Estudiantes de las escuelas de Ingeniería Química (EIQ) y de Construcción y Transporte (EICT), en el marco del proyecto “Estudio de propuestas de reutilización del relave El Torito con el Liceo Juan Rusque”, realizaron actividades en establecimientos educacionales de la comuna de Nogales.
Específicamente en el Liceo Juan Rusque, el profesor Jaime Morales, la alumni y estudiante del Magíster en Ingeniería de Procesos, Valeria Maltrana, y el estudiante de quinto año de Ingeniería Civil Metalúrgica, realizaron un taller formativo de digestión ácida de relave.
En un laboratorio del establecimiento con todos los implementos de seguridad requeridos, se capacitó a 13 estudiantes de diferentes niveles educativos para procesar una muestra de relave y generar un concentrado líquido, que puede ser analizado por absorción atómica.
En la oportunidad, el profesor Morales, en representación de EIQ, donó al liceo los libros “Procedimientos de laboratorio para la investigación en metalurgias extractivas” y “Elementos básicos para el estudio de la ingeniería química”, a través de los cuales buscan incentivar el acercamiento temprano hacia las áreas de estudio.
VOLUNTARIADO EN ESCUELA LA PEÑA
Durante la misma jornada, el profesor Ernesto Pino, junto a los estudiantes Enzo Puebla, Fernando Vergara e Iván Silva de Ingeniería Civil en Construcción, y Octavia Oyarzún, Catalina Schlack y Manuel Vilches, de Ingeniería Civil Química, realizaron una jornada de voluntariado en la Escuela La Peña, ubicada en un sector rural de la comuna de Nogales. Esta actividad consistió en realizar modificaciones a las cañerías del establecimiento, con el objetivo de recuperar las aguas grises que se generan para tratarlas y así construir un humedal en el jardín de esta instalación.
La actividad fue realizada por alumnos de séptimo y octavo básico, con la tutela del profesor Gabriel Bórquez y el apoyo de la directora del recinto. La iniciativa surgió porque los estudiantes advirtieron que se perdía mucha agua en los baños, específicamente de los lavamanos, por lo que decidieron recuperar las aguas grises y darles una utilidad. Así idearon una maqueta en la que dispusieron su filtración y tratamiento en un humedal que garantiza su posterior uso en el huerto de la escuela.
La actividad permitió a los estudiantes universitarios aportar a la solución de problemas sociales y, puntualmente, en escuelas de la región.
La voluntaria Valeria Maltrana señaló que “la visita al colegio fue una experiencia enriquecedora. El poder entregar el conocimiento adquirido en la Universidad a estudiantes de enseñanza media acorta brechas y aumenta la motivación de futuros ingenieros e investigadores. Al enseñar esta técnica de caracterización, los alumnos pudieron ver cada paso que deben realizar para, posteriormente, poder realizarlo por su cuenta y trabajar en conjunto con la Escuela de Ingeniería Química”.
Por su parte, Isidora Oyarzún indicó que “la actividad me permitió aprender a trabajar en equipo con estudiantes de otras carreras para lograr un objetivo en conjunto. Tuvimos la oportunidad de aportar nuestros conocimientos de ingeniería en el diseño del sistema de depuración de agua y, personalmente, considero que el aporte ecológico y social que significó la actividad es de suma importancia, puesto que, si el proyecto es exitoso, se puede replicar en otros colegios con la misma problemática hídrica y económica”.
Por María José Valencia
Escuela de Ingeniería Química