Aplicación móvil de ejercicios para pacientes crónicos con riesgo cardiovascular es apoyada por Gen-E
La Kinesióloga y socia fundadora de Neokin Kinesiología, Andrea Onetto Moya, junto a su proyecto Neocardio, fueron seleccionados por la Incubadora Social Gen-E de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
07.11.2019
La Kinesióloga y socia fundadora de Neokin Kinesiología, Andrea Onetto Moya, junto a su proyecto Neocardio, fueron seleccionados por la Incubadora Social Gen-E de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), para ser parte de sus incubados 2019 en la convocatoria IMPULSA+, que es financiada por CORFO, en su fondo Subsidio Semilla de Asignación Flexible para Emprendimientos de Innovación Social, donde se desarrollarán una serie de talleres para validar técnicamente su emprendimiento.
Andrea Onetto, explicó en qué consiste su proyecto: “Es la primera aplicación de ejercicio individualizado para pacientes crónicos que tengan riesgo cardiovascular aumentado. Tenemos dos focos, donde una es el área de salud propiamente tal, donde el médico pueda derivar al paciente a hacer ejercicio, habrá un kinesiólogo a cargo que le dará el acceso al usuario. El otro foco es el área empresa, lo que se llama el Wellness Corporativo, la idea es crear un perfil para cada empresa con el mismo sistema que se utiliza en el ámbito de la salud, con controles periódicos con el kinesiólogo, pero desde aquí nos insertaríamos, generándoles un programa de salud a largo plazo”.
Este modo de aplicación sería único a nivel mundial, ya que mezcla el ámbito profesional, puesto que siempre estará dirigida por médicos y kinesiólogos que tienen que diseñar el programa para el paciente, y al mismo tiempo, se generará un perfil para cada empresa que tenga contrato con Neocardio. De este modo el usuario, junto a la empresa tendrán un ahorro económico y se les brindará más seguridad a través de un programa individualizado.
Andrea Onetto, dice sentir ir en camino correcto con el proyecto, ya que al ser una idea nueva han logrado alcanzar dos finales importantes de fondos concursables e integrar Gen-E, considerándolos grandes logros para Neocardio. Pese a lo anterior, reconoce que aún les falta estrategia de mercado, saber cómo vender su aplicación, siendo esto lo que espera desarrollar durante su estadía en la Incubadora Social PUCV.
Para hablarnos sobre el proyecto Neocardio y su estadía en Gen-E, nos reunimos con la kinesióloga y socia fundadora de Neokin Kinesiología, Andrea Onetto Moya, donde nos contó sobre la importancia de la aplicación en la sociedad chilena, lo difícil que se les ha hecho conseguir fondos y cómo han sido sus primeros meses dentro de la Incubadora.
¿En qué consiste su proyecto?
Es la primera aplicación de ejercicio individualizado para pacientes crónicos en enfermedades como la hipertensión, diabetes tipo 2, dislipidemia, obesidad; en el fondo que tengan riesgo cardiovascular aumentado. La idea es bajar esos parámetros porque los males cardiovasculares, como los infartos, trombosis, entre otros, son la primera causa de muerte en Chile y es donde más recursos se van del presupuesto anual de salud.
¿Cómo surgió la idea de llevar a cabo esta aplicación?
Nosotros siempre hemos estado enfocados en rehabilitación y tratamos de buscar áreas nuevas, el área cardiovascular es bastante nueva en Chile y hay poca gente trabajando en esta especialidad, hicimos un ensayo presencial hace un par de años con pacientes renales, que eran nuestro primer foco, ya hay pocos centros kinesiológicos que tienen incluidos ejercicios para pacientes en diálisis, realizamos un piloto que funcionó muy bien, por lo que nos dimos cuenta que en verdad las personas que están con este tratamiento y en la etapa final de una enfermedad crónica, terminan con una falla renal.
En vez de enfocarnos en los renales, abarcamos la manga de patologías crónicas y así evitamos que los pacientes lleguen a ese punto de la diálisis.
¿Hace cuánto tiempo que vienen trabajando esta idea?
La idea partió con los pacientes renales en el año 2017, el año siguiente nos enfocamos en el área de los pacientes crónicos, donde con ese proyecto nos ganamos un cupo en Young Leaders of the Americas Initiative, que es un programa del Gobierno de los Estados Unidos, estuve personalmente cinco semanas allá con emprendedores, workshops, por este proyecto.
