Ir a pucv.cl

Estudiantes de Ingeniería Mecánica PUCV desarrollan una máquina para reformar el plástico en nuevo producto

Los tres jóvenes de la Universidad, con el apoyo de la DIE PUCV, se encuentran trabajando en el desarrollo de una máquina que les permita reciclar plástico.

14.04.2020

El estudiante de Ingeniería Mecánica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Javier López, lidera el proyecto “Mecanizando el reciclaje”, donde crearon una máquina que fuese capaz de procesar el plástico y así hacer un nuevo objeto para que este material se vuelva a utilizar.

Este proyecto es apoyado actualmente por los Concursos DIE de la Dirección de Innovación y Emprendimiento, perteneciente a la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados PUCV, donde cada año se financian proyectos de emprendimiento de académicos, estudiantes de pre y postgrado PUCV y alumnos del CFT UCEVALPO.

“Mecanizando el reciclaje” comenzó por un trabajo de una asignatura de su carrera, sin embargo, los integrantes del equipo sintieron que debían llevarlo más allá debido a la importancia de la temática.

El director del proyecto, Javier López, nos conversó acerca del emprendimiento, sus avances y lo que esperan lograr. 

¿Cómo se inició el proyecto?

Nosotros  comenzamos por un trabajo en la Universidad, donde vimos la importancia del tema del reciclaje y quisimos ir más allá. Esto partió como una ayuda medioambiental tangible, puesto que nos dimos cuenta que el plástico está presente en la ciudad y, claro, algunas personas hacen el acto de reciclar al separar la basura, pero falta que alguien se haga responsable del proceso de reciclaje. Por lo anterior, nació la idea de crear una máquina que fuese capaz de procesar plástico y hacer un nuevo objeto, con la intención de que este material se vuelva a reutilizar.

Tenemos una doble implicancia en esto, ya que logramos hacer la máquina que lleva al proceso y éste necesita la máquina.

Es decir, ¿ustedes crearon la máquina?

Sí, la diseñé en un ramo de la carrera y luego sufrió modificaciones que hicimos con el equipo, también le agregamos algunas partes y fuimos estudiando el tema, hasta que llegó a un diseño final.

¿Quiénes conforman el equipo?

Actualmente, somos tres estudiantes de la Escuela de Ingeniería Mecánica PUCV, estoy yo, junto a Aldo González y David Peñailillo.

¿Cómo crees que han aportado los Concursos DIE al desarrollo del proyecto?

El financiamiento ha sido importante para nosotros, ya que así estamos validando el proyecto que es lo que estábamos buscando hace bastante tiempo. Este trabajo partió hace más de un año y medio, sin embargo, nos faltaba financiamiento, intentamos mostrarlo a empresas, hicimos actividades paralelas a esta para juntar fondos y poder hacer la máquina, pero nos costó mucho poder lograrlo y gracias al proyecto hemos podidoy y estamos muy contentos por el apoyo que nos han dado.

¿Cuáles han sido los avances que han tenido en la ejecución del proyecto?

Hemos logrado terminar el diseño de la máquina, que era lo que nos faltaba, y actualmente tenemos un avance de construcción de aproximadamente un 50%. También, gracias las charlas que nos han ofrecido, hemos podido vislumbrar lo que es el mercado, qué ver y en qué fijarnos. Teníamos poco conocimiento en temas de emprendimiento.

Después de que nos adjudicamos el proyecto, nos juntamos a diseñar, ver el tema de los costos, a hacer los planos de fabricación de los componentes, lo que es bastante complejo, porque nuestro proyecto se basa en la creación de una máquina más que un tipo de mercadotecnia. Para nosotros las máquinas son el elemento principal, si hacemos un emprendimiento para vender estas máquinas, necesitamos el objeto físico. Nadie nos va a comprar algo que no pueda ver, como puntapié inicial los Concursos DIE nos ha ayudado mucho, ya que llevamos gran avance, tenemos la mayoría de las compras hechas y estamos con el mecánico armando, montando y ya va tomando forma el proyecto en su parte final. 

¿Cómo es el proceso y qué es lo que hace la máquina?

