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Francisco Rosas Caroca, Alumni Derecho PUCV

Foco y precisión: el abogado que retrata la vida con el mismo rigor del derecho

15.10.2025

Cuando Francisco Rosas ingresó a Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en 2007, no tenía del todo claro de qué se trataba la carrera. “Fue una decisión un poco práctica”, recuerda. “No era muy bueno en matemáticas, me gustaba leer y la historia, y además mi papá es abogado”. Lo que comenzó como una elección más bien intuitiva, terminó transformándose en una sólida formación profesional.

Durante sus años en la Escuela, se sintió especialmente atraído por el derecho público, una de las áreas más desarrolladas en la PUCV. “Recuerdo especialmente a los profesores Eduardo Aldunate y Eduardo Cordero. Eran muy claros, sentía que nos daban una buena base en derecho público”, comenta. Sin embargo, al salir al mundo laboral su camino tomó otro rumbo: “Nunca me dediqué a eso. Siempre he estado en el derecho privado”.

Hoy trabaja en el Estudio Graf & Cia, asesorando principalmente a clientes corporativos, empresas de transporte y del área marítima. “Nos dedicamos al derecho corporativo, laboral y societario”, explica. Antes de llegar ahí, se desempeñó como coordinador legal en Hapag-Lloyd y luego se integró al estudio jurídico De las Heras, en Viña del Mar. “La experiencia ha sido muy buena. Siento que aún estoy en proceso de aprendizaje constante, siempre tratando de ir un paso más adelante”, dice con convicción.

Pero su vida no se agota en los códigos ni en los contratos. Desde hace algunos años, la fotografía se ha convertido en su otra gran vocación. “Empecé en 2018, cuando me compré mi primera cámara profesional. Como me gustan mucho los deportes —jugaba rugby en el colegio Mackay—, empecé a sacar fotos deportivas, como fotógrafo en el club Old Macks, y en los partidos de la selección de rugby chilena “Los Cóndores”. Fue un hobby que creció rápido”, cuenta.

Su lente también lo ha llevado a eventos de alto nivel, como el Red Bull Cerro Abajo y el Rally Mobil, además de proyectos personales de fotografía de fauna. “Eso lo hago más por gusto, no como trabajo”, aclara. Lo cierto es que esta afición terminó convirtiéndose en un segundo oficio, uno que le permite observar el mundo desde una perspectiva distinta.

Al mirar hacia atrás, conserva un cariño especial por su paso por la PUCV. “Tengo muy buenos recuerdos. Estuve con amigos del colegio e hice nuevos, fue exigente, pero valoro esa exigencia porque te forma el carácter para el mundo laboral. Eso se nota cuando te contratan: ser riguroso, metódico y exigente, lo que finalmente te forma un buen criterio jurídico, todo eso te lo inculca mucho la Escuela”, reflexiona.

Esa disciplina lo ha acompañado hasta hoy. Ha cursado un magíster en Derecho de la Empresa en la Universidad de los Andes y cuatro diplomados, dos de ellos en la PUCV,  y planea seguir perfeccionándose en derecho laboral. “Me he dedicado más a esa área últimamente”, comenta.

A los futuros abogados de la PUCV les deja un mensaje claro: “A veces uno se siente abrumado porque la carrera es difícil y larga, pero siempre se puede salir adelante. Ese rigor que parece duro al principio, después se agradece mucho, porque te fortalece para el mundo profesional. Cuando terminas el examen de grado, todo lo demás parece abordable”.

Su historia es la de alguien que aprendió a mirar la vida con más de un enfoque. En los tribunales o detrás de una cámara, sigue encontrando en cada caso —y en cada fotografía— una oportunidad para aprender algo nuevo.

Algunas fotografías de Francisco: 

Facultad y Escuela de Derecho PUCV