Cuando nosotros volvemos y postulamos a Gen-E, nuestra idea que teóricamente era presencial, se convierte en una aplicación. Este cambio se debió a que si seguíamos con una metodología como lo teníamos diseñado en un principio, se nos hacía muy caro de replicar debido a todos los materiales que implican, los permisos de la Seremi de Salud, donde se exigen muchas cosas en infraestructura, por lo que cambiamos nuestro objetivo, convirtiéndolo en una aplicación.
¿Cómo se ejecutaría esta aplicación?
Tenemos dos focos, donde una es el área de salud propiamente tal, la idea es que las clínicas desde la más pequeña a la más grande a nivel nacional, implementen la aplicación a través de programas cardiovasculares, donde el médico pueda derivar al paciente a ejercicios, lo que debería ser en teoría la primera opción, ya que habrá un kinesiólogo a cargo que le dará el acceso al usuario. El que necesite la aplicación no podrá descargarla por sí mismo, deberá tener una derivación médica.
El otro foco que tenemos es el área empresa, lo que se llama el Wellness Corporativo, donde Johnson & Johnson es el que lleva el mando de esta área a nivel mundial. La idea es crear un perfil para cada empresa con el mismo sistema que se utiliza en el ámbito de la salud, con controles periódicos con el kinesiólogo, pero desde aquí nos insertaríamos en las empresas, generándoles un programa de salud a largo plazo. Con esto, comprobado por estudios internacionales y nacionales, aumenta la productividad, disminuye el gasto en salud de la empresa, siendo parámetros bastantes buenos en términos económicos para las compañías en mediano plazo, que son aproximadamente tres años, donde ocurren cambios importantes en términos de ganancias.
¿Cuál es el sello de su empresa que los diferencia de los demás?
La propuesta de valor principalmente, es que no hay ninguna aplicación hoy en día que diseñe un programa de ejercicios para un paciente de manera individualizada. Tenemos una competencia de una empresa norteamericana que trabajan con los seguros de salud, el equivalente a las Isapres en Chile, pero ellos solamente hacen monitoreo de los pacientes diabéticos, obteniendo buenos resultados, pero sin ejercicios. La otra competencia que tenemos es Bluestar, quien le hace la aplicación a Johnson & Johnson, tienen una matriz en su aplicación que permite una individualización para cada empresa a la que ingresan, y si bien ellos incluyen ejercicios, no mantienen a un kinesiólogo, además el diseño es de acuerdo a los parámetros que ingrese el paciente a la aplicación, no hay un profesional que los diseñe.
Nosotros logramos juntar el trabajo profesional humano con la aplicación, lo que nos permite seguir trabajando con profesionales de manera individualizada, pero bajando los costos, y transformándola en una aplicación única a nivel mundial con estas características.
¿Cuál fue el momento que marcó el emprendimiento y los motivó en seguir desarrollando su aplicación?
Cuando quedamos seleccionados en la Incubadora Gen-E. Después de eso, entre diciembre y marzo, fuimos finalistas del “Total Challenge” donde nos enfrentamos a empresas grandes, por lo que fue algo que nos llamó mucho la atención, luego participamos en la aceleradora de negocios Start-Up, Chile, donde nuevamente estuvimos en la final, y nos pidieron que volviéramos a concursar en diciembre.
Con el conjunto de cosas que nos pasaron en poco tiempo, nos pudimos dar cuenta que íbamos en el camino correcto, obviamente tenemos que arreglar algunos detalles, porque es un proyecto nuevo, pero ha llegado a varias finales. Debemos arreglar el modelo de negocio, ya que es un emprendimiento que no es fácil de entender para personas que no son del área de la salud, nos ha costado poder transmitirlo.
¿Cómo han sido estos primeros meses luego de ser incubados en Gen-E?
De mucho trabajo, aprendizaje y comprensión. Al ser del área de la salud me considero súper “cuadrada”, así que me cuesta un poco digerir los conceptos más sociológicos, por lo mismo todo esto me ha servido para aprender, he leído mucho, ponemos en orden nuestras ideas, nos organizamos de una mejor manera.
Hay una retroalimentación con los demás proyectos, ya que nos permite verlos a ellos desde afuera y a nosotros mismos, simplificando los problemas.