La máquina es una recicladora de plástico. Primero ingresa el material, que pueden ser botellas, tapas de plástico, éstas entran a una trituradora y el plástico sale más pequeño. Luego ese plástico se toma y se pone en la segunda máquina, donde se calienta el plástico y se inyecta en un molde, que puede ser cualquier forma. Luego el molde se enfría y se saca el nuevo objeto y así se obtiene la pieza final. Nosotros trabajamos con un macetero, tomamos 50 tapas de plástico, hacemos el proceso y obtenemos una maceta.

¿Qué tipo de plástico es el que ustedes reciclan? 

Nosotros podemos reciclar todos los termoplásticos, excepto PVC por su toxicidad y propiedades mecánicas que son complicadas de manejar, actualmente trabajamos   mayoritariamente PET y HDPE, que son las tapas de botellas.

¿Cómo fue el proceso de creación de la máquina? 

Cuando empezamos a hacer los planos de fabricación sinceramente no nos costó mucho, ya que la mayoría de estas máquinas funciona igual, tienen los mismos componentes y además los tres tenemos bastante expertis en la mecánica. Luego de hacer los planos, lo más engorroso fueron las compras, es lo que más nos ha gastado tiempo, ya que con la crisis social, tuvimos que cambiar proveedores, porque algunos no tienen stock, subieron algunos precios y no todo está concentrado en una parte. Hay que pedir algunas cosas a China, otras a Santiago, esperar los fletes, entre otros inconvenientes.

Sin embargo, no hemos tenido ningún inconveniente más allá de eso, los profesores de la Escuela de Ingeniería Mecánica han facilitado bastante el proyecto, nos prestaron un espacio en un taller y siempre han tenido buena disposición. Los funcionarios también se han portado muy bien, ya que nos han ayudado en la parte técnica.

¿Cómo deciden hacer una máquina e ir más allá de solamente aportar desde otro aspecto del reciclaje?

Las herramientas que nos ha dado la Universidad es netamente de la mecánica, entonces nuestro enfoque siempre va a ser solucionar las cosas desde la física o desde la mecánica en sí, es nuestra herramienta más potente. Nosotros pensamos cómo podríamos abordar desde la mejor forma siendo que es de nuestra especialidad, entonces lo mejor que podríamos hacer es una máquina. 

¿Han validado su producto con el público objetivo?

En un principio ofertamos las máquinas sin tenerlas, para así hacer un estudio de mercado y varias personas nos contactaron. Creamos una página en Facebook, la cual tenía alrededor de 100 seguidores y nos llamaron cinco personas que querían concretar, algunos de Santiago y otros del norte. 

¿Qué esperan hacer en un futuro con el proyecto?

Más adelante nos gustaría tener una pequeña maestranza donde se puedan fabricar estas máquinas. También pensamos en hacer una línea paralela para vender los objetos de plástico y ofertar todo al mercado, podemos vender las máquinas, los moldes y los objetos, no tenemos problemas con la competencia, ya que mientras más personas reciclen es mejor para todos.  

¿Qué piensas del apoyo de la Universidad a este tipo de proyectos? 

Creo que es muy potente tener apoyo desde la Universidad, ya que es una instancia difícil de encontrar en otra parte, puesto que qué persona o institución te facilita tanto los medios como la PUCV, por eso lo reitero, sin el apoyo de la DIE, nosotros nunca hubiéramos podido lograr esto o hubiese sido mucho más difícil. La Universidad fue un impulsor de nuestro proyecto.

¿En cuánto tiempo creen que el proyecto podría salir al mercado?

Si logramos levantar otro financiamiento podríamos estar en ocho meses a un año sacando nuestro producto, esto tiene bastante potencial y nosotros nos dimos cuenta ahora gracias al apoyo de la Universidad que se puede lograr y que funciona.

Queremos validar el prototipo, por eso postulamos a la categoría desarrolla y valida y lográndolo ya nos sería más fácil, ya que tenemos todos los contactos, proveedores y los potenciales clientes que nos continúan preguntando si tenemos máquinas disponibles.