El año 2016 se cumplen 300 años de la muerte del insigne filósofo y genio universal Godofredo Guillermo Leibniz. Con ocasión de este aniversario y bajo el dicho leibniziano "ad felicitatem nostram alienamve", "para nuestra felicidad y la de los demás", se organizó en Alemania el X. Congreso Internacional Leibniz en la Universidad de Hannover, que desde hace diez años lleva el nombre del filósofo. Desde el último congreso hay miles de páginas de textos que hasta ahora no había sido publicados. Leibniz se mantuvo activo hasta el mismo año de su fallecimiento.

El profesor Neumann expuso su trabajo en la sección dedicada al perspectivismo, una noción que usualmente se asocia más, entre otros, a Nietzsche, pero dicho concepto es también fructífero en el filósofo nacido en Leipzig. En ese marco, Neumann presentó una ponencia con el título: „Leibniz' ontologischer Perspektivismus. Un point de vue".

En este contexto, importaba hacerse cargo de una dificultad asociada a la noción de perspectiva en el marco de las dificultades propias del pensamiento leibniziano, que, expresada en palabras de uno de los interlocutores de Leibniz, el inglés Samuel Clarke, se expresa así:„[...] that every simple substance is by its nature a concentration and living mirror of the whole Universe; that it is a representation of the universe, according to its point of view; and that all simple substances will always have a harmony between themselves, because they always represent the same universe: all this, I acknowledge, I understand not at all" (GP II 432 83-88/89-91).

En efecto, la mónada, como substancia, representa –según Leibniz– desde su propia instalación ontológica en el mundo, el universo entero. La cuestión es, entonces, cómo un ente, necesariamente consignado a su particularidad puede ser capaz, desde su propio punto de vista (point de vue), representar la totalidad de lo que es. Neumann sostuvo la tesis, según la cual este problema puede ser resuelto si el punto de vista referido se comprende en el sentido de una perspectiva ontológica. Representar no es, pues, simplemente un modo de conocer; es, más bien, un modo de ser. En asociación con ello se halla la idea de que sobre la base de la idea de perspectiva, lo ontológico como tal (y con ello la ontología) gana un nuevo sentido. El perspectivismo leibniziano incluye, por tanto, una inversión en nuestra habitual comprensión de lo ontológico.

En el Congreso participaron más de 400 profesores de todo el mundo, desde Canadá a Chile, desde Japón a Norteamérica.