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A dos semanas de la PSU, uno de cada cinco jóvenes no sabe qué carrera estudiar

Encuesta a cuatro mil egresados refleja que los más desorientados son los alumnos municipales.

La universidad sigue siendo el sueño de la mayoría.

El 81% de los entrevistados aspira a convertirse en universitario y solo el 16% se iría a un instituto profesional o centro de formación técnica. "Pese al avance de las matrículas técnicas, aún no está en la sociedad chilena la idea de las carreras técnicas y estas carreras siguen siendo una segunda opción, después de que no se logró el objetivo", dice Fernando Alvarado, director del Programa de Estudios Sociales de la UCV.

El 22% de los alumnos de colegios privados se iría a una universidad privada.

Las universidades tradicionales siguen llevándose las preferencias del 68% de los encuestados, contra el 13% que prefiere las privadas. Sin embargo, estas últimas ganan terreno entre los alumnos de colegios privados, donde el 22% las escoge como opción. También tienen más penetración en Santiago: el 17% de los consultados de la Región Metropolitana se iría a una institución de estas características, el doble que en la Quinta Región o en la zona del Centro Sur. La PUC y la U. de Chile son las preferidas de los alumnos particulares (34% y 21%, respectivamente). El tercer lugar, entre ellos, lo disputan la UCV y la U. Adolfo Ibáñez. La U. de Chile también es la preferida de los alumnos municipales y subvencionados. Entre los municipales, la U. de Concepción figura como segunda opción (13%) y la UC en tercer lugar.

El 53% de los escolares está indeciso respecto de la carrera o la institución.

Según la encuesta del Programa de Estudios Sociales de la UCV, realizada en noviembre a más de cuatro mil escolares de cuarto medio inscritos para rendir el test, el 21% no tiene decidido qué estudiar. Los menos indecisos son los de colegios particulares: el 58% tiene decidida la carrera y la institución. El 22% tiene decidido el programa, pero no el plantel, lo que deja un 14% que verá con los puntajes en la mano qué hacer. En el otro extremo, un cuarto de los estudiantes municipales decidirá cuando tenga el resultado y el 32% tiene decidida la carrera, pero no sabe dónde.

Existe poca conexión con el mercado laboral.

Sólo un tercio de los jóvenes ha recopilado información sobre sueldos o empleabilidad de las carreras y un número similar ha visitado lugares de trabajo. También existe poca relación con orientadores para decidir qué estudiar: sólo un tercio de los jóvenes ha recurrido a ellos. En cambio, las fórmulas más empleadas para decidir la carrera son los test vocacionales (seis de cada 10 escolares los ha usado) y las conversaciones con profesionales relacionados con lo que se quiere estudiar. Existe una gran brecha entre las oportunidades para decidir su vocación que tienen los escolares de colegios privados y municipales, que explica, en parte, el alto grado de indecisión de estos últimos. Un cuarto de los alumnos de colegios municipales han accedido a charlas con orientadores, contra la mitad de los estudiantes de escuelas privadas. Y el 27% ha ido a conocer lugares de trabajo, algo que ha hecho el 49% de los estudiantes de colegios privados. Un aspecto preocupante, porque la mayoría de los padres de alumnos de la educación pública no tiene estudios superiores, por lo que desconoce detalles del funcionamiento del mundo universitario y profesional.

Cuatro carreras tradicionales concentran el 40% de las preferencias de los alumnos particulas.

Se trata de Medicina, Ingeniería Civil Industrial y Comercial y Derecho. Estos escolares aparecen como los más tradicionales en sus elecciones. Más de la mitad escoge dos planteles: la UC y la U. de Chile. Bastante más atrás figuran, para ellos, otras opciones, como la U. Católica de Valparaíso y la U. Adolfo Ibáñez, que comparten el tercer lugar en sus preferencias. En cambio, para los jóvenes de establecimientos subvencionados y municipales, el abanico tanto de profesiones como de universidades es más amplio y menos tradicional. Por ejemplo, para ellos, Enfermería, la carrera con mayor explosión de matrícula, está entre las primeras opciones, no así para los alumnos de establecimientos particulares. Para los municipales, la carrera de primera preferencia es Sicología.

Cuatro de cada 10 jóvenes tienen proyectado trabajar y estudiar.

La mayoría de ellos son de colegios municipales, donde el 43% piensa realizar ambas actividades, versus el 16% de los alumnos de establecimientos privados. Igualmente alto es el número de estudiantes de colegios subvencionados que piensa financiarse, total o parcialmente, sus estudios: el 40%. Pero si se dieran las condiciones ideales (esto es puntajes en la PSU y situación económica favorable), sólo un cuarto de los jóvenes trabajaría y estudiaría a la vez.

El 2% de los encuestados estudiaría Pedagogía como primera opción.

Al consultarles por las profesiones más apetecidas, la docencia no figura entre las cinco primeras y apenas se lleva el 2% de las preferencias. Sin embargo, considerando las becas que anunció el gobierno para los alumnos con más de 600 puntos en la PSU, se les preguntó a los alumnos directamente si seguirían la carrera. El 44% dijo que sí, la mayoría argumentando que se trata de una carrera trascendental para el futuro del país. "Aunque no es mi primera opción, igual me gustaría poder educar a los jóvenes de escasos recursos", contestó un estudiante. Muy pocos mencionaron las becas como razón para seguir la carrera. Pero el número se reduce entre los jóvenes de colegios privados, precisamente aquellos que concentran los mejores puntajes (58% de quienes logran más de 600 puntos es de este tipo de planteles): el 60% de ellos no la estudiaría. Son más proclives a seguir esta profesión los alumnos de colegios subvencionados y municipales (45% la estudiaría).

Los jóvenes están informados acerca de la acreditación y la posibilidad de guardar los puntajes.

El 90% valora mucho la acreditación y la situación se repite tanto en colegios particulares como municipales y subvencionados. Por otro lado, también existe un alto conocimiento entre los jóvenes de que a partir de este año pueden guardar los puntajes para la admisión 2012. El 63% está informado del nuevo beneficio. Sin embargo, hay más desinformación entre los alumnos de colegios municipales: sólo el 59% conoce la nueva medida del Consejo de Rectores, versus el 82% de los alumnos de colegios privados.

Le ponen nota 6,5 a su empeño, capacidades y constancia.

Esos son los tres factores que los jóvenes identifican como los más importantes para conseguir lo que quieren al salir del colegio. Y los mejores evaluados: a cada uno, le colocan nota 6,5. Los menos importantes: la suerte, las redes de contacto y la calidad del colegio. Se trata de un fenómeno que trasciende a todos los jóvenes, independiente del tipo de establecimiento de origen. "Esta generación se valora a sí misma y busca su proyecto personal. Piensan que de ellos y no en las condiciones externas, como la calidad de la educación que reciben, depende su futuro", dice Fernando Alvarado, del Programa de Estudios Sociales de la U. Católica de Valparaíso. En parte, el fenómeno se explica por el desarrollo económico del país, que ha inculcado en las nuevas generaciones la idea de que cada persona puede generar su propio éxito económico.

Resultados de la encuesta aquí