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Investigador del Instituto de Geografía PUCV se adjudicó proyecto Anillo de Conicyt en Geohumanidades y Biogeografías Creativas

En el proyecto proyectado a tres años con un financiamiento que alcanza el medio millón de dólares, el Dr. Andrés Moreira-Muñoz, trabajará con investigadores de diversas unidades académicas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y de la Universidad Católica del Maule (UCM)

02.01.19

El Geógrafo, profesor titular del Instituto de Geografía de la PUCV y Doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Erlangen-Nürnberg de Alemania, Andrés Moreira-Muñoz, se adjudicó el proyecto CONICYT Anillos en Ciencias Sociales y Humanidades 2018: “GeoHumanidades y (Bio)Geografías Creativas en la búsqueda de la sostenibilidad y la co-conservación mediante "inmersión rizomática”, instancia que busca fomentar el desarrollo científico y tecnológico del país, a través de una investigación colaborativa e interdisciplinaria centrada en el paradigma imperante de dominación de la naturaleza.

En este contexto, el académico de la PUCV, Dr. Andrés Moreira-Muñoz, quien es además director del Laboratorio de Biogeografía y Sistemas Territoriales Sustentables (www.biogeolab.org), indicó: “El proyecto que desarrollamos junto a investigadores de la PUCV y de la UCM, junto con ser el primer Proyecto Anillos del área que se adjudica nuestra Universidad, nos permitirá posicionar una línea de pensamiento-acción que pone en discusión el paradigma imperante de dominación de la naturaleza, la misma que nos acoge, alimenta, cobija, abriga y de la que, lamentablemente, hemos abusado tanto”.

Hay que tener presente que el concepto de proyecto Anillos impulsado por CONICYT es muy importante para el desarrollo de la investigación en Chile, ya que, por una parte, busca lograr asociatividad interdisciplinaria entre investigadores de diferentes instituciones, formar jóvenes investigadores, transferir conocimientos aplicados al desarrollo de políticas públicas y, por otra, posibilita el desarrollo de buenas prácticas, la sensibilización en sectores amplios de la sociedad frente a problemáticas sociales y el establecimiento de redes con centros de estudio de reconocimiento internacional.

La adjudicación de este proyecto constituye un gran impulso al trabajo colaborativo de un equipo interdisciplinario integrado por los investigadores PUCV titulares del proyecto, que son el Dr. Andrés Moreira-Muñoz del Instituto de Geografía; la Dra. Leticia Arancibia de la Escuela de Trabajo Social; el Dr. Juan Carlos Jeldes de la Escuela de Arquitectura y Diseño, quienes trabajarán colaborativamente con el Dr. Enrique A. Mundaca de la Escuela de Ciencias Agrarias de la UCM.

Además, participarán en calidad de asociados el Dr. Pablo Mansilla del Intituto de Geografía PUCV y la Dra. Mariana Lazzaro-Salazar, investigadora del Centro de Estudios para la Integración Intercultural (CEII) de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado (VRIP) de la UCM. Asimismo, como colaboradores participarán el Dr. Sergio Elórtegui de Ciudad Abierta, la Dra. Carolina Muñoz de la Escuela de Psicología y el Dr. Hermann Manríquez del Instituto de Geografía, todos de la PUCV.

Sobre la adjudicación, el Dr. Moreira comentó que el trabajo que desarrollarán, se sustenta en el hecho de que la Humanidad ya cruzó los límites planetarios, es decir, se han explotado más recursos de los que la Tierra puede regenerar. En esta misma línea, el especialista de la PUCV analizó los aspectos y proyecciones más trascendentes de este importante logro.  

¿En qué escenario se encuentra nuestro planeta?

Si bien no quisiera entrar en un discurso catastrofista, es importante considerar la importancia y urgencia de realizar una serie de acciones y adaptaciones que nos ayuden a mantener los procesos que permiten asegurar la vida en la superficie terrestre. Con ello quiero decir que vivir nuestra época del Antropoceno (período que empezaría con la revolución industrial en el S. XVIII) implica una serie de desafíos para la humanidad y para las Humanidades.

¿Cuáles serían los desafíos prioritarios?

Estamos en plena época de crisis, me refiero a las crisis ecológica, ética, energética y política, que se cruzan con la manipulación de la democracia y las segregaciones de toda índole: indígena, de género, laboral y espacial, entre muchas. Esto ha sido dicho urbi et orbi por la comunidad internacional de cientistas sociales, y reconocido por la Encíclica Laudato Sí. Sin embargo, no basta con decirlo y proclamarlo porque, en la actualidad, es la misma sociedad la que nos exige como académicos una visión crítica para avanzar hacia soluciones concretas; en definitiva, avanzar hacia un real cambio cultural.

¿Cómo debería iniciarse este cambio?

