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Fundación Humaniti hace asesorías a colegios y organizaciones para fomentar el buen trato en la niñez

Este es uno de los proyectos sociales incubados en IMPULSA+, programa que les brindó apoyo personalizado y constante para fortalecer su emprendimiento

17.11.2021

Humániti es una fundación que partió como una consultora social, la que busca promover un mundo donde la niñez crezca sin violencia. Ese es su propósito: niñez sin violencia. Su anhelo es impactar en las comunidades educativas y otras organizaciones como el SENAME, para que los niños tengan un lugar para ser escuchados en primera persona y hacer que los adultos entiendan cómo acercarse y relacionarse con la niñez. Alejandra Riveros y Jorge Aguirre son los co-fundadores de esta fundación. Al equipo se suman Athos Larraguibel con una nueva línea de asesoría que tiene que ver con el desarrollo de espacios amigables para niños, además de Borja Bernasconi como Profesor de Debate y María José Benavente como Consultora Legal. El aporte que esperan ver es generar conversaciones y movilizar a las comunidades hacia el buen trato.

¿Cómo partieron este proyecto?

Jorge: Partimos el año pasado, por ahí por julio, haciendo un primer prototipo en un hogar del SENAME, en la Aldea de Niños de Punta de Tralca y hoy día estamos probando en colegios. Estamos trabajando en dos colegios para ir avanzando en estas dos áreas; impactando en las comunidades educativas y específicamente en los planes de convivencia. Vimos que desde ahí pudimos alcanzar nuestro propósito: implementar una mejor convivencia en los colegios, que no es solamente eliminar la violencia, sino promover un buen trato, que es algo distinto. 

¿Cómo lo están ejecutando actualmente?

Alejandra: Armamos un plan vivencial primero. Nos interesa partir e ingresar a las comunidades, generando coaching, mentoring, talleres de conversación, donde estén los representantes de todos los estamentos del colegio: niños pequeños, niños más grandes, apoderados, directivos, etc. Hacemos preguntas simples pero transversales que cualquiera puede contestar. Como por ejemplo ¿qué necesitas tú para sentirte bien tratado? y eso nos permite levantar un diagnóstico de la comunidad. A partir de una pregunta tan simple, pero tan movilizadora, donde salen respuestas como “necesito que me miren, que me escuchen, que jueguen conmigo, que me respeten, que me tomen en cuenta, que pueda participar" y esas respuestas te las puede dar un niño de primero básico o un adulto de sesenta años. Después de eso, nosotros sistematizamos toda la información, aquí Jorge es el experto y la segunda invitación que le hacemos a la comunidad es que les mostramos lo que ha salido y lo tomamos de la mano con la metodología de los Objetivos de Desarrollo Sustentable y que nosotros hemos adaptado a “Objetivos de Buen Trato”.

J: Hacemos la misma metodología. En el fondo hacemos que las personas conversen, toda la comunidad, hacia un mismo fin, hacia un mismo horizonte. Como decíamos, nuestro horizonte es el buen trato, hacemos estos objetivos tal cual como los ODS. Estos serían los ODS de la convivencia escolar y desde ahí generamos acciones. La idea es que todo este proceso reflexivo y de acción termine en planes de mejoras al plan de convivencia escolar. Los planes de convivencia escolar en general son un libro super poco atractivo de muchas normas, de muchas sanciones, entonces queremos que sea algo dinámico, atractivo, que inspire y que fomente una mejor convivencia. No solamente que sancione. 

¿Cómo pudieron implementar este proyecto en el SENAME?

J: Lo que hicimos en SENAME, básicamente, fue asesorar al equipo en torno a un proceso de reflexión sobre el tema de violencia, entonces hay mucho de coaching, de generar conversaciones. Al final nuestro gran poder o nuestro gran aporte a las instituciones es generar conversaciones en torno al buen trato. Nosotros no somos profesores, tampoco somos psicólogos, sino que hacemos que la gente converse y eso nos sale bien hasta el momento.

A: Y también ponemos algunos temas en la conversación. En los colegios, la piedra angular es el buen trato. En SENAME la piedra angular es la participación activa de los niños en los planes de desarrollo, disciplina positiva, afectividad consciente.

¿En los colegios cómo ha sido la respuesta de estudiantes y de adultos?

J: La recepción, en un nivel emocional, es muy bonito lo que pasa. Todo esto ha sido por zoom, que tiene sus pro y sus contra, pero ha sido muy bonito. Lo que siento yo que hacemos es darle un impulso a este tema. Un tema tan difícil en los colegios, además que los profesores están muy sobrecargados de trabajo, entonces queda poco tiempo y nuestras sesiones son super dinámicas. Es como un bombín de oxígeno de esperanza. 

