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Ciclo APEC Chile 2019 en PUCV: Gran convocatoria tuvo conferencia sobre la influencia cultural de la India y su proyección hacia China y Japón

En el marco del ciclo sobre APEC Chile 2019 que organizan el Programa Asia-Pacífico PUCV y el Centro de Estudios Avanzados y Extensión, el profesor Fanor Larraín expuso sobre la cultura india y su proyección hacia China y Japón. Los comentarios estuvieron a cargo de Claudia Labarca, quien realizó un acercamiento de estas culturas con la realidad de Chile y Latinoamérica.

El profesor Fanor Larraín fue el encargado de exponer en la penúltima conferencia del ciclo en torno a APEC Chile 2019 que organizan el Programa Asia Pacífico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y el Centro de Estudios Avanzados y Extensión.

En la ocasión, el académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de nuestra Universidad realizó la conferencia “Formas de pensamiento en China, India y Japón. Confucianismo, hinduismo y shinto”, instancia que también contó con el patrocinio de la Fundación Chilena del Pacífico, el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y la colaboración del Programa SOPLA de la Fundación Konrad Adenahuer.

El profesor Larraín abordó temas como la necesidad de cerrar las brechas culturales entre América Latina y Asia, las que se enfocan en la distancia, el idioma y la cultura. En su visión, los tiempos de viaje disminuirán por los avances en la industria aeronáutica y el inglés seguirá siendo la lengua global, por lo que es necesario concentrarse en la brecha cultural y muy particularmente en las distintas formas de pensamiento de India, China y Japón.   

El académico propuso un hilo conductor desde el brahmanismo budista desde India hacia China a través de la Ruta de la Seda, hacia el siglo I D.C, que se funde con la moral ciudadana de Confucio y el panteísmo de Lao Tze, produciendo un “budismo chino” Mahayana (Chan) que contiene tres valores centrales: la compasión sin condiciones, el altruismo sin límites y la sabiduría. Larraín desarrollo, además, los diversos factores que permiten entender las múltiples civilizaciones, naciones y estados de Asia, comenzando por India.

India

Una gran variedad de religiones fueron las que surgieron en este país: el vedismo brahmánico, hinduismo, budismo, jainaismo y sikhismo. “India es un país que fue repetidamente invadido y tiene como rasgo, la no violencia, la tolerancia y la conciliación entre puntos de vista, siendo una característica que realmente impresiona”, señaló.

Entre los rasgos del pensamiento indio destacó el carácter metafísico y religioso; el espíritu de tolerancia y conciliación debido a las repetidas invasiones; su oposición a la violencia y su apego a la contemplación, la meditación y el yoga, éste último, como una forma de conectar cuerpo y mente con Dios.

Por su parte, el legado inglés deja aspectos importantes como los ferrocarriles, la democracia y el cricket.

China

Tras esta primera parte de la conferencia, Larraín se refirió al Gran Cisma del budismo y jainismo, ambas, doctrina son teístas, y describió los rasgos del pensamiento chino en el que confluyen el taoísmo, Confucio y el budismo chan, los que se caracterizan por el énfasis en lo particular y lo concreto, sin grandes principios, y se expresa en múltiples complejidades.

El profesor agregó que el inmenso rol del estado feudal imperial y su burocracia lleva hasta el día de hoy a la selección y formación de recursos humanos calificados como “mandarines”. “China exalta lo antiguo, lo clásico y los eventos pasados. Pone gran énfasis en los documentos y demuestra mucha estimación por la familia y las jerarquías de parentesco patriarcal, las conductas formales (Li), la reverencia por el linaje y el grandeur chino”, explicó Larraín, agregando que los principales héroes son profesores, eruditos virtuosos y pensadores, por lo que no hay santos, sino sabios, a lo que se agrega una tendencia hacia lo práctico, el sentido común y lo utilitario, dando cuenta de una actitud antropocéntrica, realista y humanista. “Hay pocos mitos, no existe un desarrollo trascendental metafísico y abundan el sincretismo y eclecticismo.

Japón

El budismo, por su parte, entra a Japón desde China en el siglo XIII y crea la corriente Zen, mezcla única de filosofías y valores de tres vertientes diferentes: es una forma de vida típicamente japonesa que refleja el inmenso misticismo de la India, el amor de la naturalidad y a la espontaneidad del taoísmo y el pragmatismo profundo de la mente de Confucio. El Budismo Zen es meditación y equilibrio espiritual. La unión del cuerpo y el alma.

En cuanto al código bushido podemos decir que la conducta del guerrero samurái especifica un código de honor y valores. La honradez y justicia, ser valiente, la compasión, la cortesía, el honor, la sinceridad y la lealtad. Se estableció en el siglo XII y contiene las creencias shintoistas, los dogmas del Budismo Zen y los preceptos de Confucio. “Es admirable cómo este código se mantiene hoy en día en las artes marciales Judo, Aikido y Kendo”, explicó el Director del Programa Asia Pacífico de la PUCV.

Por su parte, Claudia Labarca, profesora y secretaria académica de la Facultad de Comunicaciones de la P. Universidad Católica de Chile, fue la encargada de comentar la conferencia. En ese marco, la académica realizó un análisis sobre lo cotidiano y destacó la importancia de que la cultura de América Latina y Asia se acerquen. “Tener un conocimiento amplio de lo que es la cultura, nos ayudará a ir conociendo al otro y construir una identidad que de una manera nos acerque, porque la alteridad nos aleja. Es un desafío importante, ya que tanto China como Chile tienen sociedades donde cuesta mucho generar lazos con lo desconocido”, aseveró.

La sexta y última conferencia de este exitoso ciclo se realizará el jueves 9 de agosto a las 18:30 horas en el Auditorio Fernando Rosas del CEA y será dictada por Rodrigo Yáñez, Director General de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y futuro Subsecretario en esta área, quien se referirá principalmente a la planificación de la presidencia chilena de APEC 2019, que asumirá en noviembre de este año.

Por Giorgio Salvo