Como ciudadano, y también profesor tanto de la universidad y del sistema escolar, manifiesto mi total DESACUERDO con lo manifestado por el ministro de educación en torno a adelantar las vacaciones de invierno para el mes de abril. Los objetivos de eficacia y eficiencia del proceso, normales en otro tiempo, actualmente están en riesgo de ser considerados como válidos.
Pienso que esta CRISIS es una oportunidad para construir CURRICULUM... y por ello creo que los esfuerzos deben ir en el sentido siguiente:
 Sincerar las expectativas de aprendizajes para profesores/as, Estudiantes y familias. Estas no pueden ser las mismas que aquellas en condiciones de normalidad. El mensaje debería ser: El profesorado debería modificar sus esfuerzos (creatividad, energías, apertura al aprendizaje) desde enseñar "contenidos para el estudiantado" para diseñar y proponer "contenidos para la familia" (incluyendo en las estrategias un sentido de contención para el encierro). Este proceso puede y debe ser evaluado, pero formativamente, esto es, con miras a la retroalimentación y la autorregulación, nunca con calificación. Con posterioridad, podremos tener tiempo de evidenciar qué aprendizajes se han logrado en este tiempo.
 Creo que las autoridades educacionales deben promover una actuación autónoma por parte de los actores para que las comunidades educativas decidan objetivos y métodos para proceder curricularmente en este contexto. De hecho, la historia muestra que los tiempos de crisis permiten a los sistemas romper inercias y crecer.
 Esta pandemia mundial se va a desarrollar en nuestro país entre abril y mayo, por lo que recién en junio o julio podremos salir del encierro y, obviamente, NO DEBIÉRAMOS SALIR de las casas PARA VOLVER A METERNOS EN LAS SALAS DE CLASES. Vamos a salir a disfrutar un entorno menos contaminado y volver a abrazar a los nuestros y las nuestras.