¿Qué esperan con su participación en la Incubadora Social?
Conseguir fondos, esa es la prioridad en estos momentos, producir el producto mínimo viable para así poder tener nuestros primeros clientes y aprender del área de ventas, ya que este es el punto débil del emprendimiento, no hemos podido contactar a las personas correctas, eso es lo que nos falta.
¿Han ejecutado ya el proyecto?
De manera presencial sí, el problema está en que aún no tenemos como desarrollar la aplicación, tenerla lista, por lo que no la hemos podido probar.
El área de rehabilitación cardiovascular internacionalmente está mucho más desarrollada que acá en Chile. La semana que estuve en Estados Unidos me tocó trabajar con el Doctor Anthony Shaw, que también es kinesiólogo, él logró a base de trabajo y estudios que el ObamaCare, que es el equivalente a Fonasa en Chile, incluyera la rehabilitación cardiaca en los pacientes después de un evento cardiovascular, como un infarto por ejemplo. Por lo que sistema norteamericano está muy desarrollado, cubriendo este tipo de enfermedades, y en Chile aún no existe este sistema.
Los médicos mandan a los pacientes a hacer ejercicios, pero estos no saben cuánto tienen que hacer, ni donde, no saben medirse, tampoco el riesgo que conlleva, hoy en día mandar un paciente al gimnasio a hacer ejercicio es muy riesgoso, aún no existe la cultura en nuestro país y eso es lo que estamos tratando de crear.
¿Cómo sería la evaluación desde la aplicación?
Hacemos una evaluación del riesgo cardiovascular médica y kinésica, en base a esto estratificamos al paciente en bajo, medio y alto riesgo. Una vez calificados, los pacientes de medio y alto riesgo ingresan a un trabajo de prescripción de ejercicios que se hacen individualmente.
¿A qué edad va dirigido este proyecto?
En teoría debería ser entre los 45 y 50 años, pero resulta que hoy en día en Chile, somos el segundo país en niveles de obesidad. La estadística nacional dice que uno de cada 4 chilenos tiene al menos una enfermedad crónica, diagnosticada o no, y dos millones tienen más de cinco enfermedades crónicas, siendo un tema súper grave ya que cada vez son más jóvenes.
Tenemos pacientes de 15 años con obesidad, resistencia a la insulina e hipertensión, por lo que nuestro público se ha ido enfocando en personas más jóvenes, porque la idea no es combatir un pie diabético, sino que, una resistencia a la insulina previa a la diabetes y empezar a generar conciencia de lo que significa tener un riesgo cardiovascular alto.
Nos juega en contra la “moda” de belleza a cualquier talla, que está muy vigente a nivel internacional, porque el tema no es que la gente le tenga fobia a ser gordo, es un tema de salud. Como kinesiólogas estamos muy en contra de este concepto, no por el asunto de la autoestima, sino porque se está naturalizando el tema de la obesidad, siendo que esta se tiene que asumir como una enfermedad, obeso no es una palabra ofensiva, es un término médico. Es ahí donde nosotros necesitamos generar conciencia.
¿Ha cumplido su expectativa esta primera etapa en Gen-E?
De todas maneras. Hemos logrado hacer encuestas para descubrir donde están las barreras que afirman que está aplicación sería una solución correcta, solo nos falta la validación de mercado en base a conseguir los fondos.
¿Cómo ven a Neokin en unos años más?
Lo veo por lo menos en unas tres o cuatro empresas grandes trabajando en un programa a largo plazo, con el sistema implementado en varias clínicas, porque eso significaría que al paciente le va a rebajar mucho los costos y con una población mucho más controlada en parámetros de salud.
¿Hay algo que le gustaría agregar para finalizar?
Creo que el área de salud está dejada de lado en los fondos, siempre postulamos y creo que el impacto social que tiene esta área no es bien valorado al momento de entregar los resultados, es como si estuviésemos en segundo plano, ya que en salud no es necesario hacer un robot tecnológico que tenga un valor de 50 millones de pesos, de pronto las cosas más simples son las que generan más impacto. Por lo mismo, creo que el área de la salud está infravalorada por las personas que seleccionan los proyectos, ya que son pocos los emprendimientos de estos tipos que salen como ganadores en las postulaciones.