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PUCV conmemora centenario de la muerte de Isabel Caces de Brown, gran benefactora de la Universidad

Nuestra Casa de Estudios tiene su origen en la disposición testamentaria de quien fuera la viuda del constructor norteamericano Juan Brown. Ella falleció un 4 de abril de 1916. La fundación que lleva su nombre contribuyó a conseguir los fondos para construir la Universidad que abrió sus puertas en 1928.

04.04.2016

Un día como hoy, pero hace exactamente un siglo, falleció quien fuera la gran benefactora de la Universidad Católica de Valparaíso: Isabel Caces de Brown.

Nuestra Casa de Estudios tiene su origen en la disposición testamentaria que efectuó Isabel Caces Bravo, viuda del constructor norteamericano Juan Brown, quien en el documento firmado el 9 de marzo de 1916 en la cuarta cláusula disponía: “Deseando hacer algunas asignaciones con objetos de beneficencia, instrucción o piedad y poder modificarlas sin llenar formalidad alguna, nombro albaceas fiduciarios a mis hijas Isabel y Teresa o a la que de éstas me sobreviva y les asigno con cargo a la cuarta de libre disposición de mis bienes, la suma de un millón quinientos mil pesos de que dispondrán conforme a las instrucciones que privadamente les impartiré”.

El texto continúa afirmando que “estoy cierta de que ellas lo emplearán íntegramente en obras de beneficencia, instrucción o piedad sin dar cuenta a nadie”.

Aunque los herederos dudaron sobre qué obra iban a realizar con estos bienes, pronto se abrió paso la idea de fundar en Valparaíso una Universidad Católica, dependiente de la Iglesia porteña y destinada en un comienzo a entregar formación profesional en las ramas de las ciencias aplicadas y del comercio a jóvenes de escasos recursos; y a ayudar a levantar el nivel cultural de las personas en el marco de una formación cristiana.

El principal gestor de esta idea fue el presbítero y párroco de Quillota, Rubén Castro, quien era amigo cercano del parlamentario Rafael Ariztía, esposo de María Teresa Brown Caces, hija de Isabel Caces. Luego de fuertes pruebas familiares, Ariztía consagró todo su dinamismo y entusiasmo para dar vida legal y consistencia económica a la Fundación Isabel Caces de Brown destinada a concretar las obras de la Universidad.

La primera piedra de la Universidad fue colocada el 21 de septiembre de 1925 y a dos años y medio después se inauguró solemnemente, bendiciendo sus aulas el 24 de marzo de 1928.

ISABEL CACES DE BROWN

Isabel Caces de Brown estuvo casada con el constructor norteamericano Juan Brown Diffin, quien participó en la concreción de emblemáticos proyectos en Valparaíso, entre ellos, el tradicional Café Riquet, la Antigua Aduana de la ciudad puerto y el edificio donde operó la Úndecima Compañía de Bomberos. Llegó a ser el hombre más acaudalado de la ciudad.

Isabel Caces era una mujer de carácter firme, pero dulce. Tal como se plantea en el libro “Crónica del Medio Siglo” del periodista Rodolfo Garcés, era una mujer con grandes cualidades humanas, lo que conquistó al laborioso Juan Brown.

“Pocos vestigios restan, en realidad, de su generosa existencia salvo la evidente formación cristiana que otorgó a sus hijos y el deseo que a su muerte, el legado que brindó sirviera a causas nobles y caritativas”, se recuerda en el texto.

El Mercurio de Valparaíso consignó su deceso el jueves 6 de abril de 1916 y en una de sus columnas se planteaba lo siguiente: “La noche de ese día fueron trasladados acompañados de numeroso cortejo, desde la residencia de la familia Brown, situada en la Plaza Aníbal Pinto hasta la Iglesia de La Matriz (…) Hoy a las 8:30 horas se oficiará en el templo nombrado, unas honras fúnebres por el descanso de su alma. Enseguida se verificará el traslado de los restos al Cementerio Número Uno de Valparaíso”.

Con la muerte de Isabel Caces de Brown finalizó su vida en la ciudad puerto, pero dejó una semilla importante para futuras generaciones, pues contribuyó a la génesis de nuestra Universidad.   

Dirección General de Vinculación con el Medio