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Juan Carlos Silva Opazo, Alumni Derecho PUCV

“Los fundamentos y principios del Derecho que aprendí en la Escuela los aplico todos los días y guían mi labor”

23.10.2025

Ingresó a la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en 1989, cuando —como recuerda— el sistema de estudios era especialmente exigente. “En primer año uno tenía que obtener 20 puntos en cinco asignaturas para tener derecho a examen. Era muy difícil. La sala era inmensa, éramos como 150 y a segundo año pasamos solo unos 20 con todo aprobado, más otros 10 en repechaje”, relata.

Aquella rigurosidad académica, sin embargo, fue también la base de una formación sólida y de vínculos duraderos. “Fuimos los mismos compañeros hasta quinto año, y son los mismos con los que mantengo relación hasta hoy. Eso hace la Escuela: crea lazos fuertes”, comenta.

Entre los profesores que más recuerda menciona a Alejandro Guzmán, Ítalo Merello y Nelson Reyes, además de Rafael Valenzuela, quien lo acompañó desde primero hasta quinto año en el área de Derecho Civil. “Incluso me tomó el examen de grado”, dice. “Era una Escuela pequeña, donde todos nos conocíamos —profesores y alumnos—. Fue un tiempo de adquirir muchos conocimientos, principios éticos y profesionales, pero además de vivir una gran unión humana, algo que hoy no es tan común”.

Ya en cuarto año comenzó a ejercer como procurador en un estudio jurídico de Valparaíso, y mientras se preparaba para su examen de grado se incorporó a la Corporación de Asistencia Judicial de la misma ciudad. Tras titularse, fue contratado como abogado en consultorios jurídicos de Quilpué y Valparaíso.

Su paso por la Corporación fue breve: al año siguiente fue seleccionado por la Academia Judicial, que prepara a los futuros jueces del país, donde cursó la formación que en ese entonces duraba un año. “Mientras postulaba a cargos empecé a relatar en la Corte de Valparaíso, y en marzo de 1998 me nombraron Secretario Titular del Juzgado de Los Muermos, en la Décima Región. Luego pasé como secretario a Puerto Montt y más tarde asumí como juez en Calbuco”, recuerda.

Con la llegada de la Reforma Procesal Penal, asumió como juez de garantía en Osorno y posteriormente en Puerto Montt, hasta trasladarse finalmente a Santiago, donde actualmente se desempeña como juez de garantía. “En el marco de la reforma, nuestro rol es velar por las garantías del imputado y asegurar que no se vulneren sus derechos. Vemos procedimientos abreviados, preparamos las causas de los juicios orales y revisamos diligencias que puedan afectar garantías fundamentales. Es un trabajo intenso, con muchas materias y decisiones inmediatas”.

A casi tres décadas de su ingreso al Poder Judicial, Juan Carlos Silva afirma que su vocación ha sido siempre la judicatura. “Fue muy poca mi experiencia en el ejercicio libre de la profesión. Siempre he estado en el Poder Judicial y voy a jubilar acá”, comenta con orgullo.

Sin embargo, no ha dejado de lado la docencia, una inquietud que nació en su paso por la PUCV. “Fui ayudante de Ítalo Merello y Carlos Salinas, y eso me marcó. La Escuela me transmitió no solo el conocimiento jurídico, sino también la vocación por enseñar”.

Sobre el sello que dejó en él la PUCV, Silva lo tiene claro: “Los conocimientos que me entregó la Escuela, los fundamentos del Derecho, los aplico todos los días, aun siendo juez penal. Pero, sobre todo, me entregó la capacidad de estudio. Un juez tiene que estudiar todos los días, y ese interés por aprender lo adquirí ahí”.

Recuerda con especial cariño una enseñanza del profesor Arturo Zavala, de Derecho Procesal: “Un abogado nunca deja de estudiar”. “Hoy, con todas las nuevas tecnologías y los cambios que vendrán en el Derecho, esa frase tiene más sentido que nunca. La motivación por mantenerse actualizado me la inculcó la Escuela”, agrega.

Finalmente, deja un mensaje a las nuevas generaciones: “Estudiar Derecho en la PUCV es una gran oportunidad, no solo por la formación profesional, sino porque abre un mundo que al salir del colegio no se alcanza a apreciar. El Derecho te enseña a razonar, a tomar decisiones, a comprender otras áreas de las humanidades. No hay que verlo solo como una carrera para obtener un título, sino como una puerta al pensamiento y la cultura. Eso me lo entregó la Escuela, y por eso le estaré siempre agradecido”.

Facultad y Escuela de Derecho PUCV