A: Pasan cosas inesperadas, como que la gente espera la sesión. Nosotros cuando tenemos la sesión ponemos música, videos motivacionales y la gente ya está instalada escuchando y después cuando termina la sesión volvemos a poner música con sentido, con letras que tengan que ver con la sesión y la gente se queda pegada escuchando. A nosotros con Jorge nos llama mucho la atención y cuando acaban estos talleres después nos reencontramos con ellos “¿y cuando viene una segunda parte?, ¿cuando viene Humániti de nuevo?, entonces lo que nos damos cuenta también es que más allá de si lo hacemos muy bien, mal o más o menos, tiene también que ver con la necesidad que tienen las personas de tener espacios para ellos de conversación. Donde sean escuchados y donde puedan genuinamente decir lo que les pasa y genuinamente decir lo que les gustaría que pasara también y nosotros movilizamos todo eso. O sea, generamos ese espacio, pero además movilizamos todo lo que ahí sale, para generar incidencia en los que toman decisiones en esas organizaciones. Entonces también tiene un componente concreto al final. 

¿Han visto si las personas que toman las decisiones en las instituciones en las que trabajan, usan sus recomendaciones?

J: Yo creo que este tema es difícil, porque es intangible, no es como que uno recicla y ve cuantos metros de reciclaje tienes al mes. Entonces siento que es un trabajo de largo plazo, pero lo que sí hemos visto es el interés y cómo se instala el tema: el concepto del buen trato, un nuevo enfoque de abordar la convivencia escolar. 

A: Eso les abre la cabeza y el corazón, diría yo, porque cuando tú hablas de violencia, la gente se cierra. Pero cuando tú hablas de buen trato, es otra la disposición, totalmente distinta y yo creo que sí, que han habido cambios, pero son pequeños cambios los que van haciendo la diferencia, que ellos mismos van relatando. Entonces son pequeñas acciones y eso, nosotros sentimos, va construyendo caminos de cambio. 

Respecto a su participación en IMPULSA+, ¿Cómo ha sido y cómo llegaron a postular?

J: Primero fue una necesidad de buscar algún apoyo en el emprendimiento. Luego no sé cómo encontramos esto y sentí que calzaba justo con lo que andabamos buscando. De hecho yo me acuerdo que al momento de postular, había que mandar un video y me tocaba a mí hacerlo y yo decía cómo, honestamente, no queríamos lucas. Queríamos apoyo, queríamos un acompañamiento que fuera, ojalá, largo en el tiempo. Al final siento que gracias a IMPULSA+ nuestro propósito son tres palabras y lo primero que nos dijeron en una reunión fue “los felicito por llegar a algo tan concreto”, es como un hashtag: “niñez sin violencia” y con eso uno resume toda una reflexión de muchos días, de muchos meses y eso ha sido gracias a los talleres que hemos tenido.

¿Cómo encuentran que han sido los talleres, las mentorías y todo en lo que han participado?, ¿Creen que les ha aportado en su proyecto? 

J: Ha sido bonito compartir con otros emprendedores. En el fondo ha sido como un espejo y también el apoyo. Nosotros estamos con la María Paz y ha sido un apoyo bien integral, no solamente lo técnico, sino que también cuando uno está desanimado del emprendimiento, el sentirte parte de algo te impulsa y te hace no bajar los brazos. 

¿Cuándo decidieron armar este proyecto?

A: Yo creo que son como los momentos en la vida en que uno desea emprender y yo estaba pensando en cómo emprender con temas de niñez, que es en lo que me he dedicado en la vida y quería ver cómo hacer una fundación y contacté por Linkedin a Jorge, a quien no conocía. Nos conocimos, enganchamos super bien, pese a que tenemos algunos añitos de diferencia, ha sido muy bueno, la verdad. De ahí no nos separamos más hasta ahora. Nos hemos ido complementando y pensando juntos en cada cosa que hemos querido hacer.

J: Nos conocimos a finales de 2019, pero no empezamos a ejecutar de inmediato. Nos conocimos primero a nivel humano, al conversar creamos la marca, cosas asi, pero la acción llegó mucho después.

¿Alejandra, por que contactaste a Jorge?, ¿Qué viste de su descripción que te llamó la atención? 

