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Comienza semana de conmemoración de los 50 años de la Reforma Universitaria en la PUCV

En la Casa Central se efectuó el lanzamiento de los textos “50 años después” del abogado Sergio Allard y “La ciudadanía de la libertad y la ciudadanía del ausente” del profesor Jorge Rojas, ambos exalumnos y dirigentes del movimiento estudiantil de la época.

19.06.2017

En el presente mes de junio se cumplen exactamente 50 años del inicio del movimiento de Reforma Universitaria de 1967, momento que comenzó en la Universidad Católica de Valparaíso y que movilizó posteriormente a las ocho universidades que existían en el país: dos estatales y seis privadas.

La Reforma Universitaria de 1967 fue un proceso que se venía gestando por casi una década. En nuestro país, existía una sensación de insatisfacción generalizada entre los estudiantes y profesores por las falencias que presentaban las universidades, por la rígida estructura que tenían y su escasa vinculación con la sociedad, entre otras demandas.

El proceso remeció la tradicional estructura de las instituciones, modificando su misión, la vinculación con el medio, la estructura del gobierno universitario y dio origen a uno de los mayores movimientos universitarios acontecidos en Chile, pues agrupó a miles de estudiantes y dirigentes de muchas organizaciones del país y de la educación secundaria, técnica, comercial e industrial.

“Con el tiempo se recuerda el movimiento ocurrido en Santiago y en otros lados, pero se olvida que la Reforma Universitaria partió acá en junio de 1967 y luego se extendió al resto de las universidades. Fue un periodo duro porque había declaraciones públicas que aparecían en la prensa, donde se mostraban las divergencias entre las distintas posiciones”, recordó el abogado y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de 1966, Sergio Allard.

Esta semana se dio inicio en la Casa Central a las actividades de conmemoración del cincuentenario de la Reforma Universitaria con el lanzamiento de dos libros: “50 años después. Inicio en Chile de la Reforma Universitaria de 1967” de Sergio Allard y “La ciudadanía de la libertad y la ciudadanía del ausente” de Jorge Rojas, exalumno de la PUCV y actual vicerrector de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio de la Universidad de Concepción. Este último texto se editó 44 años después, pues su presentación quedó postergada a raíz del golpe de Estado de 1973.

Ambas obras fueron comentadas por el abogado, ex dirigente estudiantil y exalumno de nuestra Universidad, Jaime Esponda. Entre los asistentes a la presentación, estuvo el director general de Vinculación con el Medio de la PUCV, Juan Torrejón y un grupo de exalumnos de las generaciones de 1966 y 1967, entre otros invitados especiales.

UN PERIODO DE CAMBIOS

Luciano Rodrigo era presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Valparaíso en junio de 1967 y le tocó participar activamente en lo que fue este periodo de cambios tanto en Chile como en el mundo. “El contexto que enfrentamos como estudiantes marcaba un momento de cambio. Vivimos la Revolución Cubana, el Concilio Vaticano II, la Guerra de los Seis Días en Medio Oriente. Había una situación en América Latina de ascenso de los movimientos políticos y sociales, que se extendió a todo el continente”, rememoró.

Sobre el impacto que tuvo en la Universidad y su posterior evolución en otras instituciones nacionales y regionales, Rodrigo agrega que “la voluntad de hacer cambios se venía abordando hace varios años y se concretó en ese momento histórico de 1967. Las personas concordaron el discurso con la acción y se produjo una coherencia que marcó un antes y un después. Nosotros tuvimos que pensar qué profesionales necesitaba el país y vincular mejor el trabajo de transmisión del saber. Esa reflexión apareció fuertemente con el movimiento de la Reforma”, añadió.

En este punto, hay coincidencia entre los distintos actores de la época de que el cambio que vivió la Universidad en su estructura interna permitió avanzar luego en el desarrollo de la investigación y contribuyó a mejorar la estructura curricular que tenía la Católica de Valparaíso.

“La Reforma Universitaria impuso ciertos patrones que perduran hasta el día de hoy (…) Otro de los planteamientos que se abordó fue la incorporación de la ciencia a las universidades, que eran instituciones profesionalizantes, donde uno entraba y obtenía el título sin tener contacto con otras facultades y escuelas que pudieran ampliar los conocimientos y la cultura de los estudiantes. Esto se tradujo en mallas curriculares flexibles, donde los alumnos comenzaron a participar en su formación”, complementó Sergio Allard.

El abogado y escritor recuerda que se crearon los institutos científicos y las escuelas profesionales, donde ambas realizaban las labores de investigación y docencia, estructura que en términos generales permanece hasta hoy. “Esta distribución la recogimos en la constitución básica de la Universidad, la que firmada por la Federación de Estudiantes y 100 profesores en el Claustro Pleno constituyente del 22 de diciembre de 1967. Quedando ambos –institutos científicos y escuelas profesionales- con idéntica representación en el senado académico, con ocho miembros elegidos por cada estamento”.

Por su parte, el exalumno Jorge Rojas recordó que la década de los 60 fue una época de alta complejidad y no se sabía con certeza las proyecciones de aquel movimiento universitario que se adelantó a las reformas educacionales de Francia y Alemania.

“Chile en la década de los 60 estaba buscando cambios importantes en su estructura económica, social, política y cultural, pues era un país altamente dependiente de los recursos naturales y presentaba altos niveles de pobreza y analfabetismo, con poco acceso a la educación primaria, básica y universitaria. Era un país con muchas desigualdades sociales y los que accedían a la universidad no llegaban al 10% de lo que ocurre hoy”, agregó.

“Para nosotros en lo personal, la Reforma Universitaria es un enorme recuerdo, afectivo y de una lucha política, social y universitaria, pero además fue un episodio que nos marcó profundamente. No sólo porque se cambió la estructura de la Universidad, sino que también creó lazos de amistad y afecto que han perdurado en el tiempo”, concluyó Luciano Rodrigo.

Más información de las actividades de los 50 años de la Reforma Universitaria en el siguiente link.

Por Juan Paulo Roldán

Dirección General de Vinculación con el Medio