV, manifestó su beneplácito con el nuevo Plan de Desarrollo Estratégico institucional y la importancia que se le dará a la excelencia académica con vocación de servicio y responsabilidad social.
“Precisamente creemos que nos ayuda a cumplir este propósito la metodología de aprendizaje-servicio. En la actualidad se analiza el rol público de nuestras universidades y está en discusión la identidad de una universidad católica, pues bien, lo que testimonia nuestro rol público es la formación de profesionales con vocación de servicio y responsabilidad social desde la excelencia de su ejercicio profesional”, concluyó la académica.
Por Natalia Cabrera Vásquez
Facultad Eclesiástica de Teología