A: Yo estaba con un par de amigas con las que queríamos hacer una fundación y no tanto yo ser una abogada, quería una mirada externa, que fuera más allá de lo jurídico y puse “expertos en fundaciones” y me salió Jorge, quien se vendía con esa descripción. Así que yo dije “quizás era esto” y fue divertido, le escribí y me contestó y nos quedamos de juntar. Llegó con toda su generosidad, nos tomamos un café, conversamos, me aconsejó, hablamos, etc. De hecho, en ese momento, mi idea era asociarme con mis amigas y Jorge estaba en otro proyecto, en otra cosa y me llamó la atención su recorrido social, tiene mucho carrete social atrás y yo también tengo puro carrete social también. Después mis amigas se bajaron del proyecto y yo continué. Jorge se bajó de lo que estaba y fue en una segunda oportunidad que nos encontramos y dijimos “ya po, démosle”. 

J: En el fondo la Ale no me contactó para ser su socio, sino para que la ayudara y yo estaba en un proyecto más o menos relacionado, estaba en un proceso de cómo promover el amor, el respeto, como eliminar la violencia en el mundo y siento que fue un nexo entre temas de niñez, hasta llegar a la niñez sin violencia, que tampoco fue de un momento a otro, fue de mucha reflexión. Fue bien bonito el proceso de llegar a donde estamos hoy día.

¿Cómo se imaginan su proyecto en unos años más? 

A: A mí, la verdad, más allá de tener muchos convenios, tratos, ganar lucas, que por supuesto, uno lo necesita, me pasa que me gustaría dejar la huella social de que es posible generar movimiento, generar conversaciones, generar que la gente se mire y que mire sus organizaciones y que finalmente estamos en esta vida para tratarnos bien, no para vivir evitandonos con tristeza, con malas palabras, sino que estamos para tratarnos bien, para tratar de ser felices. Entonces si yo tuviera que pensar, me gustaría que Humániti dejara esa huella. La gente está tan recluida en sí misma, tan preocupada del consumismo, del tener, del hacer, más que del ser, de ser feliz, de conectarse con otros. Entonces mostrar que es necesario, que es posible. 

J: Yo también, lo mismo y sumado un poco a eso, me encantaría trabajar en distintas partes de Chile o de Latinoamérica. La otra vez hicimos un chat de encargados de convivencia escolar y cuando se presentaban eran de Purén, Chiloé,  Punta Arenas, y yo así, “quiero trabajar en todos esos lugares”, ojalá llegar a la mayor diversidad posible. No me imagino ese start up de un modelo que se escale solo, sino que bien artesanal, estar ahí en cada territorio, ser parte de los cambios.

¿Cómo buscan seguir adelante con el tema del financiamiento?

A: Hasta el momento nos han pagado por todas las asesorías y también tenemos ingresos aparte. No es poco lo que nos pagan, nos pagan bien diría yo, también nos dedicamos muchos meses a cada proyecto, pero aún así tenemos otros ingresos también y ¿qué nos gustaría? vivir de esto solamente y eso implica generar un modelo de negocios, obviamente, probablemente incorporar más personas. Si llegamos a lograr el sueño de Jorge de estar en las regiones, el mundo, en fin, obvio que vamos a seguir con el espíritu de que sea personalizado, de estar ahí muy presentes, pero puede que no demos abasto si algun dia sucede, entonces armaremos una comunidad un poco más grande en Humániti, de gente que le interese dejar una huella social y que le importe el tema del buen trato, del amor, de la felicidad de las personas, de volver a lo esencial, de legitimar a los otros. Desde esa filosofía de vida. Además que la asesoría que prestamos es hiper integral, o sea, nosotros hablamos del impacto que genera movilizar conversaciones, reflexiones, pero también tiene una parte muy de sistematizar todo lo que sale, hacer informes ejecutivos, llevar todo a video, cápsulas de video, incorporar elementos lúdicos, hacer afiches, ponerle mucho diseño, mucha gráfica, entonces cada peso se paga, la asesoría es todo, desde que tú prendes el computador y te encuentras con una música que te está esperando, todo está pensado. Del afiche que te llega para que descargues e imprimas en tu casa, está todo pensado. De la cápsula que te damos de tarea para que la escuches o el video que te pusimos. Todo está pensado para que suceda. Entonces desde ese lugar es una asesoría muy profesional.

¿Cómo llegaron a las instituciones con las que están trabajando?

A: Yo creo que ha tenido dos componentes: 1) yo llevo mucho rato en este mundo, entonces es como del boca a boca, del "te conozco, nos puedes ayudar en esto, nos puedes asesorar en esto", entonces desde ese lugar ha sido muy fácil entrar, pero la gracia es el complemento que armamos con Jorge, porque lo que yo pudiera entregar probablemente lo podría entregar otro experto, pero cuando tu te tomas de la mano con alguien que le importa hacer videos, que pone acento en la gráfica, que incorpora elementos lúdicos, que conoce las distintas plataformas tecnológicas, le agrega un valor enorme al trabajo que uno hace. Entonces en ese match, nos transformamos en una asesoría que es única y la gente lo valora.