Ir a pucv.cl

Emprendedor PUCV desarrolla tecnología para bicicletas que busca prevenir accidentes de tránsito

El emprendedor Maverick Gayoso, titulado como profesor de Educación Física y estudiante de Ingeniería Civil Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, es el líder del proyecto Arara, quienes se han adjudicado dos fondos de Corfo.

02.12.2020

Maverick tomó el mando de Arara en 2017, luego de que por internet encontrara una maqueta del proyecto que estaba siendo desarrollado por una persona rusa, quien declaró no poder seguir adelante con la iniciativa y es en ese momento en que Maverick Gayoso se ofreció para continuarlo y liderarlo. 

Desde ese momento el proyecto comenzó a tomar forma y en 2018 se adjudicaron un fondo de los Concursos de la Dirección de Innovación y Emprendimiento, donde continuaron la fase de prototipado que ya había iniciado, sin embargo, durante ese transcurso avanzaron en el desarrollo del producto y a raíz de esto se adjudicaron el fondo Semilla Inicia de CORFO y, actualmente, avanzaron en este proceso adjudicándose junto al Centro Interdisciplinario de Ingeniería PUCV, el financiamiento Súmate a Innovar de CORFO. 

Sobre el proyecto y el avance que este ha tenido, es que el líder de Arara, Maverick Gayoso, contó todos los pormenores y cómo ha sido para él darle una nueva vida a este emprendimiento.

¿De qué trata el proyecto?

Es un sistema de luces para bicicletas que busca mejorar la visibilidad lateral del ciclista, la ventaja de esto es que funciona por inducción magnética, es decir, no necesita baterías, solamente requiere un imán que va montado en la horquilla de la bicicleta y la energía se genera al mismo tiempo en que los ciclistas van avanzando. No debes estar pendiente de que prenda, ni preocuparte de la batería o que olvidaste prenderla, debido a la forma en que funciona.

Este producto mejora la visibilidad en los 360 grados, pero principalmente nos enfocamos en la visión lateral, ya que un gran porcentaje de accidentes de tránsitos se producen cuando baja la luminosidad y no se ve al ciclista de costado, puesto que las luces están principalmente enfocadas hacia delante o atrás. 

En este punto creo que es importante destacar que esta luz está pensada en mejorar la visibilidad del ciclista, no para que él pueda ver, sino para que él pueda ser visto.

¿En qué etapa se encuentra el proyecto? 

Actualmente ya conseguimos nuestro producto mínimo viable, con distintos prototipos diseñados en 3D, el sistema electrónico también ya está finalizado y cumple su objetivo, que es iluminar. Ahora queremos optimizar la parte electrónica con la ayuda del Laboratorio de Electrónica y el Valparaíso MakerSpace, ambos de la PUCV. 

También tenemos que verificar algunos detalles de las piezas pláticas para alcanzar ciertas certificaciones que son ideales para la industria ciclista, por ejemplo, resistente al agua, al polvo, que sea duradero, ya que la bicicleta tendrá un uso a la intemperie. 

¿Han validado su producto con posibles clientes? 

Actualmente cerca de 10.000 suscriptores, los que constantemente nos están enviando correos preguntando cuando estará disponible, nos preguntan por las características, y hay una comunidad que está muy atenta de cuándo será publicado y, a raíz de esto, tenemos certeza que entrará bien al mercado.

También nos han contactado de muchas tiendas que venden accesorios de bicicletas que les interesaría incluirnos en su catálogo de productos así que, por ese lado, hemos recibido solicitudes, pero no hemos hecho nada en cuanto a marketing, ni tema comercial porque el producto no está terminado.

¿Qué pretenden realizar en la ejecución del fondo Súmate a Innovar?

Queremos desarrollar la luz en grandes cantidades, tener el diseño finalizado y los proveedores seleccionados. Esto último es lo que nos ha tomado más tiempo ya que no hemos encontrado los componentes que utiliza la luz en Chile y hemos tenido que traer todo desde otros países. Esperamos también que este proyecto nos permita gestionar todas las certificaciones que requiere el producto, junto con el packaging y todo lo que significa un producto terminado y listo para entregar a los clientes.

¿En cuánto tiempo tienen pensado comenzar a comercializar la luz?

En primera instancia nos proyectábamos para finales de este año, sin embargo, con la pandemia lo vemos más difícil, pero en marzo ya esperamos comenzar. Tenemos todo bastante avanzado, el área electrónica, el funcionamiento y las piezas plásticas ya lo tenemos hecho.

Hay algunos detalles que tendríamos que ver a medida que avance el proyecto, pero lo estructural ya está hecho.

¿Cuál es el equipo de trabajo que está detrás de Arara?

Una de las principales personas involucradas es Nicolás Mora, quien es Ingeniero en Diseño y Producto de la USM, él nos está ayudando justamente con el diseño del producto, pero también a coordinar la operación y ejecución del proyecto.

Si bien estoy liderando y tomando las principales decisiones, Nicolás es quien está ejecutando directamente y se va relacionando con un electrónico que va viendo la parte interna, que va a ir llevando a cabo esta optimización. 

¿Cuál es el apoyo que han tenido de la PUCV en el desarrollo del proyecto?

Hemos trabajado con Valparaíso MakerSpace, ellos nos han acogido súper bien, tanto en su espacio con las herramientas, hasta materiales que se pueden ofrecer. Es precisamente en este espacio donde conocí a Nicolás, ya que reúne a personas de distintas disciplinas y proyectos. 

También hemos recibido apoyo de la Dirección de Innovación y Emprendimiento, nos ayudaron con un fondo que nos permitió retomar el desarrollo de lo que teníamos congelado, ya que durante 2018 no trabajamos en el proyecto, sin embargo, desde que tuvimos este financiamiento pudimos empezar a destinar recursos para comprar insumos y comenzar a prototipar rápido y barato.

Otra área de la Universidad que nos ha ayudado es la Oficina de Transferencia y Licenciamiento, que ahora gracias a su asesoría hemos podido patentar le producto de manera independiente.

¿Cómo fue el proceso de postulación a Súmate a Innovar?

La verdad es que no fue tan complicado, ya que teníamos la experiencia de la postulación y adjudicación de Semilla Inicia, donde obtuvimos quince millones y ahora con Súmate a Innovar adjudicamos diez millones más, por lo que esta segunda postulación no fue tan difícil.

Sin embargo, debo señalar el apoyo que recibimos por parte de la PUCV, ya que es una institución colaboradora con las suficientes capacidades para aportar en el proyecto y, nos sumó puntos al momento de postular, sobre todo porque la Universidad a pesar de ser solo una institución tiene muchos departamentos que pueden aportar de distintas maneras a nuestro emprendimiento.

¿Qué valor le das al sistema de emprendimiento que existe en la PUCV?

Me gusta mucho como ha avanzado y desde 2016 cuando entré a estudiar Ingeniería Civil Industrial, tuve las ganas de querer emprender paralelo a la carrera y lo primero que hice fue postular a un fondo de la DIE, donde entregaban financiamiento para desarrollar algún proyecto, en el que postulé con Samso, otro emprendimiento que lidero.

También creo que las otras unidades de apoyo a la innovación y el emprendimiento han tenido gran avance ya que están impulsando a estudiantes y la comunidad en general.