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Investigadoras de la PUCV relevan la importancia de visibilizar el talento en las personas

La Dra. María Leonor Conejeros, investiga hace años, junto a la Dra. Katia Sandoval y un equipo de especialistas PUCV, a estudiantes que presentan Altas Capacidades y, al mismo tiempo, Trastorno de Déficit de Atención (TDAH) o Trastornos del Espectro Autista (TEA), entre otros, lo que se denomina Doble Excepcionalidad.

25.07.18

La profesora titular de la Escuela de Pedagogía PUCV, especialista en Psicología educacional y cognitiva, Dra. María Leonor Conejeros, investiga hace años temas relacionados con estudiantes que presentan Altas Capacidades y, al mismo tiempo, Trastorno de Déficit de Atención (TDAH) o Trastornos del Espectro Autista (TEA), entre otros, lo que se denomina Doble Excepcionalidad. Esto, le permitió en 2015 adjudicarse un proyecto FONDECYT, donde trabajó con niños y niñas doblemente excepcionales, identificando y caracterizando los contextos escolares y familiares donde crecen y se desarrollan.  

En su equipo de trabajo, se encuentran destacados especialistas, entre ellos, la Dra. María Paz Gómez, Mg. Pablo Cáceres, Dra. Katia Sandoval y, desde este año, la Dra. Sandra Catalán. Hoy se  encuentran trabajando un nuevo proyecto FONDECYT, con el objetivo de abordar la  temática de las Altas Capacidades y Doble Excepcionalidad desde la escuela y su entorno más inmediato, para entregar respuestas concretas al problema. Sobre esta línea de investigación, junto a la profesora de la carrera de Educación Especial de la Universidad, Dra. Katia Sandoval Rodríguez, especialista en Dificultades de Aprendizaje nos cuentan parte de los resultados obtenidos y las proyecciones de sus estudios.

¿Cómo nace esta línea de investigación vinculada a los estudiantes talentosos?

Leonor Conejeros:  La línea de Alta Capacidad, comienza con mi experiencia de 8 años de trabajo en el Programa Beta PUCV y del cual fui Directora 6 años. Allí realizamos  investigaciones que  nos permitieron ir  descubriendo que habían muy pocos artículos a nivel nacional e Hispanoamericano en la temática. En este contexto, detectamos que había un nicho por explorar y al cual aportar; pues los niños y niñas que se encontraban en esta condición no estaban recibiendo los apoyos que necesitaban.

Recuerdo que en nuestra primera postulación a FONDECYT, quedamos fuera por escaso margen, de hecho, fuimos puntaje de corte. Así fue que, con el apoyo de los concursos internos de la Dirección de Investigación, pudimos pulir el proyecto, adjudicándonos el FONDECYT al año siguiente.

¿Qué resultados de este FONDECYT quisiera destacar?

Katia Sandoval: En el primer proyecto sobre la condición de  Doble Excepcionalidad, entendida como un subtipo de Alta Capacidad, trabajamos con niños que cursaban  4to a 8vo año básico. Ellos presentaban dos necesidades de apoyo derivadas ya sea de  un Trastorno de Déficit de Atención o un Trastorno del Espectro Autista. De esta manera, primero los identificamos y luego los caracterizamos, observando que no eran reconocidos en su entorno escolar y/o familiar por su capacidad, sino por su dificultad o necesidad.

Conejeros: Fue un trabajo muy interesante, porque encontramos más  casos de los que esperábamos y en todas las dependencias escolares, lo que fue completamente opuesto a lo que nos dijeron algunos educadores, que nos indicaron que no habían niños y niñas con Alta Capacidad, que presentaran los trastornos antes mencionados, en establecimientos municipales, sobre todo en niños de estratos socioeconómicos bajos.

¿Nos podría comentar cuáles son las características principales de estos niños?

Conejeros: Para medir estas dos condiciones que coexisten en los niños, tuvimos que elaborar escalas de identificación que nos permitieran una mirada integral, ya que las existentes miden la Alta Capacidad o las dificultades de forma separada. Esto explicaría de cierta manera, porque el sistema educativo no ve la Doble Excepcionalidad y, por ello, atiende la dificultad y no la potencialidad de estos niños y niñas.

