Ir a pucv.cl

Taller de Design Thinking contó con la participación de 15 profesionales de distintas Unidades académicas de la PUCV

La metodología es aplicable a distintas áreas, desde la ingeniería a la educación, y se basa en conceptos como la empatía y la experimentación para la búsqueda de soluciones a partir de las necesidades reales de los usuarios.

En la sala de aprendizaje colaborativo del aulario de la Facultad de Ingeniería, se llevó a cabo el taller de Design Thinking, organizado por el eje de Educación en Ingeniería de Ingeniería 2030 y dictada por Diego Núñez, quien también forma parte del proyecto.

El Design Thinking es una metodología para generar ideas innovadoras, que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios, desde una mirada basada en la empatía, la colaboración y la experimentación.

La idea proviene de la forma en que trabajan los diseñadores de producto, de esta forma, se busca una aproximación a la definición de soluciones desde la creatividad y a través de un proceso, es decir, se propicia un espacio para cambiar y enfocar la forma de resolver el problema desde diferentes puntos de vista, ya sea social, funcional o emocional.

Manuel Arredondo, de la Unidad de Mejoramiento a la Docencia Universitaria, asistió a la ocasión y comentó: "Creo que ayuda a mirar las cosas desde otro punto de vista, sobre todo desde disciplinas donde son un poco más concretos, es generar respuestas desde las necesidades, de quien lo necesita, no sólo desde nuestra posición y percepción".

Por su parte, Guillermo Bañados, Ingeniero Civil Bioquímico, dijo: "Es una herramienta muy práctica, no solamente para docencia, sino también para la evolución de proyectos, lo encontré bastante interesante.

Diego Núñez, Gestor de Ecosistema de Innovación y Emprendimiento de la Facultad de Ingeniería PUCV, quien impartió el taller, destacó que "se notaba que los participantes estaban haciendo conexiones, no solamente desde el punto de vista funcional, de lo que es el Design Thinking, sino que también iban pasando por aprendizajes personales, donde podían ver problemáticas desde un punto de vista emocional y social, involucrándose con su contraparte, con su posible usuario, en la solución de problemas", afirmó.

A esto agregó que quedó muy satisfecho con el desarrollo de la actividad y que "la gracia de los talleres experienciales es que uno, como facilitador, también se involucra de manera bastante activa con los pequeños procesos de aprendizaje", comentó.

 


Por Javiera Hernández S.
Facultad de Ingeniería PUCV