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Eduardo Alvear: Un soñador que está próximo a convertirse en Doctor en importante Escuela de Ingeniería en Francia

Se fue a hacer la doble titulación cuando estudiaba Ingeniería Eléctrica en la PUCV hace casi dos años y hoy es estudiante de Doctorado en el ESIEE Paris.

Cuando Eduardo Alvear estudiaba Ingeniería Eléctrica en la Facultad de Ingeniería de la PUCV siempre estuvo soñando. Para él, lo que estudiaba no era una obligación, era su pasión. Por eso, siendo estudiante de la Escuela de Ingeniería Eléctrica participó del Centro de Nuevas Tecnologías, instancia organizada por los alumnos de la carrera para desarrollar soluciones entorno a la electrónica y participó de diferentes competencias de robótica y desafíos que lo mantenían motivado con la idea de convertirse en un Ingeniero civil electrónico.

Cuando se acercaba la fecha de cursar sus últimos cursos, Eduardo siguió sus sueños y decidió tomar una gran oportunidad que le brindaba la Escuela: realizar la doble titulación en el ESIEE Paris. Es decir, podía realizar estudios en Francia y obtener su grado en Chile y en el país Europeo. Fue así como postuló a una beca, una vez allá, sus sueños fueron creciendo. Cuando se acabó la beca de la doble titulación, empezó a hacer una práctica remunerada lo que le permitió abrirse camino para ser ahora un doctorante en Física de Simulación y Concepción de componentes terahertz, envasados en metamateriales fotogenerados.

¿Cómo fue cuando llegaste a Francia? ¿Cómo superaste barreras idiomáticas, por ejemplo?
Los primeros meses fueron duros. El ESIEE para mí fue en inglés, pero estaba en Francia y la vida era en francés, yo en ninguno de los dos idiomas me sentía tan cómodo. Fue una exigencia brutal, pero después de tres meses empecé a entender bien el día a día, primero a nivel más o menos básico y después ya se me hizo más cotidiano. Pero en las notas siempre me fue bien, porque allá hay un sistema que es una evaluación por cada tres meses, entonces yo para el examen final andaba medio preparado.

¿Cómo fue tu experiencia en la doble titulación?
Empecé el primer año del Máster. Hice 9 meses en la universidad y tres meses de práctica en Autodesk, la empresa que está detrás de programas como Autocad, y me fui al sur, a Niza. Después de mi práctica en Autodesk, que me fue bien, empecé el Máster 2, el que constaba de 6 meses de teoría y 6 meses de práctica. En el segundo año del Máster, había que escoger una especialización, telecomunicaciones o nanotecnología. Yo iba a escoger telecomunicaciones, porque es lo que uno más escucha, pero vi algo nuevo, que es la nanotecnología y ahí fue donde entré. Vi que las instalaciones del ESIEE eran únicas, tenía una sala blanca donde se podían hacer las experiencias, teníamos ramos donde podíamos entrar y realizar proyectos en ese espacio, entonces eran muchos nuevos aprendizajes que no tenía y que llamaron mi atención. Después tuve que hacer la práctica en Lille, en la empresa donde trabajaba un chileno que también estudió en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Gabriel Moreno. Él me ayudó con el papeleo y me motivó harto para seguir, porque él ya estaba haciendo un doctorado

¿Cuándo y qué te motivó a postular a un doctorado?
Cuando estaba trabajando en Lille, todos eran doctorantes, por lo que me motivaban a postular. Un día mi jefe, me dice: "oye Eduardo, hay una oferta muy buena de doctorado, con un grupo muy bueno para que puedas barajar hacerlo ahí". Se trataba de metamaterial, que son unos materiales que tienen una arquitectura artificial y que además, son fotogenerados. Entonces, hice la postulación y ahora curso el doctorado en física de simulación y concepción de componentes terahertz, envasados en metamateriales fotogenerados y mis directores de tesis son un físico y un químico.

¿Cómo fue el proceso de postulación?
Para ingresar fue un tema, no fue fácil. Tuve que preparar una presentación de 15 minutos acerca de mi vida en tono muy formal. Presenté ante la comisión y les conté de mi vida, de dónde venía, de la PUCV, de mis prácticas profesionales, también les conté que había ido a competencias de robótica y que, incluso en una de ellas sacamos el segundo lugar con el grupo con el que fui. Hablé de mi interés por aprender nuevos idiomas y de las ventajas que me trajo la movilidad. Eran 10 postulantes esa vez y debían quedar 3, por lo que me siento muy orgulloso de haber sido seleccionado. Fue clave en el proceso un mensaje motivador de mi jefe de Lille, quien cinco minutos antes de la entrevista, me escribió para decirme que me mantuviera optimista, porque había hecho una buena práctica. Es así, como estoy cursando el primer año del doctorado, empecé en octubre y si extiende hasta el 2019, para poder acceder a este nivel de estudio me adjudiqué una beca del gobierno francés.

¿Qué valores y enseñanzas aprendidos en la Facultad de Ingeniería rescatas después de 2 años viviendo en el exterior?
De mi experiencia en la Escuela de Ingeniería Eléctrica rescato la matemática, los cálculos, fueron muy exigentes y eso me sirvió para pararme bien ante las exigencias de una universidad extranjera. Otra de las cosas importantes que rescato de la universidad, son los ramos generales y optativos, ya que la PUCV da el tiempo y los espacios para sacar a los estudiantes de lo que deben pensar día a día y los lleva a otro ámbito, que además, les sirve para compartir con compañeros de otras carreras.

¿Qué consejo les darías a otros estudiantes que, como tú, quieren seguir sus estudios en el extranjero?
Lo primero es ponerle cariño a lo que están haciendo y ahí uno lo pasa bien. Yo creo que lo que siento cuando estoy en Francia es que mi vida es una constante vacación, porque lo paso bien haciendo lo que hago y más encima vivo en otro país. Además, les diría que confíen en sus capacidades, que potencien también sus habilidades extracurriculares y refuercen los distintos idiomas que les interesa aprender, eso es muy útil.

Consuelo Reyes F.

Facultad de Ingeniería