Al respecto, es bueno señalar que el concepto de Alta Capacidad, lo estamos utilizando para referirnos a todas las áreas dónde el ser humano podría destacar. Así, podríamos encontrar Alta Capacidad en lo motriz, social, musical y liderazgo, entre otras. En el particular, nosotros nos enfocamos en lo cognitivo, lo que se conoce también como talento académico en contexto nacional.

¿Cuáles fueron los principales resultados de su primer FONDECYT?

Sandoval: Destacaría la invisibilización escolar de los estudiantes doblemente excepcionales, ya que ninguno de los casi 300 niños diagnosticados ya sea con TDAH o TEA que evaluamos en la región y que pertenecían a establecimientos educacionales municipales, subvencionados y unos pocos privados, eran reconocidos por su talento, sino que solo por su trastorno. Estos, participaban de programas de integración o eran atendidos por equipos psicoeducativos en sus colegios, que respondían solo a su necesidad de apoyo, quedando sin atención el desarrollo de su Alta Capacidad y los requerimientos psicoeducativos que esta conlleva. 

Otro aspecto a destacar, es el abandono que declaraban sentir las familias frente a la existencia de esta doble condición en sus hijos. Relataban el largo historial de especialistas visitados y la permanente sensación de incomprensión frente a lo que les pasaba, tanto a nivel social como escolar.

¿Se investigó cómo era la relación de estos niños con sus pares?

Conejeros: Se daba una situación muy curiosa, ya que buscaban siempre amigos que tuvieran alguna condición parecida a la suya, estableciéndose una especie de cuidado mutuo. Hay que tener presente que no es raro encontrar casos de bullying en estos niños y niñas, por lo que naturalmente se acercaban a los pares que habían vivido episodios similares y que entendían lo que se sentía.

Quisiera destacar que si bien existían temas de intereses compartidos, como son ciertas lecturas y gustos, en general tenían pocos amigos. Esta soledad podría explicarse, de cierta manera, porque son niños y niñas muy interesados por el aprendizaje y, por ello, les molesta el ruido o las acciones que interfieren en este proceso. Recuerdo frases como: ‘me gusta ir al colegio, pero lo que no me gusta son mis compañeros’.

Sandoval: Otra cosa que no lograban entender, es por qué los compañeros hacían tantas veces la misma pregunta, lo que les generaba la sensación de que iban más por jugar que por aprender, lo que era inconcebible para ellos, que tenían esta necesidad permanente de aprendizaje.

Recientemente se adjudicaron un nuevo FONDECYT sobre Alta Capacidad y Doble Excepcionalidad ¿Qué esperan de esta nueva etapa que comienza?

Conejeros: Investigar sobre la complejidad de la condición, porque una cosa es caracterizarla y otra muy distinta es cómo la abordan los profesores y las familias. Queremos levantar propuestas concretas de atención, para los niños y niñas con Alta Capacidad y Doble Excepcionalidad, estos últimos, son muy buenos en algunas cosas y presentan dificultades en otras. Por ejemplo, pueden ser muy buenos para aprender sobre determinado tema, pero no son capaces de seguir el ritmo en que escribe el profesor en la pizarra. Tienden a realizar un procesamiento de  información más lento y van quedando atrás con la lógica que trabaja el sistema.

Sandoval: Complementando lo que dice María Leonor, todo esto genera sentimientos de incompetencia como una constante. En este punto, es importante mencionar la dificultad que presentaron los profesores a la hora de reconocer esta doble condición en sus estudiantes, siendo la respuesta más común: ‘en este curso no hay’. Por ello este nuevo FONDECYT es tan importante, ya que nos permitirá trabajar una línea de investigación acción en la escuela, con el objetivo de instalar competencias para que los profesores entiendan y se hagan cargo de la Alta Capacidad y sus distintas formas de manifestación.

De esta manera, nos estamos haciendo cargo del por qué los profesores no logran detectar el potencial de estos niños y niñas. En esta línea, pensamos que el gran responsable es el modelo educativo de América Latina, donde casi no existe investigación sobre el tema y, además, se trabaja solo sobre la necesidad. Nuestra idea es impulsar junto a los equipos de los Programas de Integración Escolar, PIE, una cultura de promoción del talento.

