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Viernes Santo

14 de abril de 2017

FECHA: Viernes 14 de abril de 2017

El contenido central de la celebración del Viernes Santo es la inmolación de Cristo, nuestra Víctima Pascual.

La Iglesia medita la Pasión y Muerte de Jesús, que ahora está resucitado y glorioso, venerando el signo sagrado de la Cruz, conmemorando su nacimiento del costado de Cristo muerto, intercediendo por la salvación de todo el mundo y participando sacramentalmente de los méritos de la Muerte redentora a través de la Comunión.

Hoy no se celebra la Eucaristía, pero sí la comunidad celebrante recibe, dentro de la Acción Litúrgica, la Comunión, como medio de unirse y participar en los méritos de Jesús, muerto y resucitado por nosotros.

- Elementos celebrativos

1. Como no se celebra la Eucaristía, debería acentuarse la Celebración de la Palabra de Dios. Se recomienda la celebración de la Liturgia de las Horas con participación de los fieles, especialmente del Oficio de Lecturas y de la Oración de la Mañana.

2. Ayuno sagrado. El Viernes de la Pasión del Señor es día obligatorio de penitencia para toda la Iglesia, por medio de la abstinencia y del ayuno. Nuestro pueblo cristiano ve muchas veces en las privaciones un sentido mortificante que no es un culto a Dios en sí mismo. El sentido bíblico y cristiano del ayuno no es ni para aumentar ni para expresar tristeza, sino para dedicarse más intensamente a la meditación y a la oración.

3. Acción Litúrgica de la Pasión del Señor. Ha de celebrarse en horas de la tarde. Aunque se indica como criterio que sea alrededor de las 15 horas, coincidiendo con la hora de la muerte de Jesús según el relato de Juan, hay que tener en cuenta también otro criterio pastoral, que es la posibilidad de reunir más fácilmente a los fieles. Deberá hacerse entre el mediodía y el atardecer, nunca más allá de las 21 horas. El esquema de esta celebración tiene la dinámica y la estructura de la Liturgia de la Palabra, enfatizando más algunos de sus aspectos y añadiendo otros para subrayar lo que en ese momento se conmemora. Después de las lecturas bíblicas, que deberán hacerse en su integridad, y de la homilía del celebrante, se hará la Oración de los Fieles u Oración Universal, esta vez más desarrollada que en las celebraciones ordinarias: se pide a Dios que la muerte redentora del Señor aproveche, como salvación, a la jerarquía y a las comunidades eclesiales, a los gobernantes del mundo, a los judíos, etc. La adoración de la cruz deberá hacerse con el esplendor digno de la gloria del misterio de nuestra salvación; tanto la invitación al mostrar la Cruz como la respuesta del pueblo, hágase con canto y no se omita el silencio de reverencia que sigue a cada una de las postraciones. Deberá tenerse un particular cuidado para que, durante la adoración individual de la Cruz, que suele prolongarse mucho, la asamblea pueda participar activamente con cantos, meditaciones silenciosas, posturas físicas variadas (de rodillas, de pie, sentados), y así logre sentirse incorporada antes o después de que haya realizado su gesto personal de adoración.

4. Ejercicios Piadosos. Son la expresión normal y espontánea de la fe popular. La Iglesia nos recomienda buscar un sano equilibrio entre estas expresiones piadosas de la fe y la celebración litúrgica y sacramental de esta misma fe. Nos enseña que las celebraciones litúrgicas están por encima de los ejercicios piadosos; pero también reconoce que muchas costumbres populares vinculadas con las celebraciones del tiempo pascual suscitan una mayor participación popular que las mismas celebraciones litúrgicas. Es un real desafío para los pastores y ministros litúrgicos el hacer tan vivas las celebraciones pascuales, que posibiliten una participación gratificante, activa y fructuosa de todos los fieles.

- Oración por víctimas de terremoto, tsunami e incendio el día Viernes Santo

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