Lo primero es imaginar un escenario o varios escenarios, en los cuales se logre una real armonía entre el ser humano y la naturaleza. Esto, ya no es posible a través de soluciones rápidas y/o tecnocráticas; por ello, nuestro proyecto plantea una propuesta sustentada en una profunda revisión de los lenguajes con los que construimos el mundo, lo que genera conocimiento en nuestro caso, a partir de una estrecha relación entre Geografía, Lingüística, Trabajo Social, Biología y Diseño.

En particular, la Geografía se proyecta como una re-visión de los espacios de vida. Es una de las disciplinas más antiguas, remontándose a los tiempos precristianos de la antigua Grecia. Estrabón definió la Geografía como el estudio de las relaciones que enlazan la totalidad de los modos de vida variables en el espacio y en el tiempo, enfatizando los múltiples aspectos del ser humano, la Tierra, la Vida y la Felicidad.

¿Nos podría comentar cómo se gestó este proyecto?

Como equipo de investigación del I. de Geografía de la PUCV, llevamos varios años desarrollando proyectos y publicaciones conjuntas, centradas, por ejemplo, en los vínculos que se generan entre el agua, la tierra y la fractura socio-metabólica del agronegocio en la provincia de Petorca; o también, la Conservación de la Geo- y Biodiversidad de Chile.

Asimismo, con el Dr. Enrique Mundaca de la Escuela de Ciencias Agrarias de la UCM estamos trabajando en el FONDECYT Regular: “El cruce de dos hotspots de biodiversidad en el desierto de Atacama”. Enrique y Mariana han publicado recientemente acerca de las implicancias éticas y sociales de los estudios moleculares. De esta manera, el trabajo colaborativo que estamos desarrollando al interior de la PUCV y con la UCM, se consolida definitivamente con la obtención de este proyecto Anillos.

De estas colaboraciones ¿Qué resultados podría destacar como fundamentales para la generación del proyecto Anillos?

A través de estas colaboraciones, publicaciones y otros proyectos de Innovación en la Docencia, y proyectos Fondart, nos damos cuenta de la dificultad de transmitir estos conceptos a una sociedad eminentemente alienada y enfrascada en el mundo de las redes sociales y el consumo. Así, nos encontramos en este particular mundo de la postverdad, donde todo y nada vale, inserto en un contexto donde la importancia de algo tan obvio como son el cambio climático o los conflictos ambientales, dura lo que dura la exhibición de la noticia, para luego desaparecer tras salir del aire.

No obstante, el daño queda, la sociedad sufre por las malas decisiones tomadas en la ocupación de los entornos cotidianos y, de la misma manera, la sociedad se resigna a una mala relación entre sus miembros y con los otros seres de la Biosfera. Pero nosotros creemos que no podemos quedar indiferentes frente a lo que ocurre en Puchuncaví, por ejemplo. En este sentido, nos pusimos a trabajar con los estudiantes y con los colegas Mansilla y Manríquez, en la puesta en valor de los paisajes y territorios contaminados. También a través de distintas instancias de difusión del conocimiento, como la Revista Geográfica de Valparaíso, con el apoyo de generosas personas como Ítalo Costa, nos pusimos a pensar cómo esbozar un cambio cultural que nos muestre la ruta a otros mundos (futuros) posibles.  

¿A qué conclusión llegaron?

La pregunta fundamental fue: ¿necesitamos lentes para realmente ver la maravilla que nos rodea? En este sentido nuestra apuesta consiste en aprovechar las tecnologías - drones, realidad virtual y las nuevas aplicaciones de geolocalización - para ayudar a la sociedad a entender su entorno y de paso entenderse a sí misma. Además, desde este cuestionamiento descubrí por ejemplo que, en instancias como el Claustro Académico de la Universidad, esta inquietud no es exclusiva de nuestra disciplina, sino que es transversal a muchas otras.

Dicho esto, creo que la relevancia de nuestro programa, radica en que la cultura es vista como multidimensional y multicapa, por lo tanto, para producir un cambio cultural, la relación entre la naturaleza humana (cultura) necesita ser explorada desde múltiples ángulos. Esto, como se propone en este estudio, se puede lograr mediante el fortalecimiento y la articulación del papel de las ciencias sociales en la exploración de los aspectos múltiples y complejos de la relación ser humano/naturaleza.

¿Y cuál es su principal propuesta para lograrlo?

Proponemos ver tanto a la naturaleza y a los seres humanos como actores interrelacionados, desde un enfoque interdisciplinario. De esta forma, podremos abordar el tema de la relación (y crisis) desde múltiples perspectivas, como estudios geográficos, ciencia de la conservación, análisis del discurso y formulación de políticas, para avanzar desde una nueva forma de conocimiento, a una nueva forma de hacer.

En esta línea, pensamos que las principales contribuciones de nuestro programa de trabajo, se encuentran dentro de los límites de las nuevas metodologías propuestas para investigar la relación hombre-naturaleza y, a partir de ellas, proponer acciones de conservación aplicables a espacios concretos. Así, esta metodología que hemos denominado "inmersión rizomática", se centrará en cuatro aspectos principales.