Lo que proponen es un cambio profundo en el modelo educativo chileno ¿Cómo piensan lograrlo?

Conejeros: Sabemos que es complejo cambiar la mirada restrictiva de la cultura instalada y trasladarla desde el  déficit hacia la fortaleza. Creo que lo más complejo es hacer entender a los profesores que la Alta Capacidad, no solo va relacionada con el rendimiento académico sobresaliente, sino que tiene diversas formas de expresión y abarca también el desarrollo de habilidades.

Desde una perspectiva más macro, la política educativa del país está centrada en el alto rendimiento, comparándonos con países que tienen muchos más recursos, lo que impulsa a los establecimientos educacionales a obtener cada vez mejores resultados en las pruebas de medición como el SIMCE o la PSU. Todo eso hace que el cambio sea muy complejo y requiera de un proceso paulatino.

¿Qué recomendarían a las autoridades que determinan las políticas públicas del área de la educación en Chile?

Sandoval: Chile tiene que avanzar hacia la implementación del aula inclusiva, entendiendo que existen niños y niñas que poseen distintas formas de pensar y de aprender, con distintos talentos y potencialidades. Lamentablemente, hoy existe una ley de integración, donde los estudiantes son rotulados e identificados  desde la necesidad.   

De esta manera, las autoridades encargadas de las políticas públicas en Chile, deberían entender que el aula es diversa y que no tiene que existir un programa de integración, sino uno que se ocupe del aprendizaje de todos. No podemos seguir detenidos en el aprendizaje homogéneo, ni en el estándar porque es la mejor manera de implementar un modelo. Todos somos diversos, por ello, no podemos pretender que todos los niños aprenda, funcionen o piensen de la misma forma.

Conejeros: Si bien considero que es un poco pretencioso dar una recomendación para cambiar la educación, dado que existen tantas variables que influyen, me atrevería a aportar desde lo que estamos investigando,   invitarlos a cambiar la mirada hacia las potencialidades. Esto nos permitiría ver otro mundo de manera más integral, dejando atrás la queja permanente de que el niño no aprende porque no tiene una familia que lo apoye, no tiene recursos o porque presenta una determinada condición.

Hay que mirar lo positivo que tenemos. A veces pareciera que nada funciona en la escuela y eso no es tan así tampoco. En definitiva, debemos partir por cambiar la mirada hacia un enfoque creativo, centrado en las fortalezas y potencialidades diversas de nuestros niños y niñas. En definitiva, un modelo universal para todos.

Finalmente ¿Cuál es el valor de esta investigación para el desarrollo de Chile?

Conejeros: Esta investigación pionera, está instalando capacidades que, hasta el momento, no se han desarrollado desde la lógica de las escuelas. Con esto quiero decir que debemos dejar de copiar modelos exitosos de otros países, para centrarnos en construir un modelo que incluya a las escuelas, sus estudiantes, profesores y familias. En síntesis, generar oportunidades y dar respuestas a familias que se sienten a la deriva en este proceso y que incluso, nos comentaron que nuestro trabajo les cambió la vida.   

También consideramos un logro haber instalado el concepto y comprensión de la Doble Excepcionalidad, en un sistema escolar rígido que desconocía el tema antes de esta investigación.

Sandoval: En ese sentido,  la investigación permitió a algunos profesores, entender a los niños que presentaban esta doble condición y que tenían grandes logros en algunas áreas y, en paralelo, fallaban en tareas simples de realizar como copiar de la pizarra. Por ello, es importante reconocer que hay actores en el sistema escolar, que desean avanzar en esta materia y que requieren acompañamiento.

En esta lógica, quisiera destacar que muchos de estos niños están cansados de ir a la escuela y ésta, al mismo tiempo, no está dispuesta a hacer las adecuaciones que los estudiantes con Doble Excepcionalidad requieren, lo que genera una especie de círculo vicioso. En conclusión, no es posible mantenerse estático frente al deseo de estos niños y niñas de ser ‘normales’ o invisibles, muy por el contrario, esto debe impulsarnos a seguir trabajando para que desarrollen plenamente sus potencialidades.

Por Marcelo Vásquez, Periodista VRIEA PUCV