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Margot investigadora

"Para mi la investigación no es un trabajo propiamente tal sino simplemente un acercamiento al otro. Esto es importante porque uno aprende en la convivencia con el cultor." (Margot Loyola, en Ruiz,1995:23)

Margot Loyola realizó una importante labor de rescate y difusión de la cultura tradicional chilena, desde la década de 1940, cuando tomó contacto por primera vez con el Lonco Huilliche, José Santos Lincoyán, quien le enseñó cantos propios de esta etnia. Posteriormente, en la década de 1960, dio inicio a sus viajes ininterrumpidos al archipiélago de Chiloé, Isla de Pascua y diversos sectores de Chile continental realizando múltiples registros etnográficos, tanto de audio como fotográficos. Registros que, en su mayoría, se encuentran albergados y son difundidos por el Fondo Margot Loyola de nuestra Universidad.

Dentro de las áreas geográficas que Margot Loyola investigó se encuentra el norte de Chile, entre 1966 y 1992, recorriendo diversas localidades, aprendiendo de comunidades indígenas y de folklore religioso en ciudades como Iquique, Arica, La Tirana, Pica entre otros. En esta área comenzó sus estudios sobre las danzas ceremoniales del norte el año 1952 con Rogelia Pérez, fundadora de la cofradía "Cuyacas". También trabajó con la cofradía "Morenos de Cavancha", con quienes tiene actualmente contacto periódico.

Margot Loyola estudió además la cultura mapuche entre los años 1955 y 1960 y la cultura campesina chilena desde 1955 a la fecha, publicando tres libros y numerosos artículos, grabaciones musicales, y audiovisuales. Además fue la primera en dar a conocer, tanto en Chile como en el extranjero, el valioso legado de la Isla de Pascua, tanto en el aspecto musical como coreográfico.

Sus investigaciones incluyen también comparaciones de las danzas tradicionales de Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, México y Guatemala.

SU METODOLOGÍA

"La observación directa y el acercamiento personal son lo primero que experimento. Luego grabo y posteriormente estudio. Indago, veo parámetros musicales, rasgos estilísticos, etc. Y voy llenando mi cuaderno de anotaciones y mi corazón de emociones" (Margot Loyola. 1994)

La dupla Margot Loyola – Osvaldo Cádiz trabajÓ junta desde 1958. Ambos desarrollaron en forma intuitiva una metodología de investigación que han traspasado a sus alumnos en forma oral, tal como aprendieron ellos todo lo que saben. Para ellos la investigación no es un trabajo, sino un acercamiento al otro "uno aprende en la convivencia con el cultor [...] son ellos los que determinan qué, cuándo y cuánto aportar". Realizan encuestas reiterativas e intensas, generalmente en casa de los cultores, ahí surgen en forma espontánea noticias, documentos, cantos. Las jornadas de estudio se repiten por años, permitiéndoles aprender sus versiones, cotejar con aprendizajes de viajes anteriores.

Para ellos su trabajo de campo no tENÍA sentido si no conlleva un lazo de afecto, Margot Loyola ofrecÍA a sus informantes su repertorio, los agasajaba con su guitarra y sus tonadas del sur, y recibía de la misma manera: "...nos hermanamos por un momento intuitivo de reconocimiento mutuo y porque el tiempo ha seguido juntando nuestras huellas. Es por eso que sus informantes pasan a ser "maestros". Según sus palabras: "Estas personas son trascendentes, son mis maestras y maestros porque me han enseñado lo que la vida me ha dado".

Una clave de su trabajo era el tiempo: "Cada día yo formulaba una pregunta que (es) respondida sin titubeos". Margot Loyola explicaba que iban "acumulando noticias e imágenes: salones antiguos, como dormidos, parabienes donde se detuvo el tiempo [...] Después de acuciosas observaciones en terreno, revisión de documentación escrita, adquirida en testimonios orales deducimos". (Margot Loyola.1994). Otra clave es su éticaera que los llevaba a someter a consideración de sus informantes el canto, danza o la ejecución de instrumentos que han estudiado y sólo después de su anuencia, la ofrecen al público.

Texto basado en la investigación del Dr. Carlos Miró Cortés y la periodista húngara Ida Kiss.