¿Cuáles serían?

i) el análisis de los discursos actuales dominantes sobre la relación naturaleza-persona para proponer nuevos discursos que apoyen el cambio cultural; ii) la exploración de lenguajes no humanos a través del análisis de la expresividad territorial, paisajes sensibles, flujos y trayectorias a través de paisajes sonoros y actos performativos; iii) el diseño de estrategias de co-conservación basadas en metodologías innovadoras en la búsqueda de una nueva atmósfera cognitiva; iv) el cuestionamiento de los esquemas tradicionales y reflexionar sobre la escalabilidad y replicabilidad de esta metodología en el marco de la Biopolítica, la Cosmopolítica y las GeoHumanidades.

Desde la perspectiva más operativa ¿Nos podría comentar algún aspecto que considere significativo para la recolección de información para su investigación?

Por ejemplo, gracias al aporte del Dr. Jeldes y a la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV que cuenta con el Laboratorio Aconcagua Fablab, vehículo especialmente diseñado que despliega en terreno estaciones de trabajo basadas en tecnologías sustractivas que operan extrayendo partes de material desde un volumen mayor (cortadoras laser) o tecnologías aditivas que son máquinas que generan formas tridimensionales (impresoras 3D), podremos en la práctica desarrollar experiencias e intervenciones en distintos ámbitos en que se puede analizar la relación ser humano/naturaleza.

¿Cómo lo harán?

De diferentes formas. Por ejemplo, en terreno llevaremos a cabo espacios de "intervención" o de participación activa de científicos y artistas con la comunidad en los cuales se realizarán acciones de conocimiento profundo del entorno, descubriendo formas de plantas, insectos, paisajes, a través de intervenciones artístico-científicas. Por ejemplo, se harán observaciones específicas de ciclos de vida de insectos en terreno, con el fin de generar el establecimiento de una relación entre el observador y el organismo en cuestión (en este caso una especie en particular de insecto como por ejemplo un enrollador de hojas) que tendrá como fin generar en el observador el entendimiento de que incluso organismos como los insectos tienen sus propias historias de vida a través de las cuales deben enfrentar una serie de desafíos al igual que le ocurre a los seres humanos. Todo esto acompañado por especialistas que actuarán como nexo entre el observador y el sujeto de observación.   

 De esta manera con estos y otros equipos estaremos explorando las posibilidades y alcances de disciplinas e inter-disciplinas emergentes como la biopolítica, biomimesis, etno-ornitología, etno-entomología, biogeomorfología, etc. 

Algunos de los espacios a lo largo de Chile en los estaremos trabajando son el Parque Nacional Isluga y su entorno; el Parque Nacional Pan de Azúcar y Chañaral; La Reserva de la Biosfera La Campana-Peñuelas, incluyendo la zona de sacrificio Quintero-Puchuncaví; La Reserva Nacional Lircay; La Reserva de la Biosfera Araucarias, y la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos. 

¿Contarán con el apoyo de algunas organizaciones en estos lugares?

Las organizaciones de base que participan en primera instancia del proyecto son MUCAM (Museo Campesino en Movimiento); Biota Maule (Refugio para Exploradores Naturalistas del Siglo XXI); CONAF (Corporación Nacional Forestal); Taller La Era (Corporación de Investigación para la Re-Creación del Entorno); y escuelas públicas y privadas como la Escuela Tte. Julio Allende de Peñuelas, Valparaíso. 

¿Qué rol jugarán en la investigación?

Los actores que participarán activamente del proyecto, pasarán por una serie de procesos, prótesis y mediadores, especialmente actos performativos. Así, al final del proyecto podrán liberarse y re-crear con sus propios ojos y su mente sensibilizada, la maravillosa realidad que nos rodea. Sin duda, a algunos les costará más que otros, pero al final tendremos una “masa” crítica de todas las edades que seguirá replicando estas técnicas y métodos. Nuestro objetivo será crear una perspectiva Deleuziana de la realidad, en la cual se diluyen las relaciones verticales y las relaciones de poder, multiplicándose infinitamente cual sinapsis, las conexiones y relaciones horizontales entre seres humanos y entre humanos y no-humanos. De esta forma estaremos sembrando la semilla de un real cambio cultural.

¿Qué esperan de los resultados obtenidos?

Al lograr los objetivos planteados, esperamos reducir la brecha entre los humanos y la naturaleza, no solo teóricamente, sino como una respuesta concreta de soluciones para la Biosfera, vinculando nuestras intenciones científicas, pretensiones afectivas e intenciones políticas en concordancia con la naturaleza y su diversidad de seres, ritmos, formas, colores y espacios para la vida y la felicidad, como conceptos destacados.

Por Marcelo Vásquez, Periodista VRIEA PUCV

*** Imagen Cello: Fondart 2018 "Anatomía del Paisaje", Francisca Sazie. Fotos: Benjamín Lyon. Interprete: Isidora Edwars